Análisis de Onirike: entre sueños, sentimientos y emociones

Prieto es un protagonista peculiar en un juego peculiar hecho con mucho corazón y ganas de hacer del mundo un lugar mejor. Te lo contamos en nuestro Análisis de Onirike: entre sueños, sentimientos y emociones, un repaso al juego de este estudio alicantino.

Análisis de Onirike: un juego peculiar

Onirike ofrece un mundo que camina en la frontera entre lo real y lo onírico, entre los sueños y las pesadillas. En el papel de Prieto deberemos iniciar un camino en el que los recuerdos, la confianza y la fe en uno mismo marcan la pauta a seguir a través del esfuerzo por salir adelante y mantenernos aferrados al mundo. El mensaje de Devilish Games queda claro con una experiencia que consigue transmitir la esperanza a pesar de lo oscuro y en ocasiones tétrico de sus distintos escenarios.

Onirike plasma su realidad de ensueño a través de un mundo de plastilina que parce trazado a partir de elementos como El Planeta Imaginario y algunas de las obras más reconocibles de Tim Burton. Una realidad en la que el mundo es sueño, y el sueño no deja de ser un circo de extravagancias que parodia, al final, lo risible y absurdo, lo más oscuro de la sociedad. Onirike convierte a los individuos que no son capaces de mantener el ritmo impuesto en juguetes rotos. Entes olvidados descritos a través de unos sueños que nunca llegaron a cumplirse.

Onirike: Entre sueños, sentimientos y emociones

Lo mejor de Onirike es su faceta narrativa como videojuego que te lo pone difícil, que te obliga a exprimirte desde el esfuerzo para conseguir alcanzar los objetivos marcados en el tiempo estipulado. Con un ritmo lento, pausado, casi espeso, tendemos que plantar flores para no desaparecer, alcanzar piedras del recuerdo para no olvidar y perder el progreso, y esquivar a los temibles Devoradores de Almas. Todo esto marca una jugabilidad que empieza siendo lenta, pesada, poco agradable, pero que va aliviándose y aligerándose según avanzamos en la aventura y descubrimos nuevos trucos para nuestro amigo Prieto.

En este sentido la decisión de Devilish Games es arriesgada. Han creado un juego que en ocasiones se siente torpe, pero que es a través de esta torpeza donde radica la genialidad de su mensaje. El increíble trabajo de la narración, totalmente en castellano con una interpretación a nivel de un triple A se acompaña de unas melodías acordes a cada momento. A esto se une un estilo único que consigue transmitir los que se quiere contar, pero que en ocasiones topa de cara con una jugabilidad que no está a la altura del resto de elementos, aunque sea intencionado.

En resumen, Onirike es un proyecto interesante que tiene que ser entendido como lo que es. Un juego ideal para un público olvidado que necesita mensajes de este tipo para entender su papel dentro del ciclo y que, al final, nada es tan importante como puede parecer a simple vista. Devilish Games ha desarrollado un juego destinado a todos los Prietos de este mundo, una decisión arriesgada y, por supuesto, valiente.