Análisis de Downwell - Un pozo sin fondo de diversión

Visto así sin más, Downwell no parece gran cosa. Es un juego más con una estética retro, con un trailer que no dice gran cosa, con un único desarrollador que es casi completamente desconocido y que para colmo tiene un formato vertical, por aquello de que se puede jugar tanto en iOS como en PC.

Por fortuna, todo esto termina siendo secundario dado lo tremendamente bueno que es. Mientras sigan haciéndose juegos tan adictivos y con una fórmula tan bien planteada, nos seguirá dando igual que el 80% de los indies apuesten por los píxeles como puños para ahorrarse algo de tiempo en los diseños.

Downwell es un nombre muy autidescriptivo

Como su nombre indica, en Downwell te tiras por un pozo nada más empezar la partida y no paras de descender hasta que palmas. Para sobrevivir a los horrores que hay a medida que produndizas, usas unas pistolas que van pegadas a tus pies. No, no eres Bayonetta.

Las armas te permiten disparar hacia abajo mientras desciendes a toda velocidad y mantenerte también un poquito en el aire, algo que a veces viene súperbien. Pronto, saltar, disparar, moverte y bajar es lo único que estarás haciendo y no verás nada más en la pantalla que enemigos y las paredes verticales del pozo.

La gracia de Downwell, pues, no es solo que haya trastocado el avance de izquierda a derecha de la mayoría de arcades sidescrollers por arriba hacia abajo, sino que te obliga a recargar munición saltando sobre un enemigo o tocando el suelo, aunque esto último rompe tu combo por completo.

Os podéis imaginar el frenetismo y la habilidad que se termina desarrollando para poder recorrer las mayores distancias posibles disparando lo justo para no quedarte sin munición a la vez que matas enemigos mientras intentas aterrizas sobre uno de ellos para recargar sin perder tu combo.

Spelunky a toda velocidad

Cuantos más enemigos mates sin tocar el suelo, más munición o vida conseguirás, aunque luego también tienes comerciantes de vez en cuando a los que podrás comprar mejoras y objetos, motivo por el cual Downwell termina pareciendo una versión puesta de afetaminas de Spelunky.

Las pantallas están generadas mediante programación procedimental, de modo que el juego será distinto cada vez que lo juegues. Lo mismo pasa con la vida: si palmas, arrancas desde el principio sin nada más que tus agallas y la experiencia personal conseguida.

Su historia se puede completar mucho más rápidamente, eso sí, en unos 20 minutos, pero la primera vez que consiguas hacerlo, posiblemente has invertido más de 10 o 15 horas en conseguir la habilidad suficiente para ello. Y si hablamos ya del modo difícil, apaga y vámonos.

Armas por doquier

Uno de los puntos más inteligentes de Downwell es su sistema de armas. En un principio, parece un Contra en el que se dispara hacia abajo, con armas que además recuerdan al juego de Konami, pero poco a poco las vas mejorando con los upgrades que encuentras y todo se vuelve más interesante.

Es probable que encontrarte con una mejora u otra modifique por completo su manera de jugar. A veces querrás tener un combo largo, pero hay un power-up pensado para saquear los cadáveres de los enemigos en busca de más mejoras, así que romperás tu combo en favor de esto.

Downwell permite diferentes aproximaciones y maneras de sobrevivir a su caída, algo sorprendente dado lo minúsculo del juego y lo sencillo de su aspecto, y esto dependerá casi por completo de las armas que tengas y de si quieres ser metódico y matar mucho o ráudo y tirar para abajo a riesgo de morir.

Oh, y no son las únicas decisiones que tomarás: los power-ups están en tiendas o en habitaciones laterales libres de enemigos donde tu combo no se pierde, por lo que entrar en ellas sirve también para reposar tu castigada mente y plantearte qué hacer a continuación.

Downwell es un arcada fabuloso

En el tiempo de los roguelites abundantes y el pixelart cansino, Downwell es otro de esos ejemplos que liberan al mundo de los tópicos en torno a ambos aspectos del videojuego indie contemporáneo. Es un arcade inteligente, lleno de decisiones y que exige habilidad para ser superado y dominado.

Una vez consigues esto, es posible que no pares de jugar, no solo porque hay algunos modos de juego alternativos que plantean retos distintos, sino porque sus pantallas siempre van cambiando y nunca sabrás qué tienes por delante, si una muerte segura o un power-up fantástico.

Por si esto fuera poco, es un juego que cuesta solamente 3 euros, tanto en Steam como en la AppStore, así que aunque solo sea por curiosidad, merece mucho la pena darle una oportunidad. Si eres fan de Spelunky, seguro que disfrutas a tope de Downwell también, a pesar de las diferencias.