Análisis de ReCore - No es tan Metroid Prime como lo pintan

Comparar a ReCore con Metroid Prime es algo bastante muy cruel. Aunque el nuevo juego de Comcept y Armature Studios – que está compuesto de algunos desarrolladores de RetroStudios que trabajaron en esa obra maestra de Game Cube –, la comparación es odiosa: ReCore lo intenta, pero no termina de salirle todo lo que intenta ser a la vez.

Y es una lástima, porque no hay muchos juegos de este estilo a día de hoy que intenten mezclar la exploración, las plataformas y las mecánicas más ligeras de un shooter. Por momentos, en sus mejores momentos, ReCore casi parece un juego salido de la era de PS2 y Game Cube, y no se nos ocurre mejor piropo que ese.

ReCore intenta ser muchas cosas a la vez

Joule es una joven que se encuentra en un lío de tres pares de narices y en el que no sabe muy bien dónde se ha metido. Menos mal que la protagonista de ReCore – nos alegra ver a una nueva mujer protagonista en el mundo de los videojuegos – tiene un arma bastante eficaz contra los robots que han tomado el mundo y ambicionan su poder.

El arma dispara en rojo, azul, amarillo y blanco, algo que hace que el combate ya tenga cierto elemento adaptativo: cada enemigo supone un reto distinto por cada color. Luego es posible usar el peso de las máquinas en su contra, volcándolas y haciendo un daño extra mientras están incapacitadas. Y luego hay enemigos con técnicas más avanzadas.

Ya os vais haciendo a la idea, sin embargo, de las inspiraciones y aspiraciones de este juego en lo que a acción se refiere: nada nuevo, pero al menos coge elementos interesantes y que benefician a la mezcla de géneros que hay en el núcleo de ReCore. No siempre funciona, porque no es perfecto ni mucho menos, pero suele ser una excepción.

Puede que lo sencillo de los combates, por ejemplo, acabe cansando, pues no es el mayor reto del mundo una vez se coge el truco a los enemigos. Y aniquilar hordas de enemigos, pasadas cuatro o cinco horas, también empieza a cansar por mucho que intentes variar de situación. Sin embargo, no es un cansancio abrumador: es más bien trámite.

Los CoreBots son tope majos

La mayoría de enemigos que abatimos tienen núcleos que podemos pescar, esto literalmente, mediante un minijuego; una vez están débiles. Con suficientes núcleos se pueden mejora algún aspecto – ataque, defensa o energía – de nuestras fieles y adorables mastocas robóticas, los CoreBots.

Gran parte de ReCore la vamos a pasar acompañados de uno o dos CoreBots, si bien podemos ir cambiándolos mientras jugamos para superar distintos obstáculos. Son los powerups perfectos y pueden hacer ataques especiales distintos dependiendo del que tengas activo: Mack aplaca enemigos, Seth lanza cohetes y Duncan golpea el suelo.

Todos ellos tienen ataques letales, que son fundamentales si se saben sincronizar bien en el combate. Aquí otro punto a favor de la complejidad de ReCore en su combate, que ya hemos dicho que no es perfecto, pero que se esfuerza mucho en resultar ingenioso y profundo. Y eso que aún no hemos hablado de Joule como tal.

La protagonista es francamente ágil y hace que esos infiernos de balas que son algunos jefes parezcan más propios de un shoot'em up que de un juego de acción de este palo. Sin llegar a ser un Bayonetta, da gusto acertar en cada pequeño engranaje que compone un buen combate en este juego.

Es frustrante cuando no lo haces así, pero por eso hay que aprender a luchar bien. Lo mismo se pueda aplicar al aspecto de plataformeo con ella: manejar a Joule es una delicia y siempre que está en el aire sabes perfectamente dónde y cómo va a caer dependiendo de tu habilidad.

Hay algo de Mega Man, incluso, en este aspecto: esas plataformas que desaparece y esos láseres puñeteros mientras saltan hacen sudar la gota gorda hacia la recta final del juego, pero son satisfactorios en gran medida.

Malditios núcleos perdidos que a nadie le importan

Una lástima que el resto de elementos de ReCore no estén tan a la altura. Empecemos por el mundo abierto, que es repetitivo y está vacío de todo interés. Lo interesante son las cuevas repletas de detalles y que van contando una historia de cómo hemos llegado al punto en el que una chica y unos robots tienen el poder que salvar el mundo.

Y después, con la progresión barata que imponen en nuestra partida. Sí, ReCore es corto – unas ocho horas –, pero debería haber sido más corto con tal de evitar esas tres puertas que imponen 20, 25, 30, 35 y 40 objetos para poder llegar al final. ¿Y dónde están esos objetos? En el aburrido mundo abierto, dispersos donde a nadie le importa.

Obligarnos a dar vueltas por mapas que ya hemos visitado, con enemigos que ya sabemos cómo derrotar y con el único objetivo de terminar el juego pasando por un trámite que es evidente que está ahí para alargar artificialmente las horas de juego destruye por completo toda la gracia de un juego que era disfrutable hasta ese momento.

Y no, aquí no tiene sentido citar a Metroid Prime: la construcción de su mundo era brillante y si te perdías, siempre acababas encontrándote al interpretar ese brillante escenario. En ReCore, los objetos a encontrar para avanzar se confunden con el fondo marrón de esa pantalla que vuelves a ver porque te fuerzan a ello.

Un buen juego truncado por su recta final

Así pues, ReCore es un juego ingenioso, con una buena lección sobre cómo debería ser el combate en un juego de acción y plataforma y con unos personajes a los que se les coge cariño y con los que progresar no cuesta nada hasta que a alguien se le ocurrió forzarnos a explorar al dedillo la única parte aburrida del juego.

El encanto casi retro de algunos momentos de ReCore muere por esa odiosa costumbre de los estudios por alargar los juegos cuando no hay presupuesto o ideas para más. No vamos a apuntar a Inafune de nuevo con nuestro dedo acusador, aunque el desastre de Mighty No. 9 nos diera motivos de sobra; pero este juego falla hacia el final y a lo grande.

Y no hemos querido entrar demasiado en las pantallas de carga, los bugs, los cuelgues y el resto de problemas que, esperamos, se solucionen con más parches antes o después del lanzamiento. De verdad, nos gustaría que ReCore hubiera durado un par de horas menos, porque se habría llevado más nota y nosotros estaríamos encantados.