Child of Light Análisis

Ubisoft está en estado de gracia. Child of Light y Valiant Hearts son dos de los títulos más agradables a los que podéis jugar en una consola en estos momentos. Del segundo ya hemos hablado largo y tendido en nuestro análisis, una maravilla que apuesta por refrescar el formato de aventura gráfica que tanto se le resiste renovar a otros.

Con Child of Light, Ubisoft ha hecho lo propio con el género del JRPG; sí, no del rol tradicional occidental, del JRPG. Tras probar la versión de Vita, dos conclusiones: el título es una maravilla y la PlayStation Vita es donde más lucen este tipo de juegos.

La pantalla OLED de la portátil de Sony tiene una gran capacidad para definir, dar sentido, color y viveza al juego. Resulta cuanto menos sorprendente que los gráficos no se apretujen como en el caso de Borderlands o Killzone sino los que se apoya en preciosos pinceles para expresarse.

Child of Light es mucho más que un título bonito a rabiar

Child of Light es un cuento, horripilantemente contado a través de uno de los peores ejercicios formales vistos en un videojuego con rimas, desafortunadas y muy poco inspiradas. Que Child of Light es un relato en tono infantil ya lo sabemos sin necesidad de ellas, y también sin la recurrencia del montón de clichés de cuento. Es más, la combinación de ambas cosas, entorpece la narración.

Por fortuna, los colores, la melodía, el diseño de enemigos, protagonistas y los escenarios tan sugerentes consiguen que te olvides de unos versos que harían llorar a cualquier poeta de verdad (hasta el punto de resoplar cuando estás a punto de iniciar una conversación), y en eso ayuda la máquina. Por que además, un cuento se agarra con ambas manos y la PlayStation Vita, también.

Aunque el tono combina un buen planteamiento pero una irregular resolución, sí se acierta con una exploración cuidada, un sistema de equipamiento diseñado con sencilla elegancia y un combate de JRPG que se comprende en un milisegundo, con sus turnos, sus estados alterados, sus debilidades a los elementos y demás stats; todo reducido a lo fundamental, y desde ahí, darle una vuelta al Active Time Battle de Square-Enix.

Su combate es elegante, sencillo y muy divertido

Child of Light permite entrometerte con tus ataques en los del enemigo, cortarle sus intenciones hostiles con un espadazo propio, obligarle a ir más lento, a reducir sus pasos e incluso a hacerle bailar a tu ritmo.

Entre Ubisoft y Rocksteady están introduciendo el videojuego musical en lugares insólitos para él siempre con una maestría colosal. Los combates de Child of Light son como dos amantes torpes que se pisan los pies. Tu deber es conseguir que los enemigos bailen a tu ritmo, si lo consigues, tus pies no serán machacados, y el combate será tuyo.

Es un combate interesantísimo, que se va nutriendo con la llegada de nuevos personajes al grupo, con la aparición de rivales que sufren al ser impactados con un ataque que lleva incorporado su elemento débil, con una dificultad que premia al buen jugador y que te invita a disfrutar aprendiendo.

Si bien es cierto que nunca llega a suponer un reto, también lo es que el videojuego tampoco quiere serlo nunca realmente, como tampoco lo es Valiant Hearts. La pretensión de Child of Light es sumergirte en un agradable viaje, y los combates también colaboran en ello.

Child of Light recurre demasiado a los tópicos del cuento popular

Lo mejor es la duración del juego. Ubisoft ha conseguido con estos dos falsos indie entregar títulos cortos, en comparación con juegos de primer nivel, pero saben valerse de esa duración para dar lo que quieren dar en su justa medida.

Te lo pasarás en unas 9-10 horas, tras haber combatido, explorado y levelado y haberte empapado con su historia. Y cuando te lo acabes te quedarás tremendamente satisfecho, incluso con ganas de más; que es la mejor manera de cómo te puede dejar un videojuego.

La adquisición de niveles se produce de la forma tradicional, pero introduciendo (de nuevo fijándose en Square-Enix y Final Fantasy) la adquisición de habilidades mediante la colocación, no de esferas, sí de puntos de habilidad a través de un tablero que te conduce al siguiente poder o mejora de stat. Las armas, escudos y digamos “cuerpo” se pueden imbuir con elementos, con uno (hola, materias) que le proporcionan habilidades únicas a la equipación.

Mencionamos mucho a Final Fantasy porque para nada se esconde el homenaje, el vistazo de Ubisoft al género; eso sí, se plantea con una jugabilidad 2D fantástica que se libra de los rigores de caminar solo a derecha e izquierda, fijándose en otros como el desconocido por muchos Souls Bubbles de NDS.

PSVita se descubre como la mejor compañera de estas aventuras

Flotando, explorando, batallando, ayudando a quienes nos piden auxilio y desenmascarando una historia de cuento, llegamos al remate de una aventura que te deja, desde su delicada sencillez, un buen gusto en el cuerpo,y sí , mejor en PSVita.

Sí es cierto que a Ubisoft se le fue de las manos el asunto de las conversaciones rimadas, como también se les pasó de lacrimógeno el Valiant Hearts insistiendo con el drama en sus cinemáticas. Lo bueno es que mientras falla en los intentos de narrar a través de elementos heredados de otros medios, acierta al hacerlo con los propios del videojuego, y eso consigue que Child of Light sea una maravilla, y que sigamos esperando a que nos llegue la próxima creación del motor Ubi-Art.

Child of Light no es un título difícil, no acaba de formular bien su narrativa de cuento, pero consigue, a través de su ambientación, la protagonista Aurora y las distintas piezas jugables, componer una delicada aventura que es una de las mejores de PSVita, la versión en la que lo analizamos. Muy recomendado.