Transformers: Rise of the Dark Spark Análisis

La historia del éxito cinematográfico de Transformers en los últimos años es cuanto menos curiosa ya que esta franquicia basada en los juguetes de Hasbro había descendido a las tinieblas en la segunda mitad de los 90 y dudo que fuese conocida a las nuevas generaciones cuando la primera película se estrenó en 2007.

El éxito fue masivo y Michael Bay, espectacular y vanal hasta la extenuación, logró conectar con un determinado tipo de público que no parece cansarse de explosiones y malos guiones cada 2-3 años.

Con el éxito en las salas de cine aparecieron los inevitables juegos, Transformers: The Game, Transformers: Revenge of the Fallen y Transformers: Dark of the Moon, todos bastantes mediocres y simples intentos por aprovechar el tiron de las películas. La excepción a la regla fueron los juegos publicados por High Moon Studios, Transformers: War for Cybertron y Transformers: Fall of Cybertron que fueron una sorpresa por su alto grado de diversión y gran acabado técnico. Transformers: Rise of the Dark Spark ha sido desarollado por otro estudio, Edge Reality e intenta fusionar ambas premisas: el universo de la saga de Cybertron con elementos narrativos de las películas de Michael Bay.

La historia de Transformers: Rise of the Dark Spark ¿original?

La trama de este nuevo título sirve como una precuela de Transformers: Fall of Cybertron y la película Transformers: la era de la extinción y el meollo de la historia circula alrededor de un poderoso artefacto, el Dark Spark, capaz de abrir agujeros dimensionales y que ha fusionado dos universos distintos de los transformers. Los autobots investigan la caída de un meteorito en la Tierra que alberga la presencia de este poderoso objeto de origen cybertroniano.

El mercenario Lockdown llega antes de los autobots y consigue huir llevándose la reliquia. Este es el inicio de una aventura en la que los autobots viajarán a la Crystal City para recuperar el Dark Spark. La historia está cogida por alfileres y no hay cinemáticas que expliquen y enriquezcan un poco el transfondo de la misma. Es una idea atractiva pero poco o mal elaborada para presentarnos niveles y más niveles de "galerias de tiros".

Desarrollo inexistente

En Transformers: Rise of the Dark Spark alternamos el control de los autobots y los decepticons aunque la verdad sea dicha no hay mucha diferencia entre un nivel u otro y hasta es posible que ni nos percatemos. Al igual que los anteriores títulos de la serie, se trata de un arcade en 3.ª persona a lo Gears of War en el que podremos luchar a base de láseres o tortazo limpio o bien transformados en alguno de los vehículos, dependiendo del transformer que manejemos en cada momento.

El sistema de combate de Transformers: Rise of the Dark Spark es bastante simple y aunque generalmente el control es bueno la confusión se apoderará de nosotros con frecuencia ya que hay veces en las que es difícil distinguir los enemigos de los escenarios. La IA es de chiste y en más de una ocasión los enemigos se quedarán parados sin hacer nada o efectuarán maniobras evasivas muy exageradas, lo que no hará sino aumentar la frustración. Esto no quiere decir que el juego sea fácil ya que se producen picos de dificultad inexplicables de tanto en tanto.

El catalogo de armas en Transformers: Rise of the Dark Spark, que cuenta con unas 20, es bastante amplio aunque el sistema de mejoras es un poco farragoso y la mayoría resultan inocuas al desarrollo del juego, es muy posible que termines ignorándolo una vez que hayas encontrado un arma que te funcione decentemente.

El sistema de habilidades especiales tampoco aporta mucho ya que cada uno consume mucha energía pero al menos aporta un poquito de variedad. La potencia de fuego de los vehículos es desproporcionalmente mayor que la de las armas de a pie, por lo que terminaremos jugando casi siempre como vehículos.

Un apartado técnico que no está a la altura

Transformers: Rise of the Dark Spark peca de los mismos problemas que sufren otros juegos inspirados en licencias cinematográficas, es decir un desarrollo incompleto en el que lo importante no es la calidad del producto sino más bien tener algo en el mercado a tiempo para el estreno de la película. Nos encontramos ante un juego al que le faltan meses de trabajo y que sufre de un acabado muy cutre.

Los gráficos e están incluso por debajo de los títulos anteriores en PS3 y Xbox 360 y la resolución de 1080p solo resalta las taras visuales existentes. El frame rate es a 30 fps pero este servidor sufrió más de una ralentización lo que en un juego de estas características es un pecado mortal.

El modelado de los robots es correcto sin más mientras que otros elementos como las texturas, la iluminación y los efectos de partículas se quedan muy cortos. El diseño de los escenarios no pasa de ser servicial aunque es demasiado simplista y le falta chispa (salas grandes y puertas básicamente).

El apartado sonoro no mejora el conjunto y aunque la música es pasable los efectos de sonido y las voces bajan la nota general (y se advierten algunos problemas con la mezcla del audio también). Sí que es verdad que el texto y la historia de Transformers: Rise of the Dark Spark no dan para mucho pero aún así las voces de los actores no ayudan a crear ambientación y diría que un 90% de las bromas te dejan más bien frío. Mediocre es el mejor adjetivo para calificar a todo el apartado técnico, una pena.

Una entrada en la serie para olvidar

Ni siquiera la vuelta en Transformers: Rise of the Dark Spark del modo multijugador "Escalada", en el que cuatro jugadores luchan en cooperativo contra ordas de enemigos, justifica la existencia de este juego.

A pesar de la posibilidad de transferir las mejoras y armas ganadas en la campaña, este modo termina aburriendo tras unas horas y supone otro aspecto desaprovechado en un título que viene a aglutinar todos los problemas asociados con este tipo de licencias: falta de atención, desinterés y un mal acabado que no satisfará ni siquiera a los más acérrimos fans de las saga.