Análisis de Rare Replay - El nuevo retro
Rare Replay es una recopilación fantástica que, aunque no tiene todos los juegos desarrolladores por Rare, sirve para entender por qué fue un estudio tan especial.
Tanto si te entusiasman los juegos antiguos como si no, estamos seguros de que alguna vez has oído hablar de Rare, ese estudio que hacía unos juegos mágicos y que ahora...bueno, hace cosas para Microsoft porque los compraron allá por 2002. Por una razón o por otra, Rare Replay te puede interesar.
Esta colección de 30 juegos de Rare no recopila ni de coña todos los juegos del estudio, pues desde su fundación allá por 1982 – cuando se llamaban Ultimate Play the Game y eran cuatro mataos haciendo juegos para Spectrum – han producido y/o desarrollado un centener de títulos. Y aún así, Rare Replay es un compendio fabuloso.
Rare Replay no tiene todos los juegos, pero sí los fundamentales
Eso sí, no todos los juegos son fabulosos. Muchos son estupendos, otros reguleros y otros prácticamente imposibles de entender si no los jugaste en su día, pero pensamos que esa es parte de la gracia de esta colección: es algo intergeneracional, pero siempre favorecerá al jugador que lleva años con el estudio.
En ese sentido, Rare Replay es una muestra de los méritos que hacen de Rare un estudio tan aclamado y recordado por su pasado y sirve tanto para que los jugadores que peinan canas lo recuerden para como que los más novicios comprenden de dónde viene tanta admiración por ellos.
De Jetpac a Viva Piñata
Cronológicamente, Rare Replay arranca con Jetpac, el primer juego del estudio y una oda a la jugabilidad clásica que debería aparecer, aunque casi nunca lo hace, en las conversaciones sobre juegos de la época de Pac-Man y Donkey Kong porque nosotros apenas jugamos a títulos británicos.
Hay muchos juegos desconocidos por esa misma razón, y casi con total seguridad, tanto a veteranos como más novatos les costará entender muchos de los juegos más antiguos. Eso no significa que no deban jugarlos, pues gracias a los puntos de salvado automáticos y los retos introducidos, son mucho más llevaderos.
Es una de las grandres cualidades de la Rare Replay: aunque los puristas puedan ver mal estas ventajas y cambios, nadie les va a obligar a usarlas y, para el resto de jugadores, son un extra que ayuda a valorar mejor estos juegos tan anticuados, porque si no, Gunfright y Atic Atac resultarían aún más horrorosos.
Además, no hay manera de pasarse la fase de las motos de Battletoads si no es usando estas mejoras, pues hay una fantástica (aunque solo disponible para los juegos más antiguos, los previos a Nintendo 64) con la que puedes rebobinar un minuto de juego y volver a intentar la prueba de turno.
Más nintendera que Nintendo
Es gracioso cómo, gracias a la Rare Replay, Xbox One tiene ahora mismo más juegos de Nintendo 64 que Wii U. Los clásicos de esta época de Rare lucen genial, aunque el control de Jet Force Gemini necesita urgentemente ser mejorado mediante parche, algo que ya está anunciado.
La ausencia de Golden Eye 007 es bastante dolorosa, pero al menos tenemos un Perfect Dark con un control actualizado y los siempre perfectos Banjo-Kazooie, Banjo-Tooie y Conker's Bad Fury Day, que a día de hoy sigue siendo un juego fabuloso y que no sabemos cómo se atrevieron a publicar en Nintendo.
Pasión archivista
Sumado a todos los juegos, Rare Replay incluye algunas joyitas en forma de artworks y trabajos sin lanzar del estudio que a los más fans gustarán bastante. Hay entrevistas con miembros pasados y presentes del estudio – aunque no con los dos fundadores – y algunos vídeos más bastante curiosos.
Todo esto se tiene que desbloquear sacando sellos en los juegos, y eso puede ser una tarea algo afanosa, pero merece la pena por conocer un poco más de cómo era y es el estudio por dentro.
Rare Replay es de lo mejor de Xbox One
Si tenemos que citar alguna cosa negativa, no nos termina de gustar cómo están organizados los juegos, con algunos dentro de la Rare Replay en sí y otros muchos sacados fuera en forma de juegos individuales y emulados de Xbox 360. A veces es práctico, pero llenar el dashboard de recuadros no nos va demasiado.
Y además, como la emulación de estos juegos no siempre es perfecta, es posible encontrarse con algunos fallos de framerate o de texturas; pero realmente no es nada grave como para defenestrar el juego emulado en sí.
Por todo esto y por la pasión que aún transpiran todos los juegos, independientemente de que sean mejores o peores o hayan envejecido regular a los ojos de los nuevos graficazos de nueva generación, Rare Replay es un vistazo al pasado que a muchos les gustará echar solo por nutrir su nostalgia o por aprender algo nuevo sobre Rare.
Puede que también haya algo de amargura alrededor de Rare Replay porque, bajo el capote de Microsoft, el estudio ha perdido a miembros clave y parece que no tiene la magia de antaño, pero quizá con esta colección ellos mismos vuelvan a encontrar su esencia.
