Assassin's Creed Unity Análisis

    Uno de los lanzamientos más esperados del año puede que sea también de los que más polémica acarrea. Assassin's Creed Unity no se desenvuelve bien en la nueva generación, pero aún así ofrece un gran sandbox.

    Las expectativas con Assassin's Creed Unity eran altísimas. No sólo supone el estreno de una de las sagas más importantes de la pasada generación de consolas con un título desarrollado en exclusiva para las nuevas Xbox One y PlayStation 4 (y PC, claro), sino que supone el regreso de la saga a Europa tras unos años navegando por el Caribe, y regresa por todo lo alto.

    Por todo lo alto en cuanto a dimensiones se refiere, porque París, la París de Assassin's Creed Unity, es una criatura descomunal. Es una creación realmente impresionante en comparación directa con cualquier otro juego de la saga o cualquier otra ciudad de un sandbox cualquiera. Calles, fachadas, tejados e incluso algún que otro interior de interés, con todo lujo de detalle.

    Assassin's Creed Unity

    Assassin's Creed Unity, París, ¿Revolución Francesa?

    Si Ubisoft no hubiese decidido mostrar en tráilers varios de los mejores momentos del juego tal vez hubiese más sorpresas de las que hay, pero nos quedamos con que esta vez Assassin's Creed viaja a la París de finales del Siglo XVIII, desde algo antes del comienzo de la Revolución Francesa, donde vamos conociendo poco a poco a Arno Victor Dorian, el nuevo protagonista.

    En general el elenco de personajes que desfilan por la pantalla durante más de 20 horas no resulta muy memorable por mucho que estemos al tanto de sus respectivas contrapartidas en la historia real. Aquí la trama, más que en la propia revolución o en la guerra entre templarios y asesinos, se centra en el romance casi imposible entre Arno y Emile.

    Assassin's Creed Unity

    Se olvidan partes que hicieron grande a Assassin's Creed

    Tanto este mayor enfoque en el amor como la prácticamente nula aparición del componente 'presente' con Abstergo, la civilización antigua y demás, son un reflejo de cómo la propia Ubisoft ha ido dejando por el camino varias de las aptitudes que han hecho grande a Assassin's Creed. Es como si esto sonase a un 'volver a empezar'.

    Pero no podemos olvidarnos de todo, y ellos tampoco pueden, claro. Se nota en el propio Arno, o en los mensajes de Nostradamus que podemos descifrar con búsquedas a lo largo de todo el mapa, que van muy en la línea de cosas que encantaron anteriormente, como Ezio y los puzles de 'La Verdad' respectivamente.

    También, por desgracia, han decidido pasar de la doble hoja oculta. Tal vez en el siguiente...

    Assassin's Creed Unity

    No muchas novedades, no todas buenas

    Assassin's Creed Unity tuvo el potencial de haber sido uno de los grandes juegos de este año, pero la ambición y las prisas le han jugado una mala pasada. Al final, ni cinematográfico ni nada, Unity no ha llegado a los 60 frames por segundo porque apenas puede mantener los 30 estables, y en zonas que requieren cierto plataformeo o combate con precisión, hay problemas.

    En general el gran problema es ese 'mucho más' para todo. Muchas más superficies que escalar, edificios mucho más grandes, muchas más animaciones... Que al final acaban haciendo que sea todo un auténtico batiburrillo intentar colarse por una ventana con éxito. Y si coincide que en ese momento la cámara no quiere responder bien, más problema aún.

    A la hora de combatir, más de lo mismo. Las opciones se han reducido con respecto al número de armas que podemos llevar encima, pero esta París virtual es una ciudad tan superpoblada que combatir se hace mucho más difícil de lo que debería, y no es sólo porque hayan decidido prescindir de tanto kill-combo automático, lo cuál es todo un acierto.

