Análisis de The Last Oricru - El heredero más souls de la saga Risen

El catálogo del RPG europeo recibe un nuevo título que trata de aportar nuevas ideas a un género que se distancia del estilo americano y japonés con sus propias reglas y forma de entender su jugabilidad. Hoy te lo contamos en nuestro Análisis de The Last Oricru: El heredero más souls de Risen llega a PC, PS5 y Xbox series X/S con un resultado interesante pero con altibajos.

Análisis de The Last Oricru

Tras una beta que nos dejó muy buen sabor de boca hace unos meses, The Last Oricru llega a PC y a la nueva generación de consolas con una propuesta mixta que destaca en algunos elementos de su oferta de juego. Con un planteamiento muy original, el estudio checo GoldKnights nos invita a resucitar en un lejano planeta e ir descubriendo poco a poco nuestra historia y nuestro pasado mientras ayudamos o peleamos con las distintas facciones en guerra que pueblan la región.

En nuestro papel de alienígena inmortal -sí, el protagonista es humano pero no estamos en la tierra- iremos descubriendo un mundo que mezcla fantasía, medievo y alta tecnología en un curioso escenario que es, de primeras, uno de los elementos más interesantes de The Last Oricru. Sus habitantes, su cultura y los rincones por los que pasearemos forman parte de un proyecto que no deja de recordar a otros grandes exponentes del RPG europeo como Divinity Eco Dragonis o la mencionada saga Risen. Juegos que puede que técnicamente no sean lo más, pero ofrecen horas de diversión a quienes comulgan con su forma de plantear el videojuego.

En la piel del último Oricru

The Last Oricru ofrece una gran aventura en tercera persona con elementos de RPG y de Roguelike. Como RPG europeo, nos permite vivir nuestra aventura a nuestro ritmo y decidiendo en todo momento cómo avanzar, a quién ayudar y qué paso dar a continuación. A esto se une la posibilidad de equipar distintas armas, subir atributos, mejorar al personaje y especializarnos en distintos caminos. Como roguelike, su parte más souls, el cinturón tecnológico convierte a nuestro protagonista en inmortal. Esto significa que cada vez que somos derrotados volveremos a la hoguera de turno -en este caso unas cápsulas de regeneración de aspecto futurista- y perderemos la esencia que hayamos recolectado de los enemigos caídos.

Siguiendo las reglas de este género, podremos usar esta esencia para mejorar nuestro equipo, armaduras y armas, o bien utilizarla para subir los atributos y niveles del personaje. Estos atributos le permitirán portar distintos tipos de armas, objetos mágicos y hechizos, siguiendo las reglas de restricciones que ya en su momento instauraron juegos como Diablo. Como extra, y muy jugoso, The Last Oricru permite jugar su campaña en cooperativo a pantalla partida en local o directamente online. Una decisión muy interesante que aporta muchos enteros a esa propuesta de juego mixta, aunque tiene sus obvias limitaciones para el jugador 2.

El heredero más souls de Risen

Comentaba al principio y en el título de este análisis que The Last Oricru es el heredero de Risen con toques de souls, no tanto por sus mecánicas y jugabilidad como por su forma de entender el videojuego. Si ya has jugado a juegos como Risen, Gothic, Elex o Two Worlds, seguramente entiendas lo que quiero decir. Y es que The Last Oricru, al igual que los juegos mencionados, ofrecen un ambicioso mundo de juego con buena historia y muchas posibilidades, pero la ambición de sus mundos tienden a pasar factura a su rendimiento y cualidades técnicas con un presupuesto que no es precisamente el de un triple A..

En este sentido, The Last Oricru cumple a la perfección con un título que técnicamente tiene sus momentos y algunos rincones interesantes, pero que denota en todo momento su presupuesto limitado y la labor de un estudio con ganas de ir más allá de lo posible. Afortunadamente no vamos a encontrar grandes problemas de parones ni fallos de tearing o popping, pero tampoco es que estemos ante un juego que sea un portento gráfico. De hecho llama la atención que sea exclusivo de la nueva generación de consolas Xbox y Playstation junto a PC, pues no hay nada demasiado exigente que parezca requerir tanto músculo.

Pero... ¿Merece la pena?

The Last Oricru es un claro ejemplo de juegos de presupuesto B con un estudio detrás que se niega a adaptarse a las limitaciones y trata de llevarlo todo más allá. El combate no es una locura, va lentorro y los niveles de dificultad lo que hacen es disminuir su velocidad, las animaciones no siempre van fluidas, y jugablemente no inventa nada nuevo. Sin embargo en su interior tiene el encanto de los juegos hechos por soñadores. Una historia que engancha y que tiene momentos de peli de serie B que resultan refrescantes entre tanto prota que se mola a sí mismo, y un protagonista con un perfecto acento británico que en ocasiones, por lo que dice y como lo dice, recuerda a los antiguos héroes de aventuras gráficas de los 90.

Así que, volviendo a la pregunta de si merece la pena, confieso que lo he pasado muy bien jugando a The Last Oricru y no creo que tarde mucho en darle una nueva vuelta aprovechando su rejugabilidad para vivir la aventura desde el prisma de otra facción. Sí, no es el mejor exponente de un juego de nueva generación, ni siquiera de la anterior, pero esconde grandes momentos que han hecho disfrutar, y mucho, incluso a un negado para los souls como yo. Si para ti son importantes los gráficos y el combate medido al milímetro, olvídate. Si echas de menos juegos como Risen y gozaste con la propuesta de Elex, deberías darle una oportunidad.