Knack Análisis

Knack es un juego de plataformas hecho a la antigua usanza, con todo lo que eso significa y con los problemas que puede dar. El reto, imitarlo, no es un problema cuando se hace bien, cuando se comprende cómo puede funcionar a día de hoy, pero trasladar ideas sin más, sin actualizarlas, puede dar muchos problemas. Por mucho que Super Mario Bros siga siendo divertido hoy en día, hay otros cientos de plataformas que son insufribles. Knack se fija demasiado en estos últimos, por desgracia.

Knack es nuevo, pero viejo

Quizá hubiera sido un buen juego hace 20 años, pero hoy no lo es. Ya hemos superado la noción de dificultad injusta (nota a los listillos: Dark Souls no es injusto) y de las curvas de dificultad artificialmente empinadas. Knack, escrito y dirigido por Mark Cerny, dato que parece ser lo que más importa del juego, es un plataformas muy clásico y básico, pero que poco o nada tiene que ver con los clásicos nacidos de la mano de Cerny, padre de cosas como Crash Bandicoot o Spyro.

Pero vamos al lío: Knack es un ser compuesto de reliquias, nacido en un mundo futurista que lleva años investigando, por alguna razón, cómo usar piedras y reliquias para crear un monstruo gigante. Esto de tener un bicho que crece y disminuye en función a lo bien que juegues tiene bastante potencial y es una idea estupenda, pero desgraciadamente, está muy desaprovechada: no hay un solo momento donde de verdad se sienta que Knack es realmente poderoso, y la culpa la tiene esa dificultad mal entendida. Y si lo hay, vaya, es en una cinemática.

Además, que el bicho crezca o empequeñezca depende siempre, siempre del propio juego y nunca se te permite ser grande rápidamente. E incluso si lo eres, los enemigos también crecen para seguir poniéndolo difícil. A esto hay que sumarle que la sensación en el control tampoco varía nada: Knack no se ralentiza mucho por ser más pesado ni es más grácil al ser pequeño. Nada tiene sentido.

No es demasiado divertido Knack...

Como todo plataformas 3D, Knack salta y golpea enemigos, también tiene un ataque especial y, aquí viene lo importante y supuestamente innovador, puede esquivar ataques. Al usar el stick derecho, Knack realiza una esquiva típica de los Hack ‘n’ Slash, salvo que carece de todo el interés que el uso de tal movimiento tiene en este tipo de juegos porque el combate siemrpe permanece plano, repetitivo y aburrido.

Esquivar es la única forma de evitar los exagerados daños que hacen hasta los enemigos más insignificantes y, por mucho que intenten justificar esto como “no es un juego para niños”, no tiene sentido. Porque sí es un juego para niños, todo en él apunta a ese público, pero jugarlo se hace muy poco llevadero.

Da igual lo grande o pequeño que seas, dos golpes pueden matarte casi siempre. Y esto no se traduce en un “juego mejor”, porque no hay manera de hacerlo cuando Knack tiene tan pocas posibilidades. Cualquier enemigo será siempre una gran amenaza y hay que ir con la precaución al nivel de Dark Souls sin las habilidades que tiene este juego.

No es muy variado

Esquivar en el momento adecuado es esencial y hay que aprenderse las animaciones de casi todos, siempre con un ensayo y error que se alarga en medida de lo malo que seas, pero bueno: esto sí puede estar bien, esto puede ser entretenido a veces. Los checkpoints tampoco abundan, de modo que morir supone repetir un largo trayecto, muchas veces. Es algo muy frustrante, sobre todo cuando enemigos que no ves por culpa de la cámara te matan de un flechazo.

El diseño de niveles también es repetido hasta la náusea: mismos patrones, mismos espacios abiertos con enemigos y mismos caminos hasta la próxima batalla. Cambiará el escenario, pero no la estructura. Los cambios de elementos, como cuando Knack absorve madera o hielo o se vuelve invisible para atravesar unos láseres nunca se aprovechan para variar en algo.

Podría haber sido mejor

Como las reliquias y objetos que Knack usa para tener forma, este juego tiene demasiadas aristas y picos. No hay forma de entender cómo han lanzado un juego tan verde y con tan pocas ideas frescas como juego de lanzamiento de PS4, pero ahí está. Habría sido un movimiento valiente por parte de Sony salir al mercado con un plataformas con aires viejunos y estética infantil, pero no si tiene una jugabilidad tan aburrida y, directamente, coñazo.