Análisis de Batman Arkham Knight - Gotham se agota

Ser un superhéroe en un videojuego es complicado porque, bueno, Batman jamás moriría a manos de una pandilla de matones de pacotilla, no se caería al agua con el batmóvil en un circuito o no se quedaría atrancado en un puzle, pero esto es algo que nos ha pasado habitualmente en Batman Arkham Knight.

Es normal que un juego de con el Caballero Oscuro tenga estos fallos que te rompen un poquito la imagen que tienes de él. Y sin embargo, eso de "sé Batman" nos parece una maravilla porque, cuando funcionan, los juegos de Rocksteady son algo divertidísimo, con una profundidad en el combate sorprendente y con muchas opciones.

Batman Arkham Knight concluye la saga

La clave está en eso, cuando funcionan. Arkham Asylum lo hacía como la seda, con unos escenarios bien pensados y planteados, hasta el punto de que eso parecía más un juego de investigación que de acción. Sus sucesores, sin embargo, han apostado por la acción y el mundo abierto, y poco a poco, han caído un poquito del podio del original.

En el caso de Batman Arkham Knight, al menos, no estamos ante un tiro errado como fue Batman Origins, que es el único de la saga que no ha desarrollado por completo Rocksteady, y eso se notó. La mano del estudio está presente desde el primer minuto en la, supuestamente, aventura final del vigalante de Gotham. Y menos mal.

El batmóvil no es tan bueno como nos gustaría

Sí, menos mal, porque esta franquicia y esta manera de hacer jugeos con Batman ya no da para más de sí, y Batman Arkham Knight lo deja claro en más ocasiones de las que nos gustaría. Incluso cuando triunfa y presenta puzles ingeniosos, buen uso de los gadgets o combates reconfortantes, al doblar la esquina, bam: jarrón de agua fría.

La culpa de esto suele tenerla el batmóvil, que es el gran añadido de Batman Arkham Knight y que funciona muy bien cuando te dedicas a perseguir tanques enemigos y a destrozarlos, pero que como medio de transporte o para resolver puzles es tan basto como su aspecto.

Para colmo, Rocksteady ha decidido que el batmóvil era necesario para ciertos puzles en interiores que no tienen ni pues ni cabeza, empezando por los de Enigma y finiquitando con ciertos momentos de la recta final con los que entran ganas de tirar la toalla y jugar a Sombras de Mordor de nuevo.

El combate sigue siendo su fuerte

Mencionamos Sombras de Mordor, precisamente, porque pensamos que, ya que Warner Bros tiene los derechos de publicación de dicho juego y de Batman Arkham Knight, Rocksteady podría haber copiado algunas ideas del sistema de Némesis para renovar por completo el combate del juego. Y no somos los únicos que lo hacemos.

No ha sido así, pero por fortuna, Batman Arkham Knight tiene unos cuantos enemigos interesantes y algunos nuevos conceptos, como los médicos, los enemigos electrificados o los soldados invisibles a tu visión de detective que hacen el combate y el sigilo más interesantes y complicados.

Como siempre, sigue habiendo cierto componente de puzles en el juego. No hablamos solo de las investigaciones, que tienen su interés dependiendo de si te gusta o no cierta misión; sino del combate y el sigilo. Resolver cada situación exige algo de anticipación y de organización mental, y o te metes en el ritmo del juego o acabas frustrado.

A veces es un pelín pesado

Es uno de los problemas de Batman Arkham Knight, desde luego. Puede ser frustrante por momentos, no solo porque la historia es horrible y la gran revelación de la trama se ve venir desde lejos sino porque las misiones secundarias, que son casi mejores que la principal, no están introducidas con nada de naturalidad.

Todo es un trámite para Batman, que puede aparcar el secuestro de un compañero fiel para decicarse a perseguir secretos de Enigma, los cuales, por cierto, siguen siendo un coñazo tremendo. Nos habría gustado que las misiones secundarias fueran algo más que un elemento paralelo, pero al menos, entretienen.

Afortunadamente, la historia es algo secundaria cuando las tribulaciones interiores de Batman toman presencia en el juego y las consecuencias de sus acciones vienen a ser representadas por un personaje secundario de primer orden. No queremos desvelar nada más en este sentido, pero menos mal que está esto ahí.

Un gran juego, pero a la sombra de sus precedentes

En definitiva, no podemos decir que Batman Arkham Knight sea un mal juego, pero tampoco es excelente. Está lejos de la gloria del primer juego, e incluso de la del segundo; y su propuesta de mundo abierto no termina de cuajar como es debido, y ahí el Batmóvil no tiene toda la culpa.

Si el combate a lo 'Batman' te ha gustado en todos los imitadores que han ido surgiendo estos años, que no te quepa la menor duda de que vas a disfrutar los retos que propone Batman Arkham Knight, aunque es posible que el resto de complementos a esto no te entretengan tanto.

Algunos preferiríamos que Rocksteady hubiera vuelto a los ritmos, temas y puzles de Batman Arkham Asylum, pero está claro que Batman Arkham City gustó en general mucho más y que por ahí es por donde han querido ir. No es un mal camino, pero no es el que nosotros habríamos tomado.