La Tierra-Media: Sombras de Mordor Análisis
El Señor de los Anillos no ha tenido los mejores videojuegos del mundo, pero Sombras de Mordor hace que nos olvidemos de eso con su peculiar mezcla de ideas de otros juegos. Este es nuestro análisis.
Coge El Señor de los Anillos, quítale los hobbits, ponle un protagonista que se parece a Aragorn (y que, de hecho, es también un montaraz del norte), súmale unas ejecuciones violentas dignas de Mortal Kombat (otro juego que publica Warner Bros. Entertainment, por cierto) y el resultado será algo parecido a La Tierra-Media: Sombras de Mordor.
Y no son las únicas ideas 'poco originales' de este juego, pues alberga muchas que parecen extraídas de otros compañeros de género, como Assassin's Creed (hubo una polémica con esto) o los Batman de la saga Akrham. Lejos de ser algo malo, la mezcla de elementos con una idea original por su parte es bastante entretenida.
Sombras de Mordor hace sencillo lo imposible
Un mérito que hay que reconocerle a Sombras de Mordor es que hace medianamente interesante la explotada franquicia de El Señor de los Anillos. A pesar de que El Hobbit ya huele a muerto y de que el paso de las historias de Tolkien por los videojuegos son en su mayoría malas, Monolith y Warner han conseguido hacerlo bien.
¿Cómo? Inventándose una nueva historia, relacionándola con personajes secundarios de la mitología y de una manera poco nociva para el canon de los libros (no vaya a ser que Stephen Colbert se enfade) y centrándose principalmente en un solo elemento: matar y matar y matar y matar orcos. Que no son humanos, no pasa nada.
Más homenaje que plagio
La historia, pues, es inventada, aunque cuente con personajes clave como Celebrimbor, el herrero que forjó los Anillos de Poder, o el mismísimo Gollum, que juega un papel más bien secundario. Lo que no es inventado es el sistema de combate, que es clavado al de la saga Arkham , a excepción del ritmo que Batman necesitaba llevar para ganar bonus de fuerza.
Otra idea que no se avergüenza en apropiarse es el 'free running' de la saga Assassin's Creed: Talion escala torres, hace ejecuciones y salta sobre toda clase de obstáculos cual maestro asesino. El sigilo también recuerda un poco al de la saga de Ubisoft, aunque se más dinámico si cabe.
Ahora bien, acusarlo de plagio quizá es ir demasiado lejos. No es como si estas otras ideas no estuvieran ya inventados u otros juegos no las hubieran usado. Monolith no se ha avergonzado tanto en esconderlas, eso sí es cierto, pero tampoco son culpables de nada. O no solo ellos, al menos.
El sistema némesis sí es original
Lo que sí ha inventado este juego es el llamado sistema de némesis, una idea brillante por la cual los enemigos suben de rango cada vez que te matan, lo que lleva a cambios de poder dentro de las huestes orcas. Cada capitán orco tendrá un poder, que obtendremos a matarlo, y una personalidad, que es un adorno fantástico para disfrutar aún más matándolos.
Esta personalidad no solo tiene que ver con cómo habla o te amenaza, sino que se filtra en sus puntos fuertes o débiles, que pueden tener que ver con otros enemigos o con actos del protagonista. Por ejemplo, hay orcos que tienen miedo a los caragors (unas bestias del juego), otros al fuego y otros son sensibles a los ataques sigilosos.
El Señor de los Orcos
El sistema de némesis tiene un lado mucho más interesante, y tiene que ver con aprovecharse de los orcos, ya sea para sonsacarles las debilidades de sus compañeros al 'tocarlos' con la mano fantasmal de Celebrimbor o para controlarlos y poder usarlos en el futuro.
Estos orcos marcados sirven luego para derrocar poco a poco el ejército de Sauron y avanzar aún más en la historia, y es desde luego donde más brilla el juego. Ya no se trata de matar con ingenio a los enemigos, ahora también hay que controlarlos y 'capturarlos' según cuál sea su relación con los puestos más altos de la jerarquía. Monolith se ha lucido con esta ideaza.
Sombras de Mordor, una sorpresa de 2014
Es posible que pese a lo entretenido que es ir matando y marcando cientos de orcos que nunca dejan de aparecer por el mundo abierto de Mordor, pese a lo bien fundamentado de su combate y dinámicas de movimiento y lo original y profundo del sistema de némesis; es casi seguro que Sombras de Mordor pasará algo desapercibido entre otros juegos de más nombre de esta época.
Eso no quita que nos guste y que no podemos dejar de alabar el buen hacer de Monolith con una franquicia tan asentada y vista mil veces como es El Señor de los Anillos. Imitarán muchas cosas, pero han mezclado todo como dios manda y han aportado una pizca de gracia que sí es nueva.
