Análisis de Everybody's Gone to the Rapture

    Everybody's Gone to the Rapture es un juego atípico que gustará a aquellos con ganas de probar algo alejado de los convencionalismos del medio.

    Si The Vanishing of Ethan Carter, Amnesia: A Machine for Pigs o Dear Esther no te dijeron nada, es posible que Everybody's Gone to the Rapture no sea un juego para ti. Ahora bien, si alguno de estos juegos de interesó lo más mínimo, es muy posible que el cuarto juego de The Chinese Room te encante.

    El principal motivo para jugar a esta aventura de exploración es simple: es una reflexión interesantísima sobre la pérdida. Y no se trata de una cualquiera, sino de toda la población de un pueblo de la campiña inglesa en el fin del mundo. Y nosotros tenemos que explorar lo que ha quedado.

    Everybody's Gone to the Rapture

    Everybody's Gone to the Rapture es el tercer juego de The Chinese Room

    En Everybody's Gone to the Rapture, todo el mundo ha desaparecido, pero sus vidas han quedado atrás en forma de objetos, de pequeños detalles y de luces extrañas que se mueven por los detallados escenarios recreados en CryEngine. No solo de Crysis vive este potentísimo motor, y The Chinese Room le ha sacado un rendimiento excepcional.

    No hay duda de que este juego es bonito y que se ha aprovechado el poder de su motor para crear un montón de pequeñas historias que surgen de cosas tan tontas como una botella rota en una casa, de una bicicleta abandonada en medio de una carretera de tierra o de un ZX Spectrum en un faro.

    Hay algo potente en todo esto, la verdad. Aunque suene muy relamido, existe cierta fuerza en el vacío de este juego, algo desconcertante que no sabes muy bien lo que es y que vas entendiendo muy poquito a poquito y solo a medida que recorres cada rincón cotilleando en las vidas ya finitas de los habitantes de Shropshire.

    Everybody's Gone to the Rapture

    Un 'terror' atípico

    A medida que avanzas por Everybody's Gone to the Rapture, compruebas que todo está como se había quedado en el momento del fin del mundo. No hay cuerpos, así que tranquilos, que este no es un juego sangriento, y de ahí el gran vacío que mencionábamos antes: el instinto para buscar y encontrar qué ha pasado es inmenso.

    No hay terror tal y como lo conocemos en los videouegos, sino una sensación de desazón que te acompaña en cada instante pese a que avanzas y avanzas y no hay realmente nada de lo que tener miedo. Es un truco narrativo muy inteligente, sobre todo porque no hay ninguna mano que te guíe salvo la tuya.

    Everybody's Gone to the Rapture

    La nada es realmente especial

    Everybody's Gone to the Rapture tiene una historia indescriptible, o al menos lo es cuando intentas hacerlo sin spoilers. Es una historia sobre personas, con la gracia de que no hay ninguna presente. Eso no impide que termines conociendo a cada una de ellas a través de lo que han dejado detrás.

    Por fortuna, el texto no es la principal manera de darse a conocer. La exposición de toda la trama se lleva a cabo mediante la exploración y el examen de objetos. Y aunque parezca algo soso, esto da para entretenerse largo y tendido, y sin otra cosa que hacer, reflexionar sobre cada pequeño detalle.

    Eso sí, la principal mecánica de Everybody's Gone to the Rapture es toquetear las luces que recorren los escenarios. Primero te toparás con luces pequeñitas que seguirás hasta encontrar los núcleos lumínicos principales que sirven para desentramar los misterios principales que unen las cinco áreas a explorar del pueblo y por los que ellas te van orientando.

    Everybody's Gone to the Rapture

    Juego raro, pero fantástico

    Poco a poco, incluso si no te vas enterando de todo lo que pasa, llegará un momento en el que notas que Everybody's Gone to the Rapture te tiene atrapado y no puedes soltarlo. Al no haber un proceso de guardado normal, sino checkpoints bien distanciados, terminarás jugando casi forzado hasta desentramar qué puñetas ha pasado.

    No es algo negativo per se, porque acabarás concentrado y pendiente de cada sonido, cada imagen y cada momento que vives. The Chinese Room no es respetuoso con tu tiempo, por lo de los puntos de guardado y porque andas lentísimo, incluso cuando 'corres' con el R2, pero cada instante en el juego es intrigante y, por típico que suene decirlo, especial.

    Y cuando un juego, sea del género que sea, te hace pensar que lo que estás viviendo es especial, ya ha conseguido mucho. Incluso si lo único que haces es andar y cotillear en un pueblo, el efecto conseguido, la intriga que envuelve a todo, es plenamente satisfactorio.

    Otra cosa es que cualquier jugador vaya a implicarse así, pero ya os habíamos avisado al principio: Everybody's Gone to the Rapture no es para cualquiera, aunque nosotros pensamos que deberíais darle una oportunidad sin duda.

    8

    Pros y contras

    • Una historia interesante y contada de una forma diferente.
    • Te anima a fijarte y entender cada detalle del escenario
    • Le saca muy buenos gráficos al CryEngine
    • Es un "juego de andar" que no llegará a todo el mundo

    Everybody Gone to the Rapture

    Disponible desde unknown

    Más sobre este juego
    Loading...
    x

    © 2005 - 2024 Todos los derechos reservados.

  • Contacto