Análisis de Tales of Zestiria - Siguiendo al pastor

Jugar a Tales of Zestiria es un placer por dos cosas: porque se nota que la saga Tales ha sabido madurar bien y por ser un JRPG shonen de cielos azules que sabe jugar muy bien sus cartas. Decimos lo de cielos azules porque Tales of Zestiria arranca en un paraje bucólico, brillante y de cielos luminosos. El protagonista, Sorey, se presenta como el típico muchacho con aspiraciones que ha de abandonar su hogar para salvar el mundo.

Pero es entonces cuando se nota que nos encontramos ante una saga con veinte años a sus espaldas. Tales of Zestiria parte de tópicos y nos los muestra sin parar, pero sabe cómo entregárnoslos y jugar con ellos para que sintamos, de manera constante, que estamos ante un viejo conocido pero sorprendente al mismo tiempo.

Tales of Zestiria plantea un viaje encantador y muy divertido

Sorey madura y quiere ser ese elegido que el mundo necesita; no se amilana ante la idea de ser el pastor que guíe a la gente hacia la luz desde la oscuridad en la que se ha sumergido, lo provoca y lo busca aunque serlo le cambie para siempre.

Tales of Zestiria nos presenta un mundo que de manera cíclica se ve envuelto en las sombras. Los monstruos aparecen cuando las criaturas se corrompen, humanos incluidos, y todo se vuelve caos, muerte y misería. Es entonces cuando un elegido: el pastor, aparece para liberar al mal de su desgracia. Ese es el papel de Sorey y esta es su historia.

Tales of Zestiria parte de un argumento clásico y se apoya en tópicos, pero lo sabe llevar todo bien

Como dijimos, los clichés del género se dan cita aquí sin parar, tanto a nivel argumental como de presentación de personajes, pero Tales of Zestiria sabe contarlo todo muy bien. Las conversaciones no se hacen pesadas ni son todas autoimpuestas, como en otros Tales, saben repartirse y permitir profundizar en ellas a placer. El ritmo de la narración también se hace muy ameno. Al principio la aventura es muy guiada y lineal, pero poco a poco el juego se abre a nuestras decisiones y nos deja hasta elegir el orden en el que queremos hacer las cosas en el mapa.

Hablando de este mapa, toca hablar del punto negro del juego. Tales of Zestiria llega de la generación pasada, y se nota. Sus parajes, que tienen mucho potencial y encierran buenos diseños de arquitectura, se ven pobres y vacíos. Esto se traduce en que nos tocará caminar mucho con poco por hacer mientras. Por fortuna, podremos usar útiles puntos de viaje rápido y disfrutar de unos combates en tiempo real formidables.

Tales of Zestiria abusa de caminatas insustanciales y zonas vacías

Si los escenarios vacíos es el apartado más negativo del juego, el combate es el más positivo sin lugar a dudas. Ahora las batallas se producen en las mismas zonas que exploramos, produciéndose tan solo un parpadeo en la pantalla para preparar el improvisado ring. Tales of Zestiria presenta combates en tiempo real, pero que define sus ritmos con las bases del combate por turnos.

Podremos atacar siempre que tengamos puntos CE para hacerlo. Si nos bloqueamos con éxito de un impacto se rellenan pero si atacamos o nos desplazamos para evitar un golpe estos se vacían. La gracia está en que cuántos menos puntos de estos tengamos menos daño realizamos al atacar, y si nos quedamos sin ellos no podremos golpear.

Este Tales of te enamorará por sus combates y sus diseños de mazmorras

Así entra en juego una divertida estrategia: ¿queremos abrasar a golpes al rival u optamos mejor por propinar golpes contundentes? ¿Y qué estrategia desarrollamos mientras no atacamos? A esto se le suma la importancia de esquivar bien, realizar combos y mezclarlo con diferentes artes que iremos consiguiendo durante el juego.

Para rizar el rizo, entran en juego debilidades y fortalezas de ataques y personajes, con lo que habrá que saber a quién atacar, con quién y cómo. Estas artes basan gran parte de su eficacia en el equipo que llevamos equipado. Tendremos un tablero, a medida que nos vamos equipando con diferentes artículos se irán rellenando una serie de fichas, si las emparejamos o hilamos de una manera determinada, potenciaremos diferentes aspectos de nuestro personaje en relación a sus artes.

Al principio del juego esto os sonará a chino; lo cierto es que es bastante confuso a las primeras horas de juego y Tales of Zestiria se explica sin gracia en lo que se refiere a su jugabilidad. Con lo que os tenéis que quedar ahora es que el combate es tan bueno que disfrutaréis deambulando por ahí simplemente buscando camorra. A su vez, se potencia la búsqueda de objetos y equipo por lo determinante que resulta su uso para el combate.

El combate es rico y profundo, pero está fatal explicado. Daos tiempo para entenderlo

Una parte muy importante del juego, tanto en lo referente a la trama como en el combate, es la existencia de los serafines, unos seres muy especiales que con su bendición alejan la corrupción del mundo; algo así como una mezcla entre ángel y amigo imaginario porque solo aquellos con una sensibilidad especial, como el prota, pueden verlos u oírlos. Estos seres se fusionan con los personajes protagonistas para mejorar sus ataques, dándole todavía más variedad al combate.

Tales of Zestiria es un videojuego de la anterior generación, eso se nota en sus escenarios y en su calidad gráfica. Si no sois fans del JRPG, y llegáis a este tras jugar a The Witcher 3, os encontraréis con un juego imperfecto en la construcción de su mundo, aunque más que imperfecto, lo que está es vacío en comparación con aquel; eso sí, todo lo vacío y sosete que es el mundo exterior en cuanto a actividad lo compensa con sus excelentes mazmorras, divertidas y muy bien construidas,con sus combates y con lo que se disfruta encontrarse uno con cosas nuevas.

Tales of Zestiria es ese JRPG clásico pero con elementos contemporaneos que estabais esperando

Tales of Zestiria es un excelente JRPG para los amantes del género, para los que, como aquí un servidor, aceptan y hasta celebran sus clichés cuando están bien llevados, sus personajes estereotipados pero que saben crecer y sus ritmos narrativos tan particulares. Si estáis en este grupo de jugadores recibiréis con entusiasmo lo ameno que es el relato de la historia, que aunque ligero, sabe entretener y resulta perfecto. Una lástima que sus escenarios estén tan vacíos y su aspecto gráfico sea regulero.

Tales of Zestiria es, en definitiva, una muy agradable sorpresa que ningún fan del rol japonés debería perderse. Los que le verán más fallos son los que están acostumbrados al rol occidental, pero si le concedéis el tiempo que necesita para desarrollarse, también sabrá enamoraros.