Dust: An Elysian Tail Análisis

El género de aventuras en 2D ha disfrutado de agradables mejoras desde que los Metroidvania asomaron la patita por debajo de la puerta. La mezcla de escenarios a revisitar, leveleo, acción y plataformas consigue que te importen los lugares que recorres, el personaje y hasta la historia; porque todo evoluciona gracias a nuestros avances, gracias a la aventura.

Dust: An Elysian Tail basa en eso su esencia y es en lo que se hace fuerte. Dust despierta sin recuerdos, con una espada parlante y una rata voladora (y dueña de la espada) que le acompañarán en su viaje de descubrimiento. El mundo está lleno de monstruos y de criaturas que entorpecerán nuestro paso. Al estilo de Shadows over Mystara, nos encontraremos con aldeas; aunque estas recuerdan más a las de Muramasa, con gente que nos pedirá que cumplamos ciertas misiones para ellos.

Dust toma ideas de muchos títulos, y las hace propias

Aquí cobra importancia las habilidades que obtenemos, que cumplen tanto la función de llaves para acceder a nuevas áreas como para azotar con más violencia a nuestros rivales; y también la cualidad de los escenarios de ser revisitados, de aparecer en un mapa con su porcentaje de zonas descubiertas y el pique de ver más. La exploración se convierte, por lo tanto, en un valor fundamental en Dust: An Elysian Tail , por lo que la calidad artística resulta un punto fundamental a tener en cuenta.

A este respecto, Dust: An Elysian Tail tiene luces y sombras. Luces porque cuenta con una agradable ambientación, unos escenarios sugerentes, bucólicos, evocadores y de fantasía; pero también sombras, porque la elección de animales antropomorfos (vamos, ositos parlantes que caminan sobre sus patas y se visten) como habitantes de este no parece haber sido la mejor, puesto que se ven cutres, como de dibujos animados malillos y hechos sin intención.

Bonitos y variados escenarios, pero con personajes feotes

Algo que contrasta con el buen diseño de los propios escenarios, que funcionan, que permiten combates que empiezan en un punto del mapeado y acaban en otro muy distinto, pidiéndole al jugador que se conozca la zona entera para no recibir un golpe llegado de Murcia cuando estaba mirando a La Coruña.

En cuanto al sistema de combate de Dust: An Elysian Tail, uno que estaremos exprimiendo cada segundo del título, recuerda al de DMC, con sus traslados de tierra al aire del rival a golpe de espada, azotándolo sin parar; contragolpes y combos larguísimos. Funciona y es ágil. Se adapta al estilo de juego que busca este Dust, nos permite iniciar una combinación y escaparnos rápido de la cadena de botones, inciando otra o zafarnos de una embestida enemiga.

Dust te invita a realizar combos casi infinitos, y a los enemigos a fastidiártelos

Esto resulta fundamental, porque Dust: An Elysian Tail empieza fácil, pero rápidamente se convierte en una experiencia difícil que castiga mucho los errores. Pero mucho, es fácil morir por no haber prestado atención a ese enemigo que llega por tu espalda, por haberte sumergido en un combo largo sin percatarte de que un puñado de criaturas llegaban por arriba.

Cobra también mucha importancia, precisamente por ello, el sistema de niveles. Obtenemos gemas que equipamos en nuestro inventario para decidir qué stat de nuestro héroe mejoramos. Hay que conseguir un correcto equilibrio entre todas las habilidades y estar siempre pendiente de actualizar nuesto estado. Si no mejoras, te comes una buena paliza.

Dust: An Elysian Tail es pura aventura, muy recomendable

Claro que este planteamiento también tiene zonas oscuras: Dust es muy generoso con el jugador, y le entrega habilidades demasiado poderosas ya al comienzo del juego, consiguiendo que rápidamente se dejen de lado los combos más sencillos,

¿Que dónde está el problema? En que los usaremos sin parar, dejando de lado todo los demás y cayendo en la repetición de nuestras ejecuciones. Por otra parte, los enemigos cuentan con patrones limitados de ataque puesto que buscan castigar tu error más que provocarlo con complicadas estratagemas de ataque.

Falta variedad de patrones de ataques enemigos

Tendrás un montón de enemigos a tu alrededor y tú te liarás a enlazar combinaciones de doscientos o cuatrocientos golpes (por cierto, es fácil ejecutar infinitos ya desde los primeros momentos de Dust: An Elysian Tail), y uno llegará por tu espalda, te dará un coscorrón, te bajará mucho la vida, se romperá la cadena, te castigarán y vuelta a empezar. Ellos quieren que dejes de combear, matándote en el proceso, tú hilar combos y más combos, porque el juego te premia.

Salvando el problema de que sí que el juego puede volverse repetitivo en lo que es la ejecución de golpes se refiere, y de que es feote en sus diseños de personajes, lo cierto es que el factor aventurero está muy bien llevado, así como el modo de relacionar al escenario con el espadachín Dust. La progresión también funciona, así como todo el juego en sí. El trabajo de Dean Dodrill es muy recomendable, y lo tenéis este mes para Playstation Plus. Disfrutadlo.