    Assassin's Creed Unity

    Saqueos, misiones y mejoras

    En cierto aspecto, Assassin's Creed Unity ha adaptado ese sistema de elecciones sobre cómo afrontar una misión entre sigilo, don de gentes o fuerza bruta, y aquí tiene mucho que ver cómo decidamos que sea nuestro Arno, la ropa que lleve (y las estadísticas que potencie) o las habilidades en las que elijamos invertir los puntos dedicados a ello. Ganzúas, siempre.

    Esta vez hay muchas opciones para equipar al protagonista y hacer que nuestro estilo de juego sea más o menos único, sobre todo de cara al cooperativo online, ya que tendremos aportar algo al equipo con nuestras estadísticas, un arma cuerpo a cuerpo y una habilidad de equipo.

    Y claro, ir completando todo tipo de misiones nos abre la posibilidad de equiparnos con una mayor variedad de objetos. Los más suculentos son exclusivos de las misiones cooperativas, y además, el bonus económico se maximiza si conseguimos superarlas sin ser detectados.

    Y cómo no, tenía que llegar. Otros de estos elementos se desbloquean a través de una aplicación compañera para móviles, y todos, bloqueados o no, se pueden conseguir si pagamos con unos créditos especiales que tenemos que comprar con dinero real. Micropagos completamente opcionales por ahorrar tiempo, pero feos micropagos al fin y al cabo.

    Assassin's Creed Unity

    Mucha elección, pero a la hora de la verdad...

    Todo lo de la personalización y las formas de afrontar una misión suena muy bien sobre el papel, pero la realidad es que una de las novedades que incluye Assassin's Creed Unity, que es el abuso del sigilo, está algo roto y hará que más de una vez tengamos que repetir misiones porque algún guardia ve mucho más de lo que debería, o el otro caso, que las misiones sean un paseo porque haya guardias que no se enteran de nada.

    Si el sigilo da problemas y éstos dan lugar a que se llene una estancia de guardias y se forme uno de esos combates multitudinarios que da problemas, tenemos una cosa más que falla, por haber querido aspirar a mucho más cuando hace mucho que ya estaba bien.

    Si ya no hay mucha variedad de misiones, se termina la magia cuando descubrimos que la mayoría las podemos pasar a base de escalar, correr de todo encontronazo, matar al objetivo y salir pitando entre bombas de humo y aturdidoras.

    Pero hay tanto que hacer en París...

    Ahora que ya tenemos una París tan inmensa hecha, ya no podemos decirle que no, pero menos tamaño y mejor contenido habría estado muy bien. Es una pena que haya tanto que hacer por París y algunas misiones secundarias tan interesantes como la investigación de crímenes, y que sus millares de peatones estén completamente vacíos. Algo habitual en la saga, si, pero ya que estamos con las mejoras, va tocando.

    Al final tenemos una sensación de un mundo potentísimo muy desaprovechado. La ciudad está recreada a un nivel asombroso, y colgados en una atalaya o desde cualquier tejado, la ambientación y la imagen de la gente aglomerada en las plazas es de impresión, pero en cuanto nos movemos, se ralentiza y en cuanto tocamos esa marabunta, se rompe.

    Assassin's Creed Unity

    Assassin's Creed Unity, belleza de mirar y no tocar

    Assassin's Creed Unity sería un juego excelente si esa balanza del esfuerzo estuviese bien equilibrada. Incluso con el parche del día 1 parece algo que no ha pasado un control de calidad apropiado, se rompe, y no hemos venido a la nueva generación para esto.

    Ha perdido su faceta artística, ha perdido gran parte del interés cultural, ha perdido otra gran parte de su ciencia-ficción,... Todo para ganar en ser un juego que apetece sencillamente recorrer, sin nada más que moleste.

    7

    Pros y contras

    • París, gigantesca, variada, preciosa
    • Duradero, rejugable, con mucho contenido
    • Élise <3 aunque como personaje sea un tanto nula
    • Demasiados bugs, glitches, cuelgues, ralentizaciones y cosas extrañas que no deberían estar
    • Ya casi no hay más 'historia' que la de amor
    • Arno tiene el carisma de un zapato, pero funciona bien como avatar para el cooperativo online

    Assassin's Creed Unity

    Disponible desde 13 november 2014

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