MotoGP 14 Análisis

Milestone es una de esas compañías que lanza su juego al año del deporte que pregona, pero llega siempre haciendo menos ruido del que hacen otros deportes. MotoGP 14 no llega al comienzo de la temporada como los juegos de fútbol, o cerca del final cuando hay más emoción como los F1, sino que busca un hueco refrescante a mitad de temporada.

Este año también tenemos ración de motociclismo en formato videojuego, algo que antaño tenía muchos más adeptos y que incluso conseguía atraer a quienes no eran tan fans de la competición real (también, cada vez haciendo menos ruido en España a pesar de la buena representación, entre Márquez, Pedrosa y Lorenzo), y ahora vuelve a por esos fans.

MotoGP 14, simulador y arcade

Muchos años atrás, Namco hacía grandes arcades de motociclismo, pero en el momento en que Capcom entró en la fórmula como competencia, de alguna forma el deporte en los videojuegos dejó de tener peso, y los intentos de hacer cada vez un simulador mejor terminaron por convertirse en un juego complejo, difícilmente accesible, algo que ha tenido que cambiar.

Como parte del género de la conducción que es, MotoGP 14 ha aprendido muchas cosas de otros simuladores en cuestión de opciones de juego y control. Ahora MotoGP 14 puede ser tan simulador y tan arcade como Forza o GRID, claro que con las opciones más realistas sigue siendo mucho más complejo que llevar un coche.

Conduce como quieras

MotoGP 14 permite regular o desactivar, incluso a mitad de carrera, el sistema de bloqueo de tracción que ayuda a tomar mejor las curvas, pero fuera de la carrera es donde podemos decidir absolutamente todo, tanto lo que influye en la moto como lo que hacemos influir a través del mando, desde físicas, ayudas o el polémico rebobinado a cualquier pieza de la moto.

Y es mejor así, claro. Por supuesto que el jugador veterano de la saga puede comenzar un Grand Prix en la categoría reina y un buen nivel de dificultad, pero alguien que no sea muy diestro, por reducirlo a lo absurdo, sería como meterse en 150cc en un Mario Kart. Los rivales te acribillan, te sales de las curvas, caes constantemente... Pero MotoGP 14 te ayuda.

MotoGP 14 te lleva de la mano

El Modo Carrera de MotoGP 14 es la forma ideal de comenzar. No es un Virtua Tennis en el que cojas a Rafa Nadal y lo ganes todo con relativa facilidad, sino que te creas un personaje desde cero y comienzas haciendo un par de sustituciones en un equipo menor de Moto3, la antigua 125cc en las que te adorarán si quedas por encima del 16.

A pesar de la escasez de opciones de personalización, te sientes dentro. No eres el mejor ni el más rápido, pero te sirve con aguantar y ya irán llegando las mejores motos. De todos modos, de primeras no eres capaz de manejarlas bien, así que mejor vé haciéndote a los circuitos, a las trazadas, a las tumbadas, y elige tu forma de jugar.

Más que para fans

MotoGP 14 es un gran representante del deporte en formato videojuego que no sólo está hecho para los mayores fans. Gracias a su accesibilidad puede que despierte una pasión dormida, e incluso gracias a todo un glosario al detalle puede hacer que alguien empiece a sentir interés por el motociclismo mientras se divierte entre carreras más arcade.

Con respecto a la llegada de la saga por primera vez a la nueva generación con una versión en PlayStation 4 no hay mucho que decir. No es un juego desarrollado en exclusiva para esta consola y se nota. Se ve más nítida, pero igualmente tiene una falta de fluidez que todo buen juego de carreras que se precie no se puede permitir.

Las opciones justas, pero satisfacen

Esta vez no se han quedado en los competidores de la categoría MotoGP de la temporada actual, sino que también están licenciados y representados los de Moto2 y Moto3, amén de grandes leyendas del motociclismo de todas las épocas pasadas, una buena mezcla que podía haber sido ensalzada con alguna opción jugable o modo aparte de los básicos.

MotoGP 14 se ha llegado a quedar un tanto corto de modalidades, pero no de formas de jugar. Poder competir con un estilo propio y aprender poco a poco es todo un placer, y sobre todo gracias a una calidad sonora mejorada, que sumada a la vista desde el casco hace sentir como si pudiésemos ser campeones del mundo.