Análisis de Forza Horizon 3 - A toda mecha, a toda mecha...
Nuestro análisis de Forza Horizon 3 llega un poco tarde, todo lo contrario que los coches en las carreras que hemos dispuestado, que siempre llegaban primeros.
La llegada de Forza Horizon 3 a Xbox One es un motivo de alegría para los usuarios únicos de la consola, que llevan algo de tiempo sin recibir una gran exclusiva – ReCore es exclusivo, pero no demasiado grande –; y también para los fans de la conducción, que a falta de Gran Turismo, tienen una saga que está bastante por delante en muchos sentidos.
Pese a que Sony implantara ciertas directrices sobre el género hace años, Microsoft, Turn 10 Studios y Playground Games se han inventado una nueva forma de vivir y hacer juegos sobre coches, con unos resultados que todavía a día de hoy nos siguen convenciendo, incluso si empezamos a ver cierto desgaste en algunos pequeños apartados.
Forza Horizon 3 es muy, muy bonito
No nos cabe ni la menor duda de que Forza Horizon 3 es uno de los juegos más potentes gráficamentes de Xbox One. Esto es algo que ya esperábamos decir antes incluso de ponernos a jugarlo porque, al fin y al cabo, esta clase de juego lucen muy bien siempre y suelen sacarle un gran partido al hardware sobre el que funcionan.
Lo de este juego, sin embargo, es espectacular. Y ya no es una cuestión de texturas, mapas e iluminación de altísima calidad, sino unos efectos de velocidad y una estabilidad de frames que impresionan desde los primeros instantes de juego y que nunca dejan de sacarnos una sonrisa cuando se cambia de zona y se descubre un nuevo paisaje.
Como en sus antecesores, Forza Horizon 3 nos suelta en un mapa abierto, en esta ocasión, Australia; para conducir de forma más o menos libre mientras superamos retos, carreras, competiciones y vamos haciendo más y más grande el festival Horizon en el que se nos permite legalmente ir a 240 km por hora por carreteras y caminos de barro por igual.
Una entrega más en bastantes sentidos
El planteamiento de Forza Horizon 3 no ha cambiado demasiado con respecto a sus antecesores, y eso puede cansar un poco a quienes hayan estado aquí desde el principio. Como ya pasó con Primal, aunque la fórmula de Far Cry es divertida, tras tres juegos que hacen más o menos lo mismo, uno termina cansado por bien que funcione.
Por supuesto, los circuitos son nuevos y desconocidos, además de que los coches no se dominan igual, pero un veterano podrá dominar esto última rápidamente y paliar el desconocimiento de las carreteras, haciéndose quizá demasiado rápido con un juego que solo les va a plantear un reto, algo injusto incluso en ocasiones.
Esto no significa en absoluto que no se vayan a divertir. Hay algo innatamente entretenido en ser el primero en carreras donde cualquier elemento puedo fastidiarte tu buena trayectoria. Por mucho que se pueda retroceder para corregir según qué fallos, luego los jugadores más ávidos nunca emplean esta opción tan arcade de Forza Horizon 3.
Las pruebas son de todo tipo, ya sean carreras sueltas, ganar a un conductor de alto nivel, hacer un salto imposible o ganar un torneo; y como hay que conducir hasta todas ellas, es imposible no estar metido hasta el fondo del juego incluso antes de que empiece el reto en cuestión. Así que no, aburrirse no es precisamente fácil.
Contenido a punta de pala
Ir consiguendo nuevo contenido es una gozada en Forza Horizon 3, empezando con la obtención de experiencia. La cantidad de trucos y de recompensas que puedes obtener por hacer el macarra o el burro se ha triplicado con respecto a la anterior entrega, si bien lo mejor sigue siendo clavar los derrapes en cada curva y adelantar limpiamente.
Obtener experiencia para hacer más grande el festival y tener acceso a más coches y formatos de competición es el pan nuestro de cada día con Forza Horizon 3
El drivatar, que no ha cambiado demasiado tampoco en esta nueva entrega, sigue siendo una forma fantástica de no obsesionarse con la IA y de sentir que se corre con más gente, a pesar de no ser así siempre. Las listas de mejores tiempos y de victorias parecen otra cosa, estén plagadas de amigos o no.
La asincronidad del juego también ayuda a sentirse siempre acompañado, pudiendo competir contra los 'drivatares' de los amigos con los que hayas coincidido, si bien esto es prácticamente lo único que hemos podido probar del online por el momento. Actualizaremos nuestra opinión en cuanto el juego se lance y os contaremos más.
Un imprescindible de final de año
Tras tan solo unas pocas horas jugando a Forza Horizon 3, ya teníamos bastante claro que era un juego muy bueno. Pese a que sus bondades técnicas y jugables nos han impresionado, quizá nos hubiera gustado ver algo más de originalidad en los retos y las situaciones del nuevo mapa de australia, pero tampoco vamos a ser tan tiquismiquis.
Tal y como está, el juego es divertido desde el primer minuto hasta que te canses de romper tus propios récords y de obtener más pintura para tu Mustang, tu Centenario o tus demás coches favoritos. La experiencia sin cortes de velocidad, competición e integración de una comunidad offline compuesta de 'drivatares' sigue funcionando.
Si tienes una Xbox One, no se nos ocurre ninguna razón por la que no debas hacerte con Forza Horizon 3. Y si tienes un PC, porque también se lanza en ordenadores, tienes la oportunidad de dar el salto a una saga que ha cambiado la manera en la que contemplamos la conducción arcade.
