Tras una racha de éxitos inigualable y grandes promesas de cara al futuro, Capcom saca a punta a su RE Engine con un multijugador PvP por equipos con un alto componente de PvE por oleadas. En nuestro análisis de Exoprimal te hablamos de exoarmaduras, dinosaurios, y qué puedes esperar de una propuesta que quizá no sea la mejor de la compañía para este año.

Análisis de Exoprimal

Exoprimal nos coloca en un futuro no muy lejano en el que la isla ficticia de Bikitoa se ha convertido en el nuevo foco de moda de los informativos. En la piel de un exoluchador tendremos que unirnos a un grupo de soldados y ayudar a la IA Leviathan a llevar a cabo su investigación masacrando dinosaurios. Tras un pequeño accidente aéreo y un potente prólogo que sirve para enseñarnos a manejar las distintas armaduras del juego y a trabajar en equipo, Exoprimal deja clara su propuesta que mezcla PvP y PvE en una serie de misiones de confrontación elegidas por la propia Leviathan.

Afortunadamente, desde el prólogo se nos deja claro que las cosas no son como parecen y hay más, mucho más. La historia va profundizando a través de cinemáticas y diálogos en los que no faltarán nuevos personajes y giritos de guion a ritmo frenético. Una narración directa que, curiosamente, es de lo mejor del juego y consigue atraparnos como si de una película se tratara haciendo que queramos jugar un poco más para saber qué sucederá a continuación.

Exoarmaduras y dinosaurios

A nivel jugable, Exoprimal hace muchas cosas bien con un catálogo de 10 exoarmaduras que podremos pilotar e incluso intercambiar durante el combate cuando la ocasión lo requiera. El trabajo de diseño artístico y funcional está a la par con una serie de trajes muy potentes visualmente y que se notan muy diferentes entre sí, haciendo que todo tipo de jugador encuentre al menos un par de opciones para su clase favorita. La sensación de peso y agilidad de cada armadura es una delicia a los mandos, con una serie de ataques que funcionan mejor en el cuerpo a cuerpo y usando habilidades de defensa y contundentes que en el uso de las armas a distancia, que no acaban de ser todo lo satisfactorio que nos habría gustado. No faltan mecánicas como la creación de bloques y muros, y habilidades tan potentes como la que nos invita a invocar y controlar a nuestro propio dinosaurio tocho tecnológico.

Asalto, tanque y apoyo se dan la mano con larga distancia y algún que otro combinado para crear un catálogo inicial muy gustoso en el que destacan las opciones cuerpo a cuerpo y a larga distancia. Cada armadura ofrece sus características y habilidades propias, lo que hace que su presencia no sea un mero asunto cosmético y la elección tenga peso en la jugabilidad. Según vas avanzando en las partidas, pronto vas descubriendo con qué traje te sientes más cómodo. Si además juegas con amigos, hay un momento en el que el grupo va descubriendo sus exoarmaduras perfectas, y esto se nota en la compenetración y en como empezáis a actuar tanto contra los dinosaurios como contra los grupos de enemigos que aparecen una vez aniquilado el boss de turno si habéis marcado el PvP.

Oleadas con poco que decir

Lamentablemente no todo es brillante en Exoprimal. La historia funciona con unas cinemáticas interesantes, las armaduras son lo más potente del juego, y visualmente el juego no está mal. Es en la estructura de juego donde la cosa falla, con unos modos que no acaban de sentirse todo lo bien que el jugador necesita para comulgar con la propuesta de Exoprimal. Tras unas pocas partidas, el ritmo de juego empieza a hacerse pesado, la estructura de oleadas+boss+PvP desgasta, y es fácil perder la atención y el interés en seguir jugando y enfrentándote una vez más a la maldita marea de dinosaurios, por mucho que estos vayan evolucionando y sean cada vez más peligrosos.

Ojo, hay momentos buenos con algunos dinosaurios tochos realmente interesantes y algunos enfrentamientos PvP contra otros jugadores son memorables. Lamentablemente no es la tónica general, y esto hace que Exoprimal quede relegado a menos de lo que podría haber sido. Un juego divertido para echar un rato con los amigos pero que pronto pierde el fuelle y apenas pasa de ahí, a no ser que en tu grupo seáis muy fan del multi cooperativo.

Interesante a nivel visual

En la versión probada en Xbox Series X con un código cedido por cortesía de Plaion, Exoprimal funciona muy bien a nivel visual con algunos efectos espectaculares y unas localizaciones que lucen especialmente bien de noche y en momentos de iluminación extrema. El doblaje choca con una propuesta desigual. Por un lado, la voz desapasionada de la IA que podemos oír en castellano en tutoriales y momentos en los que habla Leviathan. Por otro, un doblaje mucho más potente, en inglés, eso sí, que acompaña a las cinemáticas y los diálogos durante la acción. Un doblaje dual que se siente bastante raro, y que ha hecho que al final ponga la IA en inglés para centrarme en la partida.

Igualmente dual es el juego cruzado, con una decisión que no acabo de entender que permite jugar con jugadores de otras plataformas en el matchmaking automático, pero impide crear partidas privadas con jugadores de otras plataformas. Básicamente, esto significa que por ahora no podrás jugar con amigos que tengan otra consola a no ser que coincidáis por pura suerte, aunque desde Capcom ya han asegurado estar trabajando en poder ofrecer juego cruzado para todos, también en partidas privadas entre amigos.

Mucho por crecer

Exoprimal ofrece una propuesta que no acaba de estar a la altura de la racha de oro de los últimos lanzamientos Capcom, pero eso no significa que sea un mal juego o una mala experiencia. Jugado con amigos es muy divertido, y hay elementos interesantes en su oferta de juego que hacen que merezca la pena echarle un ojo, sobre todo si tienes Game Pass, ya que las versiones de Xbox y PC han llegado de lanzamiento a la suscripción. Aun le queda mucho por mejorar, y desde Capcom han asegurado que van a escuchar al jugador e irán incluyendo cambios y nuevos contenidos. Mientras, sus armaduras, personajes e historia son una justificación más que válida para echar un buen rato con los amigos en las tardes tontas de verano, tras la vuelta de la playa o la piscina mientras esperas a que llegue la hora de dar un paseo nocturno, a la fresquita.