Muramasa: Rebirth Análisis

    La obra de Vanillaware se viene para Vita con una conversión que se alía con la calidad de su pantalla OLED para hacer brillar la rica paleta de colores con la que la desarrolladora pinta sus cuadros jugables.

    Muramasa nació en Wii. Debido a la carencia de la máquina para soportar gráficos en alta definición, ésta no consiguió sacarle todo el jugo al título de Vanillaware; porque ante todo, Muramasa The Demon Blade Rebirth es un juego hermoso, bellísimo y de una factura técnica indiscutible. Es un art book que podemos jugar. Más seductor se vuelve si hablamos de que las referencias que toma para pintar sus ilustraciones provienen del folclore japonés, con sus demonios, sus criaturas, sus monjes, sus samuráis y sus templos.

    En Muramasa: Rebirth podemos elegir a quien encarnaremos

    Tanto los diseños, como los efectos de luces, los personajes, los enemigos y las arquitecturas son, sencillamente, perfectos. Jugarás a este título sólo por verlo en movimiento. La música le va a la par, finísima y maravillosa. Es todo lo que te imaginas, tambores y guitarras orientales propias de una batalla de ronins.

    Batalla

    Podemos iniciar el juego encarnando tanto a Momohime, una chica poseída por un espíritu que separa el alma original de su cuerpo, como a un protagonista masculino, Kisuke, que ha cometido un crimen que no recuerda. El desarrollo en ambos casos es similar: avanzaremos por unos escenarios lineales separados en pequeñas zonas. En ellos encontraremos caminos alternativos, secretos, rivales que nos desafían y pequeños toques de exploración. A medida que avanzamos una trama sencilla pero efectiva se va construyendo en nuestro periplo por el folclore japonés.

    Visualmente, de diez.

    Sin embargo, los altos niveles de calidad que muestra en su presentación no acompañan al planteamiento jugable. El título nos hace caminar demasiado por las mismas zonas sin que suceda nada a nuestro alrededor. Al principio quedaremos fascinados por los hermosos entornos, pero una vez que nuestra retina se ha acostumbrado, nos daremos cuenta de que estamos paseando por pasear. Si hablamos del combate, Muramasa:Rebirth ofrece un buen número de opciones para luchar, incluido un sistema de contras, esquivas y lanzamientos aéreos para seguir encadenando golpes. Sin embargo, son tantos los enemigos que aparecen en pantalla y es tan limitada el área que nos dejan para movernos, que muchas veces acabaremos aporreando botones y esperando ganar de ese modo, y si perdemos, no sabremos muy bien el porqué.

    Al final todo se reduce a tu nivel de experiencia. Si no tienes el adecuado, morirás. Y es una lástima, porque se introducen muchas variables interesantes en el combate, como la rotura de las armas, crear otras nuevas, alternar entre unas y otras, etc. Pero peca de querer ofrecer mucho y no dejarte exprimirlo bien. Afortunadamente, este fallo que arrastra la compañía, que comprobamos en Odín Sphere y del que nos cercioramos ahora, quedó corregido en su Dragon´s Crown, pero aquí no.

    Cuando el título sí se vuelve una experiencia divertida es cuando prefiere abrirte el campo de acción y te presenta a pocos enemigos, para que puedas seguir bien la contienda con la mirada, planificar y actuar. Por supuesto, en las luchas contra los bosses, el título se disfruta, sobretodo, y de nuevo, por los maravillosos diseños de las criaturas a derribar.

    Hablando de los diseños, se nota que trabajar como lo hace el estudio es terriblemente costoso, y que no hay mucho margen para hacer modelos de más. Los enemigos se repiten, los escenarios se repiten y también los detalles de la ambientación se repiten. No se le puede pedir más al dibujado artesanal de Vanillaware porque, de no tomar esta decisión ,no sacarían el juego nunca, pero es una pena no haber incluido variaciones de los enemigos a los que nos enfrentamos en la campiña.

    Diseños formidables, aunque poca variedad.

    Si conseguís superar el lastre de que los combates sean un tanto descafeinados y la exploración se quede en un paseo con ciertas dosis de búsqueda de nuevos caminos e ítems, disfrutaréis de un precioso viaje por un Japón tan oscuro como brillante. Como dije al principio, es como jugar con un artbook, con un libro de ilustraciones fantásticamente compuesto. Lo cierto es que este Muramasa:Rebirth es un buen juego, pero si le quitamos sus maravillosos visuales, se queda en un título soso.

    7

    Pros y contras

    • Lo bien planteado que está el folclore que presenta
    • Los diseños de bestiario, personajes y arquitecturas
    • Su apartado gráfico
    • Le vendría genial un poco más de exploración.
    • Jugabilidad poco profunda

    Muramasa Rebirth

    Disponible desde unknown

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