Análisis de Far Cry Primal - Déjà vu en la Edad de Piedra

    Ubisoft ha vuelto a concebir un FPS de mundo abierto entretenido, pero que debería haberse reinventado mucho más. Este es nuestro análisis de Far Cry Primal.

    Ubisoft nos tiene acostumbrada a lanzar juegos de sus sagas más populares con demasiada frecuencia. Sin embargo, este año omitirá su capítulo anual de Assassin's Creed, por lo que juegos como Far Cry Primal o Watch Dogs 2 tomarán el relevo en lo que a la acción y los mundos abiertos se refiere.

    Sin embargo, Far Cry Primal no es el mejor ejemplo de lo que la saga puede dar de sí, y aunque la nueva ambientación es tremendamente interesante y cautivadora, se termina echando de menos el uso de ciertas armas y un poquito más de innovación en las misiones que se nos plantean y en el asalto a fortificaciones.

    far cry primal

    Far Cry Primal renuncia a la pólvora

    Una cosa está clara: en Ubisoft son muy buenos para sacarle punta a cualquier momento histórico. Lo han demostrado en Assassin's Creed y en Far Cry Primal lo han llevado al extremo al hacer un FPS donde no hay una sola arma de fuego.

    La exploración, la destrucción y la dominación de los anteriores Far Cry siguen presentes en Far Cry Primal, pero también muchas de las mecáncias que en los anteriores funcionaban por la variedad de armas y de tecnologías y que aquí no tienen tanto sentido por mucho que haya magia de por medio.

    Ubisoft ha querido sacar un nuevo juego antes de dar un salto importante con Far Cry 5, y eso se nota en lo poco pulido que está Far Cry Primal en algunos aspectos. Algo que encajaría con la idea de lo rudimentario y brutal de su historia y sus personajes, pero no con un gran videojuego.

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    Con sigilo o a saco

    Eso no significa que no sea divertido, ojo. La fórmula de moverse con sigilo, vaciar emplazamientos llenos de soldados con diferentes muertes que dependen de nuestra habilidad – natural como jugador o desbloqueada con experiencia – y de dominar el mundo abierto sigue siendo divertido.

    Y en ese panorama, nosotros al menos éramos fieles usuarios del arco: es el arma más silenciosa y permitía las mecánicas más divertidas. En Far Cry Primal, su efectividad sigue siendo evidente contra otros seres humanos, aunque contra animales, estás vendido.

    Realmente, los animales de Far Cry Primal son mucho más violentos y problemáticos que en las anteriores entregas, donde un tejón podía liártela, sí, pero donde no había jaurías de lobos buscando comida en cuanto el sol se pone y el paisaje se vuelve imposible si no llevas fuego en la mano.

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    Los mejores amigros del neandertal

    Este regreso a peligros más primarios es algo fantástico, sobre todo por el giro que se les puede dar a tus enemigos gracias a los poderes mágicos del protagonista: controlar animales y mejorar el árbol de habilidades para ello es de lo más satisfactorio en este juego.

    Cada animal tiene su estilo, que es algo fenomenal: ir con lobos sigilosos es tan satisfactorio como ir montado en un dientes de sable o un mamut para prender fuego a una aldea y ver cómo lo que era un problema yendo por lo bajini es un espectáculo cuando decides abandonar la sutileza.

    No son un sustitutivo de un modo cooperativo, pero es la gran novedad y el aspecto más divertido del juego, sobre todo si se combina con las habilidades adecuadas. La ausencia de armas queda casi paliada por estas nuevas criaturas y sus absurdas capacidades bélica.

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    ¿Qué más da la historia?

    Algo que no ha cambiado es el progreso del protagonista. Takkar es un señor que no evoluciona personalmente nada a lo largo de la historia, que gracias al lenguaje inventado para el juego – algo que hay que aplaudir, pues es un riesgo enorme para un juego de este estilo – se desarrolla sin monólogos pesados: todo son frases sueltas y directas.

    Más que suficiente para lo que necesita un juego de esta índole, también es cierto. Su progreso como personaje de videojuego, con habilidades a base de experiencia y objetos y armas que se mejoran con pieles y componentes de animales es similar al de otros Far Cry.

    Es una lástima que Far Cry Primal caiga en una fórmula establecida, una vez más. Es divertido recolectar los componentes, desde luego; pero esto dejó de ser innovador en Far Cry 4, ¿por qué no han hecho algo más experimental ya que tienen un spin-off tan raro entre manos?

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    Un spin-off que daba para más

    Far Cry Primal es un juego entretenido con 20 o 30 horas de contenido que resultará demasiado familiar a quienes invirtieron ya ese tiempo en sus dos antecesores. No se inventa nada y solo tiene el control de animales como gran nueva característica. No es suficiente para justificarlo, la verdad.

    Aunque nos guste la ambientación, el objetivo del juego es el mismo que en los anteriores: domina campamentos a tu manera, descube nuevas zonas con torres de comunicaciones, desarrolla un personaje con la experiencia adquirida para capturar más campamentos mientras mejoras tu equipo matando y despellejando animales.

    Inventar un idioma o cambiar de época no ayudan cuando hasta la animación de colocarse una muñeca dislocada es exactamente la misma que en Far Cry 3.

    7

    Pros y contras

    • Poder usar animales y nuevos poderes para planificar, distraer o atacar al enemigo
    • El idioma ficticio le da un toque muy particular a las escenas con otros personajes
    • El desarrollo de la historia no es tan llevadero como en anteriores capítulos, y a veces es contraproducente
    • Se le nota falto de nuevas ideas para los enemigos y las misiones
    • La constante sensación de ya haber visto ciertas cosas debido al reciclaje de 'assets'
    • Hay algunos objetivos y misiones de relleno pensados para alargar su duración artificialmente

    Far Cry Primal

    Disponible desde 23 february 2016

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