Call of Duty: Ghosts Análisis

Nadie le ha podido hacer sombra hasta el momento y los millones de unidades han volado a lo largo y ancho de la industria del videojuego. No se trata de hacer un ejercicio absurdo de “tantos millones de personas no pueden estar equivocadas”, sino que se trata de entender y comprender qué atrae a la gente a jugar a la obra de Infinity Ward y qué hace que mucha gente lo aborrezca por igual.

¿Es justo? Según el prisma que se le quiera dar al debate, claro. La mecánica del juego ha sido querida desde que la generación se inició con Xbox 360 a finales de noviembre de 2005: Call of Duty 2 ya fue la opción más óptima para comenzar viendo el catálogo que presentaba la consola de Microsoft, y tiene mérito que ocho años después, Call of Duty siga siendo una opción muy a tener en cuenta. Nos empeñamos en cargarnos el éxito ajeno, pero negar la virtud al juego y empecinarnos en jubilarlo en pos de otras experiencias, normalmente, parece más un acto infantil que un verdadero deseo de ofrecer a los jugadores mejores títulos en los que invertir sus euros.

Call of Duty: Ghosts nos ofrece explosiones, espacio y agua

Ghosts debería ser el último episodio del Call of Duty que venimos conociendo desde mediados de la década pasada. La serie ha funcionado correctamente durante toda la generación, pero el salto a Xbox One y PlayStation 4 ha sido bastante traumático, máxime si lo comparamos con su competencia más directa. A pesar de sus rivales en el mercado y la marcha de algunos de los grandes valores de Infinity Ward hace unos años, Ghosts sabe dar a su usuario lo que puede encontrar en un título de la serie: el efecto Blockbuster sigue patente, y con el presente capítulo no hacemos más que confirmar que a la hora de sorprendernos no han perdido músculo.

En realidad, lo que sería la campaña en solitario es un evento cada vez más caduco a la hora de comprender la experiencia que juegan y disfrutan los jugadores. Imprescindible, puede, pero más allá del rimbombante argumento, de las inundaciones, tiroteos bajo el agua y las batallas en el espacio exterior, ese contenido puede no ser conocido jamás por el usuario de a pie, que compra Duty,lo mete en su consola y se va directo al multijugador. Una vez dentro comienzan a sumar horas en centenas y ya nada importa hasta que el frío se vuelve a notar y el usuario inicia su peregrinaje nuevamente hacia la tienda para comprar el siguiente juego de la franquicia.

¿Historia? ¿Qué es eso?

El multijugador de Call of Duty: Ghosts ha sumado unas cuantas novedades y ha eliminado otras. No es negativo que el videojuego vaya sumando nuevas opciones y experimente con otras formas de combate, pero es una lástima que al final nos veamos privados de lanzar una partida en alguno de esos modos desaparecidos y no nos dejen hacerlo. Sin embargo, estoy convencido que los nuevos modos han venido para quedarse. Buscar y Rescatar, por ejemplo, es muy interesante, y premia el combate corto frente a los snipers lejanos: una vez muerto el objetivo, solo podrás confirmar su muerte si tomas la medalla que deja en el suelo. Si esa medalla la rescata un compañero, resucita. No es la única novedad, pero que hayan podido dar otra perspectiva a modos tan clásicos como el Buscar y Destruir se agradece.

Al tiempo

Con el tiempo pueden que ganen entidad, pero si en algo ha perdido Infinity Ward frente a sus compañeros de Treyarch es en el campo de los zombis. En el caso de Call of Duty: Ghosts han pasado de zombis, como venía siendo habitual en la empresa de Modern Warfare, y han terminado apostando por su propio punto de vista con alienígenas. El modo se ha llamado Infestación y viene a ser una especie de modo horda con misiones secundarias que debemos ir cumpliendo mientras recibimos recompensas económicas para gastar en otros elementos. En fin, buen intento, pero no está a la altura de los modos que conocimos en anteriores episodios de Call of Duty.

En definitiva Call of Duty: Ghosts es una gran entrega para hacer un punto y aparte en la franquicia. Las experiencias que vengan apareciendo a lo largo de los próximos meses en forma de shooter parece que pueden jubilar a Duty si no se ponen las pilas con algunas de sus concepciones y formas de entender el mercado del FPS. Aunque algunos hemos disfrutado mucho a lo largo de los últimos años con el competitivo y con sus disparatadas historias, va siendo hora de pensar en el futuro y en la nueva generación de consolas.