Análisis de SOMA - Terror que te vuelve loco

SOMA (web oficial) es un juego de terror en el que te escondes todo el rato de enemigos cada vez más peligrosos, obtusos y extraños y en el que tu objetivo es recorrer una instalación submarina la PATHOS-II mientras descubres los extranísimos experimentos que se han llevado acabo allí y la razón por la que estás tan solo.

Es un juego de terror muy básico, descrito simplemente así, pero su grandeza reside en el guión tan bueno que tiene, en la ambientación de ciencia ficción, en su estética cercana a los mayores horrores mecánicos de H.R. Giger y en el hecho de que tanto protagonista como tú vais descubriendo qué pasa al mismo ritmo.

SOMA es un juego muy inteligente

La interacción con este mundo tan perturbador que te rodea es la clave para avanzar, pero también para irte enterando de la historia. Si has jugado a Amnesia: The Dark Descent, estarás bastante al tanto de cómo se progresa en SOMA desde el primer instante, pero los parecidos con este juego casi terminan ahí.

SOMA es un título de terror, pero la manera en la que te asusta apuesta más por perturbarte y ponerte de los nervios poco a poco que por sorprenderte con algo que está a la vuelta de la esquina, y eso que tiene monstruos mecánicos horripilantes que te matan al menor contacto.

Frictional Games ha preferido explorar terrenos algo más inexplorados en lugar de ser totalmente continuistas, y aunque esto beneficia en general a SOMA, hay algunos aspectos donde el juego no funciona tan bien como lo hacía su magistral antecesor.

Un terror distinto al de Amnesia

No vamos a contar nada de la historia ni del protagonista porque eso arruinaría por completo la experiencia de SOMA, pero os bastará con saber que la revelación de lo que ocurre en la PATHOS-II no deja indiferente y que realmente deja la cabeza muy descolocada una vez llegas a ciertos puntos de su guión.

Es algo que debermos alabar, igual que debemos criticar las voces algo mal interpretadas, sobre todo la del protagonista; que los gráficos no son una locura (menos mal que la estética y la ambientación hacen que nos olvidemos de ellos); o que hay ciertos momentos frustrantes, sobre todo cuando hay enemigos de por medio.

Fracasar al evitar un enemigo se paga siempre con la muerte, y aunque su presencia es aterradora al principio, su carencia de IA, sobre todo si se compara con la voracidad impredecible del xenomorfo de Alien Isolation, hará que te acostumbres rápidamente a ellos y que sus sombras, en un principio temibles, ahora te den más igual.

Como cada vez que mueres, no lo haces por completo, terminas perdiendo el miedo a los enemigos y repetir secciones que te cuestan mucho y donde mueres del todo y vuelves al checkpoint puede llegar a ser frustrante. Este es el mayor pero de SOMA, con diferencia.

Los enemigos parecían su fuerte, pero no lo son tanto

Por fortuna, el resto es simplemente fabuloso. Si el guión de SOMA y las revelaciones que hace a lo largo de la historia son alucinantes, el mimo con el que se ha tratado el diseño de niveles, la ambientación de cada estancia, su iluminación y su sonido es algo de otro mundo.

Somos muy fans de los juegos que consiguen contar más con los escenarios que con lo que escuchas de un personaje secundario o lo que lees en una herramient de hackeo, y aunque SOMA tenga un poco de esto, lo primero nos parece mucho más importante para disfrutarlo.

Bueno, 'disfrutarlo', porque no se puede decir que SOMA sea una experiencia agradable el 90% del tiempo: cuando no estás inquieto por los sonidos, lo estás porque hay un enemigo cerca y no quieres repetir cierta sección o porque no sabes cómo avanzar porque una puerta anda bloqueada y no tienes la llave.

Una experiencia desagradable, pero imprescindible

Os recomendamos SOMA encarecidamente. A pesar de sus errorcillos en un apartado tan interesante como el de los enemigos, que luego entiendes un poco mejor cuando la historia se desarrolla, su estética y lo incómodo de su jugabilidad empujan a seguir avanzando hasta que has descubierto el misterio tras la PATHOS-II.

Desde luego, no es un juego agradable porque te va a perturbar, pero al igual que ocurría con Amnesia, el mero hecho de dominar tus miedos y vencer a SOMA poco a poco serán una recompensa a la altura de los malos tragos que vas a pasar con su protagonista. Desconcertante, desagradable e imprescindible.