Análisis de Alan Wake II - Alex Casey nos trae el mejor regalo

    Remedy vuelve con el que sin duda es su mejor trabajo, una secuela que unifica todo su universo. Te lo contamos en nuestro Análisis de Alan Wake II: Alex Casey nos trae el mejor regalo para el fan

    Sam Lake desata todo su genio creativo y regresa más fuerte que nunca junto a una Remedy capaz de demostrar de todo lo que es capaz cuando da rienda suelta a su creatividad sin restricciones. Te lo contamos en nuestro Análisis de Alan Wake II: Alex Casey nos trae el mejor regalo que podía hacer a los fans de la compañía.

    Análisis de Alan Wake II

    Hace trece años, Remedy, la madre de Max Payne, se veía forzada a abandonar a su ex-agente de la DEA y daba luz a una nueva obra. Alan Wake llegaba con una potente propuesta a Xbox 360, pero la mala suerte y algunas malas decisiones, no precisamente por parte de Remedy, obligaron a relegar la imagen del escritor frustrado a un segundo plano. Desde entonces, Alan Wake ha estado llamando nuestra atención desde su prisión en el Lugar Oscuro a través de menciones, cameos y hasta historia propia en DLC, spin-off y títulos como Quantum Break y Control.

    Remedy Entertainment

    Parecía imposible que el escritor más famoso del mundo del videojuego volviera a protagonizar un título propio, pero tras más de una década de espera y cuando ya parecía que nunca iba a pasar, Alan Wake regresa junto a un nuevo personaje. Sin embargo, y aunque nos alegramos de este regreso, lo mejor no es que Wake regrese, sino que lo hace de la mano de un Sam Lake revitalizado y una Remedy dispuesta a presentar a su personaje bajo sus propios términos. Unos términos que incluyen crear una secuela que es más que una secuela y que unifica los universos de sus sagas creadas desde 2001 de una forma impecable.

    Alan Wake II a los mandos

    La secuela del famosísimo Alan Wake se ofrece como un survival horror al uso en lo más palpable, aunque detrás oculte mucho más. El combate y la gestión de recursos cobra importancia con un acercamiento de la cámara al hombro y un planteamiento mejor y más potente que en el lanzamiento original. No faltan los cofres ni la exploración, que tiene recompensas de sobra para justificar dar un par de vueltas a cada escenario antes de continuar la historia o incluso volver de vez en cuando a solucionar ese enigma que se nos resiste.

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    El combate cobra especial importancia en esta secuela, pero eso no significa que los elementos de aventura hayan sido abandonados. Alan Wake II sigue siendo muy consciente de lo que es, y aunque ofrezca una propuesta cercana al survival horror, detrás se esconde una potente aventura que en esta ocasión viene protagonizada por dos personajes principales: la agente del FBI Saga Anderson y nuestro enloquecido escritor, Alan Wake. Esto hace que el juego mute y cambie según recorramos el camino con uno u otro personaje. Tanto Alan como Saga cuentan con su propia historia, pudiendo pasar de una a otra a través de un curioso portal.

    Palacios mentales

    Mientras avanzamos en la aventura, iremos descubriendo distintas pistas, argumentos y datos que servirán para avanzar la investigación en el caso de Saga o tratar de escapar de la historia en el de Alan. Para aprovechar estas pistas tendremos que entrar en el palacio mental de la agente del FBI, donde accederemos al tablón de investigación y la mesa de perfiles, o en el rincón del escritor de Wake, donde podremos encontrar nuevas tramas con las que reescribir la realidad para modificar el mundo que nos rodea.

    La investigación y la exploración cobran especial importancia con estos elementos que nos dan un respiro a forma de menú de pausa en el que no sólo podremos avanzar la aventura, sino también acceder a programas de radio y televisión, leer las páginas del manuscrito que iremos encontrando por los escenarios y aprovechar las mejoras de arma de Saga y las palabras de poder de Alan, elementos que sirven para mejorar a los personajes con distintos tipos de bonificaciones.

    Más allá de lo mental y la realidad

    El mundo real y los palacios mentales son sólo una parte de lo que Sam Lake nos propone en Alan Wake II, la parte a la que aferrarse cuando el creativo empieza a hacer de las suyas y comienza a hacernos dudar de todo con una narración tan bien introducida como personal. El mundo real va retorciéndose y volviéndose cada vez más grotesco por obra y gracia de la historia, mientras el Lugar oscuro y Scratch, también conocido como el Sr Chirridos, juegan a distorsionar lo que creemos real y debilita la frontera entre lo cierto y lo onírico.

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    A esto se unen las superposiciones, una serie de planos creados por la irrealidad de la historia que, sirviendo de Objeto de Poder, crean rincones en los que las leyes de la física desaparecen y los escenarios juegan con el jugador creando auténticos laberintos en los que la intuición será nuestra mejor aliada. Lo aprendido en Control y Quantum Break cobra fuerza en estos puntos en los que los enemigos se vuelven más fuertes y en ocasiones parece imposible poder escapar.

    Pero esto es sólo el principio

    Alan Wake II funciona como secuela y como survivial horror pero lo que de verdad lo convierte en una obra maestra es el mimo que demuestra hacia la propia obra y hacia el fan de toda la vida de Remedy. La presencia del propio Sam Lake en el papel de Alex Casey es sólo el principio de una unificación de universos en la que Max Payne se da la mano con Control, con menciones a Quantum Break y con la obra ya conocida de Alan Wake para crear un todo en el que la justificación, lejos de romper la cuarta pared, atrae al jugador para que se convierta en el centro de la experiencia junto a los propios protagonistas.

    Alan Wake 2 es la secuela del primer Alan Wake, pero también de sus DLC y de Control, adaptando el mundo de Max Payne y haciendo alusiones a Quantum Break para demostrar que al final todo estaba conectado y, premeditado o no, Sam Lake es un genio de la narración capaz de conseguir que con su juego y a través del jugo la obra llegue más allá de lo jugable convirtiéndonos en cómplices de lo que nos quiere contar.

    Técnicamente brillante

    Más allá de todo esto, Alan Wake 2 ofrece un diseño artístico sobresaliente en lo visual y lo auditivo con unos niveles que da gusto recorrer y un apartado musical a la altura de lo que esperamos de la saga. Jugado en Xbox Series X en modo calidad, el juego aguanta sin perder FPS y mostrando su mejor cara con unos juegos de luces y sombras que hacen esperar mucho y muy bueno del remake de Max Payne.

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    En lo que respecta al doblaje, Remedy vuelve a tener problemillas con algunas líneas de diálogo que saltan al inglés en ocasiones, aunque aseguran estar trabajando en ello. Quitando esto, el doblaje es sobresaliente y mantiene todas las voces originales de sus personajes en castellano con la excepción de cierto conserje cantante que nos regala uno de los mejores temas musicales de un juego plagado de temazos musicales.

    Alex Casey nos trae el mejor regalo

    Alan Wake II demuestra todo el poderío de Remedy con un Sam Lake desatado y con ganas de demostrar hasta donde es capaz de llegar cuando no tiene restricciones. Un título totalmente recomendable aunque no hayas jugado antes a nada de Remedy, aunque se convierte en soberbio si llevas jugando sus juegos desde Max Payne. Uno de los aspirantes a GOTY de un año en el que los lanzamientos sobresalientes están a la orden del día.

    9.5

    Pros y contras

    • Sam Lake sin restricciones
    • Narración y ambientación
    • Empieza arribísima y no hace más que subir
    • Líneas de diálogo que pasan al inglés en ocasiones contadas

    Alan Wake 2

    Disponible desde 27 october 2023

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