Análisis de Skully - Un pinball sin petacos
Skully es un plataformas más bonito que jugable
Skully retoma la fórmula del clásico Marble Madness y la renueva en un frenético plataformas con demasiados altibajos. Hoy te traemos nuestro análisis de Skully - Un pinball sin petacos.
Análisis de Skully - Un pinball sin petacos
Skully te invita a convertirte en una calavera resucitada con arcilla primordial y superar 18 niveles basados en los elementos en tu lucha contra los hermanos de tu hacedor. Una propuesta interesante que une plataformas, puzzles e historia con un resultado al que lamentablemente se le ven las costuras.
Como Skully podrás rodar a velocidades de vértigo, soltar e incluso trepar. Más adelante, según avanza la historia, podrás convertirte en distintas criaturas aprovechando el lodo primigenio. Esto te permitirá enfrentarte a los enemigos y enfrentarte a los diversos puzzles que incluye el juego.
Skully - lo técnico
El aspecto visual de Skully está muy por encima del típico de los juegos alternativos. Un gran trabajo a juego con un correcto doblaje en inglés con subtítulos en español y unas melodías épicas que son lo mejor del juego.
La historia funciona como excusa para llevarnos por distintos escenarios muy bien representados aunque algo repetitivos, Lo mismo puede decirse de las animaciones que funcionan sin más alardes, cumpliendo en ese campo sin rechinar.
Malas decisiones de diseño
Lamentablemente, Skully se queda lejos de ser lo que pretende ser: una revisión del género plataformas con personajes esféricos. La jugabilidad, lo más importante en estos títulos, falla con un control poco afinado que tiene su Nemesis en el diseño de unos escenarios que piden parones, tranquilidad y lentitud cuando el personaje lo que pide es velocidad y desenfreno.
Unas cámaras desastrosas que tenemos que estar ajustando constantemente y unos enemigos que es más fácil esquivar que combatir completan un apartado que, lamentablemente, no cumple con lo que esperábamos de él.
Al final Skully se queda en un título en el que se ha invertido tiempo y dinero en lo visual y lo sonoro, pero se nota poco inspirado en lo jugable. Un título que podrá convencer a los amantes de los retos old school, pero que podría haber sido mucha más con un poco de cuidado en el diseño de niveles.
