Análisis de Xenoblade Chronicles X - El tamaño importa

    Monolith Software nos ha dado otro RPG profundo e inmenso con un mundo inabarcable que se hace eterno, aunque esto último depende de ti. Aquí tenéis nuestro análisis de Xenoblade Chronicles X

    Ya os decíamos en el avance que era enorme, y por eso en nuestro análisis de Xenoblade Chronicles X vamos a tener que repetirnos un poco: Monolith Software y Nintendo se han pasado un poquito en cuanto a la escala de su RPG de mundo abierto para Wii U. No pasa nada, que eso es bueno y malo por igual.

    Tras olvidar el número de horas que hemos pasado con Xenoblade Chronicles X – no llegamos a 100 –, estamos listos para dar una opinión final sobre él. Es difícil evaluar un juego de este tamaño, pero en general estamos contentos con la jugabilidad y la historia, aunque su interfaz y su manejo dejan mucho que desear a menudo.

    Xenoblade Chronicles X

    Análisis de Xenoblade Chronicles X – más breve que el juego

    En serio, ya sabemos que sabéis que este juego iba a ser inmenso porque todo el marketing y demás está centrado en eso, pero es que hay momentos en los que la escala de Xenoblade Chronicles X. Y ya no es solo una cuestión de que su mundo sea mucho más accesible desde el primer momento que su antecesor, no.

    Desde un primer momento, te enfrentarás a lejanos paisajes donde solo se vislumbran estructuras naturales alienígenas plagadas de una fauna local que mide o la mitad que tú o 40 veces más. Lo mejor de todo es que rara vez te encontrarás a unas criaturas separadas de las otras, y ahí reside parte de la gracia de este juego.

    Xenoblade Chronicles X no te limita mediante muros o estructuras que impiden tu paso hasta que resuelves X (jeje) misiones, sino que te planta enemigos legendarios que no vas a tumbar en horas y horas y te reta a seguir adelante si tienes huevos. A la segunda o tercera muerte, te vas por otro sitio, claro.

    Es una forma muy inteligente, casi natural, de llevarte de la mano que no te hace sentir mal, y aunque a veces genere un poco de confusión y sea algo injusto, es un sistema que nos encanta y que te hace sentir pequeño no solo en proporción sino también en poder.

    Xenoblade Chronicles X

    Un combate que no es moco de pavo

    De ahí que cuando superas un obstáculo que antes te parecía imposible te sientas tan bien. Xenoblade Chronicles X a veces es frustrante cuando pierdes un combate tonto contra un enemigo, y a veces nos gustaría que el sistema de combate no fuera tan exigente y técnico, pero es verdad que funciona muy bien para los grandes enfrentamientos.

    Coordinar a tu equipo y tenerlos a punto siempre es algo fundamental. Los objetos, las habilidades, las subidas de nivel, las subclases... Todo importa a la hora de tener un equipo equilibrado y que te permite conjugar bien las técnicas más potentes contra los enemigos clave.

    De nada sirve tener 10 niveles más que un enemigo si no estás preparado para tambalearle, tumbarle, hacerle un daño crítico con un ataque pensado para enemigos derrumbados y que luego apoyas con algún tipo de habilidad curativa o de refuerzo para tus compañeros.

    Esto puede resultar repetitivo a la larga, porque al final al estrategia básica es siempre la misma, pero los elementos que te permiten ejecutarla van mutando, creciendo y ganando en espectacularidad. Tu protagonista y sus compañeros terminan siendo unas máquinas impasibles de matar siempre y cuando sepas manejarlos.

    xenoblade chronicles x

    Despacito y con buen paso

    Tampoco pasa nada por no ser un jugador perfecto de Xenoblade Chronicles X, ojo. Las primeras horas estarás perdido, sobre todo si no tienes fresco su anterior parte, pero para eso están las misiones secundarias y todo el contenido que abunda en el juego.

    Es abrumador todo lo que se puede conseguir formando parte de BLADE, independientemente de la brigada – una especie de asociación a la que perteneces y que determina un poquito tu progreso –, y aunque a largo plazo es soporífero, viene muy bien para esos primeros 30 niveles donde aún te estás adaptando al juego.

    Además, es la mejor forma de encariñarse con los personajes. Ninguno tiene el encanto de Shulk, Reyn y compañía, la verdad, pero siguen siendo unos secundarios redondos y arquetípicos de JRPG a los que no se les puede sino querer tras chorrocientas horas cambiándoles modelitos y haciéndolos imparables.

    La historia de Xenoblade Chronicles X, sin querer desvelar nada, está llena de momentos artificialmente épicos que no nos gustan nada, pero tiene otros que son naturalmente bonitos. Llegar a lo alto de una montaña, descubrir una salida al mar, contemplar los inmensos animales en su hábitat, paciendo...

