Night School Studio se vuelve a aproximar al mercado, esta vez por primera vez siendo propiedad de Netflix. Y lo hacen con una secuela que está a la altura del juego original y que nos deja con uno de los títulos independientes más interesantes del año. Descubre en nuestro análisis de Oxenfree II: Lost Signals por qué hemos terminado encantados.

Análisis de Oxenfree II: Lost Signals, una secuela en la misma sintonía

Aunque no es del todo necesario haber jugado al primer Oxenfree para disfrutar de Oxenfree II: Lost Signals, se trata de una secuela directa que continúa los sucesos vistos en el primer juego. Con una nueva protagonista, Riley, que junto a un acompañante tendrán que descubrir qué extraño suceso está ocurriendo en la isla cercana en la que tuvieron lugar los misteriosos hechos de la primera parte.

Pronto descubriremos que hay mucho más en esas misteriosas señales que llegan desde la isla y que tendremos que involucrarnos en lo que está sucediendo, mientras las extrañas ondas de radio parecen inducir recuerdos, hechos futuros e incluso la presencia de lo que parecen fantasmas. Es un planteamiento casi idéntico al de la primera entrega, pero con ciertos cambios.

Misma base, diferentes planteamientos

La base de Oxenfree II: Lost Signals continúa siendo la misma que en la primera entrega. Un juego en el que podemos desplazarnos con relativa libertad por la isla cumpliendo diferentes objetivos mientras paseamos, escalamos o investigamos unas cuevas. Todo el peso recae en los diálogos que se van sucediendo casi sin descanso entre la protagonista y Jacob, y entre otros personajes.

En todos los diálogos tendremos la posibilidad de dar la respuesta de Riley, y el juego tiene la capacidad de hacernos sentir que cada pequeña decisión tiene un peso en la historia. Lo cierto es que hay diferentes finales dependiendo de nuestras acciones, de la relación que hayamos conseguido forjar con diferentes personajes y de otros sucesos que no revelaré en este análisis.

Es algo parecido a lo visto en el primer Oxenfree, pero aquí se muestra mucho más abierto: desde el principio el juego te incita a sospechar de todos los personajes -incluso de la propia Riley- de no creerte nada, de tratar de entender lo que sucede… y es probable que quieras hacer una segunda o incluso una tercera partida. Nada es lo que parece y lo estás pensando todo el tiempo.

La radio y el walkie talkie

La radio vuelve a estar presente en Oxenfree II: Lost Signals y permite, manualmente, sintonizar diferentes ondas que nos pueden comunicar con algunas emisoras o con otras cosas mucho más extrañas. Es la base del juego, y la tendremos que utilizar mucho. Cabe destacar que ha mejorado respecto a la primera parte y es más fácil encontrar la sintonía exacta en momentos donde es necesario: ya no hace falta volverse tan loco bajando y subiendo por la rueda.

Pero hay otro aparato electrónico que se suma a la fiesta en Oxenfree II: Lost Signals y que resulta más que interesante, un walkie talkie que nos permite comunicarnos con diferentes personajes que tienen más o menos peso en la historia. Todas las comunicaciones son manuales e incluso podremos tomar la decisión de no realizar ninguna, pero todas resultan muy interesantes.

Como si del mítico Códec de la saga Metal Gear Solid se tratara, me he sorprendido en múltiples ocasiones llegando a una nueva zona y tratando de sintonizar con todos los personajes a los que tenía acceso, para que me contaran algo nuevo. Esto resulta extraordinario sobre todo en ciertos paseos, que se hacen mucho más amenos gracias a poder iniciar estas conversaciones.

Hay muchos personajes que nos presentaran una suerte de objetivos secundarios que podremos cumplir o no, pero que siempre resultan interesantes. El comportarnos de una forma u otra con los personajes a través de este dispositivo también variará nuestra relación con ellos y su destino.

¿Alguien nos recordará?

El primer Oxenfree tenía varios mensajes muy potentes, todos ellos profundos y humanos. La muerte, el más allá, la amistad… Oxenfree II: Lost Signals lo potencia y parece influir mucho más -gracias al personaje de Jacob, que es fascinante- a la trasdencendencia: ¿alguien nos recordará cuando muramos? ¿Debemos cambiar nuestra vida si pensamos que no estamos haciendo algo importante? ¿Lo que opinen los demás es importante?

Y, para no chafar las sorpresas a nadie, hay mucho más. Desde el amor familiar, hasta la maternidad o incluso las mascotas. Oxenfree II: Lost Signals, camuflado en este aura de misterio sobrenatural, es uno de los juegos más humanos que he podido disfrutar en mucho tiempo.

Una de las mejores sagas independientes de la historia

Si disfrutaste del primer Oxenfree, lánzate ya a por Oxenfree II: Lost Signals. Mantiene la misma estructura y mejora ciertos parámetros, y resulta complementario pero diferente respecto a la primera entrega. No me atrevería a decir ahora mismo, sin más reflexión, cuál de los dos me gusta más.

Si no has jugado al primer Oxenfree todavía: hazlo. Aunque son juegos muy especiales y con un planteamiento muy concreto, que quizás no todos los jugadores sabrán sintonizar, si lo haces es probable que te pase como a mí y descubras una de las aventuras más humanas, sin caer en lo ñoño y bajo una premisa de ciencia ficción y hechos paranormales, mejor escritas del medio.

Oxenfree II: Lost Signals es uno de los mejores juegos de 2023.