Análisis de Civilization Beyond Earth Rising Tide

No son pocos los que esperaban que Civilization Beyond Earth Rising Tide resolviera los problemas que los fans de la saga encontraron en este extraño giro hacia la ciencia ficción que se sacó Firaxis de la manga. Y sí, esta primera expansión mejora algunos de sus problemas, pero no todos, y eso puede ser algo decepcionante.

Al fin y al cabo, quienes juegan a simuladores como este, que viven por y para la gestión, la dificultad y el resolver problemas a medida que van surgiendo, no son muy fans de la simplificación, y Beyond Earth introducía algunas que encajaban con el tono que quería Firaxis pero no con la imagen que tiene los fans de Civilization de los juegos.

Civilization Beyond Earth Rising Tide es un buen añadido, que no perfecto

Quizá el gran añadido de Civilization Beyond Earth Rising Tide es que da mucha personalidad a los diplomáticos, algo que seguro en el mundo real es imposible y que llevado a un videojuego significa que relacionarte con enemigos y aliados por igual es mucho más entretenido e interesante.

Firaxis ha conseguido que las reacciones de las personas detrás de los intercambios comerciales y, si eso, las guerras sean a la vez predecibles y sorprendentes, que desarrollen las cosas a su manera y que puedas prever qué quieren hacer a la vez que pueden sorprenderte de vez en cuando.

Es un riesgo, pues aún hay muchos razonamientos tras la nueva diplomacia de Civilization Beyond Earth Rising Tide que no llegamos a entender y que nos parecen erróneos, pero al menos es algo mucho mejor que lo que venía por defecto con el juego, sobre todo porque se pueden mezclar diferentes aspectos de tendencias de cada personaje.

Así, nuestro mecenas, que ahora son eso, puede mezclar lo bueno y lo malo de diferentes palos, y desarrollarse de esa misma manera, permitiendo mucha variedad dentro de tu particular sociedad. No es un sistema perfecto ni ajeno de errores, pero es mejor que antes, desde luego.

Ciudades en los siete mares

Lo híbrido parece un tema dentro de Civilization Beyond Earth Rising Tide, no solo por la diplomacia adaptable, por llamarlo de algún modo, sino también por las unidades en sí, que son híbridas. Aunque esto tiene sus costes, es algo que cabría esperar de un juego que potencia tanto las ciudades ultramarinas.

Las nuevas ciudades son algo realmente interesante, pues evolucionan moviéndose a nuevas posiciones, y esto implica muchas cuestiones estratégicas. En primer lugar, de cara a la obtención de recursos, pues normalmente abandonaras el lugar donde los consegues por otro donde crecerás y ganarás más.

Esto sin embargo puede significar una mayor indefensión: ¿y si mejor nos movemos a un sitio más fácil de proteger pero que me permite crecer menos? Las ciudades en el mar se protegen peor, pero claro, menos desarrollo también significa ejércitos más pequeños o más esparcidos.

Es genial que haya que tomar decisiones que no son siempre positivas y que implican ciertas desventajas que, llegado el momento, pueden ser mucho más cruciales y peligrosas de lo que habíamos anticipado al tomarlas. Esto es de lo mejor de Civilization Beyond Earth Rising Tide, con diferencia.

Buenos cambios, pero quizá no suficientes

Civilization Beyond Earth Rising Tide es un mundo de exoesqueletos, armas de plasma y arquitectura imposible, alejado de los viejos estándares de arcos, flechas y civilizaciones conocidas que crecen de maneras que no han ocurrido en la realidad. Gandhi declarando la guerra, por ejemplo.

Esta expansión no puede hacer nada, pues, con esa sensación de desapego que ya sentíamos con el anterior juego, y tampoco vamos a criticarlo por ello, pero sí podemos hacerlo por en inmovilismo que manifiesta en puntos donde podría haber mejorado, como las condiciones de victoria.

Si a esto sumamos lo que ya hemos mencionado de la irritabilidad o imprevisibilidad durante ciertos momentos de los líderes enemigos y aliados, tenemos un cóctel problemático: hay innovaciones, pero no son suficientes, y eso revienta un poco la gracia de un añadido que podría haber dado para más.

Así pues, Civilization Beyond Earth Rising Tide se resume a unas pocas nuevas unidades, una diplomacia mejorada en muchos sentidos y ciudades que flotan sobre el mar y permiten nuevas estrategias y desarrollos dentro del juego. ¿Es suficiente para vosotros o no?