    Son estampas preciosas e intensas que Xenoblade Chronicles X te lanza a la cara cada vez que te confías. Los giros en la historia, como todo buen JRPG son tan estúpidos como predecibles en general, pero ahí están para hacer que sigas avanzando hasta la conclusión final, que está bastante bien. Tras tantas horas, ya puede, claro...

    Xenoblade Chronicles X

    Los menús son lo peor que los de Fallout 4

    No todo es perfecto, obviamente. Un gran pero de Xenoblade Chronicles X son sus menús y su interfaz. Aunque la de combate no está mal – es mejorable, para qué nos vamos a engañar, pero te haces a ella tras tantas horas –, cambiar de equipo y asignar puntos de habilidad es un suplicio.

    Lo es porque estás comprobando constantemente cada nueva cosa que te da un enemigo muerto y porque sabes que ese GamePad tan bonito con esa pantalla tan hermosa está completamente desperdiciado. ¿Por qué no está ahí el menú con una interfaz táctil? Nunca lo sabremos. Se puede jugar todo Xenoblade Chronicles X en el mando, por cierto.

    Uno acaba cansado de ir y venir por menús feos y llenos de líneas de texto para gestionar equipos, misiones, mapa y demás apartados. Sabemos que quejarnos de una interfaz es algo quisquilloso cuando el juego está muy bien, pero caray, qué hartazgo tener que perder un minuto como mínimo para cambiar un par de botas y comprobar un nuevo arma.

    Xenoblade Chronicles X

    El Skell es una gran idea, algo desaprovechada

    Ya os comentamos en el avance que no habíamos conseguido nuestro skell, y hasta las 35 horas esto siguió así. Es una pasada tardar tanto en consguir una pieza tan chula de Xenoblade Chronicles X, pero es peor aún conseguirla en bragas: tuvimos que invertir otras 10, prácticamente, en conseguir que volara.

    El skell de Xenoblade Chronicles X es un robot mecha inmenso que te permite luchar contra grandes enemigos y también moverte mucho más rápida y libremente por el mundo de Mira, pero cuando ya tienes más de media historia encaminada, acostumbrarte a él casi es una molestia.

    Monolith ha metido bien la pata en este aspecto, porque el robot es uno de los grandes atractivos del juego y así lo ha promocionado en sus respectivos trailers, pero no te haces con él hasta muy tarde y, aunque las gratificaciones tardías sientan bien en un juego tan grande, el esfuerzo no termina mereciendo la pena.

    Xenoblade Chronicles X

    El gran problema: no se explica nunca

    Al margen de estos dos elementos, nuestro gran problema con Xenoblade Chronicles X, el único que le quita de ser sobresaliente, es que puede ser difícil de descifrar. En serio, ¿por qué mencionan el Overdrive tantos niveles antes de que lo consigas? Nos hemos vuelto locos pensando que habíamos hecho algo mal.

    Es un ejemplo de su inconsistencia que nos habría resultado aún más molesto de no venir preparados de Xenoblade Chronicles 3D y que a lo largo de todo el juego se mantiene en diferentes puntos. Ojo, que nos gusta que un juego no explique ciertas cosas y nos deje descubrirlas, pero caray, para todo hay un equilibrio.

    Puede que este problema a la larga se difumine cuando, tras 45 horas, te has enterado de todo lo que ocurre a tu alrededor y sabes hacerlo todo, pero vaya, en ese mismo tiempo, ¿cuántos otros videojuegos podrías haberte pasado? No nos quejamos de que sea largo, ojo, sino de que no siempre valore nuestro tiempo como nos gustaría.

    Xenoblade Chronicles X

    Un imprescindible de Wii U

    Aún con todo, no tenemos ninguna duda de que Xenoblade Chronicles X es un juego imprescindible para Wii U. En parte, porque no hay prácticamente ningún otro juego para la consola de Nintendo en estas Navidades que merezca la pena, pero también porque es un juego ambicioso, precioso, complejo y que satisfará a los amantes del género.

    Si no estás dispuesto a invertir un mínimo de 60 horas en el juego, obviamente, no te lo recomendamos con tanta vehemencia, pero en un año donde The Witcher 3, Metal Gear Solid V y Fallout 4 han exigido más o menos el mismo tiempo, quizá no sea tan atrevido hacerlo.

    No creemos que Xenoblade Chronicles X vaya a defraudar a los jugadores más audaces, pues aunque es inescrutable por momentos, su sistema de combate es uno de los más satisfactorios que hayamos visto en el género y su mundo es precioso hasta empachar.

    8

    Pros y contras

    • Enorme y lleno de contenido que los fans de los JRPG van a adorar
    • El sistema de combate es profundo y exige concentración y planificación
    • Los Skell son realmente útiles y un añadido considerable con respecto al anterior juego
    • Los menús son, sinceramente, una basura
    • La dificultad puede ser excesiva por momentos
    • No explica prácticamente nada sobre cómo se juega

    Xenoblade Chronicles X

    Disponible desde 4 december 2015

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