Análisis de The Chant - Un survival vieja escuela de ciencia prísmica

Una isla en medio de la nada, un viejo culto perdido y un gurú con ganas de ganar dinero son las claves de un regreso al enfoque más clásico de los juegos de terror. Te lo contamos en nuestro Análisis de The Chant: Un survival vieja escuela de ciencia prísmica con algunos aciertos en su meditación.

Bienvenidos a la Isla

The Chant es la ópera prima de Brass Token. Un estudio pequeño con algunos nombres brillantes en el proyecto que recupera la jugabilidad más tradicional del survival horror con su primer videojuego. En la piel de Jess una joven atormentada por el fallecimiento de su hermana y los sentimientos de culpa, viajaremos a un retiro espiritual alejado de la civilización donde encontraremos a su amiga de la infancia, Kim.

Una vez en la isla y tras un camino que sirve de tutorial y prólogo, The Chant se convierte en un survival horror de vieja escuela que no teme mostrar su presupuesto humilde con un aspecto que, si bien dista mucho del del triple A, resulta superior al que los juegos de bajo presupuesto nos tiene acostumbrados. The Chant pone el acento en la historia con un título lineal que nos obligará a explorar la isla, combatir y gestionar muy bien los recursos mientras solucionamos algunos puzles clásicos del género.

Un survival vieja escuela de ciencia prísmica

La acción empieza pronto y tras escuchar las lecciones del gurú y explorar un poco la zona el ritual nocturno sale mal, causando la primera crisis en el grupo. Mezclando elementos cristaloterapia, sectas, vegetales mutantes y dimensiones paralelas, The Chant nos mete de lleno en un mundo que funciona como pretexto para pasar un buen mal rato de la forma más clásica posible. Como Jess, tendremos que encontrar distintas hierbas y recursos con los que construir nuestras armas contra sectarios y monstruos: atadizos de sándalo, ramas en llamas y palos de bruja serán nuestras armas cuerpo a cuerpo junto a la sal, los aceites y algunas habilidades que a forma de hechizo nos permitirán ralentizar, empujar y dañar a los enemigos.

Afortunadamente podremos esquivar a los enemigos con algunos movimientos muy bien diseñados, empujarlos, deshacernos de su intento de controlarnos y huir mientras tratamos de mantener la cordura ante sus ataques. La exploración es un regreso al pasado con pasillos muy marcados y zonas que podremos abrir para crear atajos para llegar antes a ciertos sitios, no faltando los portales que abrirán el viaje rápido por la isla a través de los múltiples túneles que pueblan el subsuelo.

Mente, alma y corazón

The Chant bebe de algunos clásicos de los juegos de terror que van más allá de los survivals más conocidos para incluir un sistema de cordura con tres barras medidoras. Por un lado está el alma, que nos permitirá aprovechar los poderes de los prismas y meditar para restaurar nuestra mente. Por otro el corazón, que indica el nivel de salud y hará que acabe la partida si la barra llega a cero. Y finalmente está la mente, que mide la cordura y que sufrirá al entrar en otras dimensiones, quedarnos a oscuras o ver sucesos inquietantes.

Los medidores al empezar la aventura apenas nos llegarán para sobrevivir a los primeros compases, pero afortunadamente The Chant cuenta con un pequeño árbol de ventajas que podremos desbloquear para mejorar nuestros medidores, poder llevar más recursos, mejorar nuestra defensa y daño o aumentar la sanación de los distintos tipos de curativos mediante el uso de cristales prísmicos. Una mecánica humilde que añade un plus a la jugabilidad y que convierte la gestión de recursos y de potenciadores en algo especialmente sensible en los niveles de dificultad más avanzados.

Análisis de The Chant: ¿merece la pena?

The Chant es una experiencia tradicionalista que trata de añadir algunas mecánicas modernas para ofrecer un producto que sin inventar nada nuevo se siente cómodo en las manos de los jugadores aficionados al género del terror y el survival horror. Las horas pasadas en la isla conociendo a los miembros de esta secta y su líder han resultado muy gratas, aunque están muy lejos de lo que nos hacen experimentar otros títulos más veteranos y algunos recién llegados como Oxide Room 104.

Entonces... ¿merece la pena? Todo depende de lo que busques en un videojuego de estas características. Como te decimos, The Chant dista mucho de ser un bombazo, pero lo que hace lo hace de forma correcta, sin aspavientos, consiguiendo enganchar al jugador gracias a su comodidad y a ese sentir su enfoque más clásico como unas viejas zapatillas cómodas de andar por casa. Personalmente he disfrutado mucho de su propuesta, pero sigue siendo un título con un target muy específico que será disfrutado sobre todo por los nostálgicos del género o los recién llegados sin muchas expectativas.