Schrodinger's Cat and the Raiders of the Lost Quark Análisis

Schrodinger’s Cat and the Raiders of the Lost Quark ostenta el dudoso honor de tener el título más raro de la historia de los videojuegos, en un guiño a ese también retorcido humor de las aventuras de LucasArts. El tono del juego va también por ese camino, cercano a Day of The Tentacle, con mucho humor y unas voces actorales fantásticas.

Pero el videojuego no es una aventura gráfica, es un plataformas en el que las acciones a realizar, más allá de saltar o golpear, se resuelven mediante secuencias de puzles; que a su vez recuerdan a los movimientos especiales de un fighting game. Sí, con hadoukens de por medio.

Humor, saltos y puzles que funcionan entre ellos

Lo de Day of the Tentacle no es solo por las risas basadas en un humor que se basa en el desconcierto de personajes tarados, también por el tipo de personajes; aunque en lugar de tentáculos aquí son moléculas y quarks y cosas que sí, recuerdan en su materialización a un tentáculo. ¿Y a quién encarna el jugador? Pues al bueno del gato de Schrodinger´s, el único capaz de solucionar el caos montado en un zoo de criaturas particulares.

Con el teclado y sus W, S, D, E, etc. manejaremos las acciones del minino, mientras que con las teclas direccionales controlaremos a los quarks. Estos bichos, de colores, tienen cada uno una función asignada por cada dirección. Son limitados, los recogemos y los usamos.

Schrodinger’sCat and the Raiders of the Lost Quark no es nadie sin sus quarks

Para poner un ejemplo, el Quark amarillo se asigna a la tecla de dirección arriba, y al pulsarla, el quark se vuelve a su rincón y nosotros flotamos; como Tails con su cola pero hacia arriba. Eso sí, si tenemos tres de ellos, porque la cosa va de combinar a estos animalejos, bichejos, o lo que sean.

Y no solo mezclar la utilidad de los de un solo color, sino que también varios de ellos para acabar rompiendo paredes, creando pasarelas en el aire, lanzando kames, etc. El juego se complica cuando esto hay que hacerlo a la vez que usamos las habilidades del propio gato y luego se lía aún más.

Cuesta pillar su control al principio

Al principio cuesta pillarle el tranquilo y es muy poco recomendable tratar de mapear los controles con el pad de la Xbox 360, porque no acaba de funcionar. Hay que jugarlo con teclado. Sin embargo, al poco rato, acabamos memorizando los patrones de control para usar varios quarks a la vez y el juego se convierte en una delirante delicia, de puzles agradables puesto que están basados en acciones más que en romperse el coco.

El scroll es suave aunque el maldito gato tiende a patinar y no es todo lo ágil que debería; trabajo relegado a los quarks. Los diseños son agradables y muy propios de una serie de dibujos animados infantiles con mala leche.

Un buen trabajo bien resuelto, difícil pero gratificante

Con todo Schrodinger’s Cat and the Raiders of the Lost Quark es una agradable experiencia para disfrutar en el PC, consigue picar pese a lo frustrante que resulta a veces no ser capaz de introducir bien los inputs por falta de maña o por no acordarse de a qué botón corresponde cada quark (aunque el juego siempre te lo recuerda), pero gracias a su simpatía y a su original propuesta, el juego funciona.

Y por supuesto ese regustillo a las conversaciones de los Monkey Island y compañía son siempre un aliciente más para echar otra partidita, pese a pequeñas molestias que sufriremos en el gameplay, debido sobre todo a unas mecánicas que acaban por hacerse complejas