Baboon Análisis - Monos, bombas y abejas

Baboon tiene corazón de título de móvil: un buen puñado de pantallas con retos basados en una mecánica concreta que luego se matiza. Nuestro monito pone una bomba a su lado, la mueve a su alrededor para calcular la parábola que lo mandará despedido, la activa, y sale en esa dirección con un gritito de dolor.

Tenemos que controlar no solo la parábola, sino también la potencia de la bomba que explota. Contamos con un medidor en la parte derecha de la pantalla de la PSVita, que sube y baja sin parar, teniendo que pulsar el botón de acción en el momento deseado. Si queremos subir a una plataforma alta necesitaremos más potencia, si pretendemos llegar a una más baja, pues menos.

Ponle una bomba al mono y míralo flotar alto, muy alto

La cosa se complica porque el mono rebota con todo lo que tiene a su alrededor, lo que es un problema puesto que la mecánica que combina la parábola y la potencia tiene siempre un componente excesivamente azaroso, y si esto nos hace acabar sobre el cuerpo de un pincho o un enemigo morimos y toca volver a empezar.

Y es que el mono tiene sus enemigos. Un terrible ejército de abejas ha tomado posesión de nuestro pueblo. Baboon usa esa excusa para hacernos avanzar por una serie de mundos a través de un mapa en 2D en el que no solo avanzamos de fase en fase, sino que también hablamos con abejas, con nuestros amigos de la aldea y comerciamos con los plátanos que hemos obtenido en las misiones.

Baboon combina fases de minijuego de móvil con narración de JRPG

La obtención de objetos a través de los plátanos es un elemento fundamental en la aventura, tanto que tendremos que repetir fases ya hechas, varias veces, para conseguir más plátanos y comprar ítems fundamentales para poder avanzar.

Baboon no consigue ordenar bien esta trama con las fases, que se hacen muy duras y en ocasiones frustrantes. Tener que repetirlas no ayuda, y tampoco tener que leer conversaciones que no interesan demasiado puesto que el argumento es flojo.

Baboon es un videjuego exigente, pese a su aspecto de juego de móvil

Porque Baboon es un juego difícil, con una curva de dificultad dura a causa de esos rebotes tan extraños, por morir de un toque y por lo difícil que resulta conseguir el impulso perfecto. Baboon le exige al jugador una paciencia inusual para este tipo de juegos puesto que hay que meditar mucho cada salto, y ya no para llegar al final de la meta, sino para conseguir todos los plátanos de la zona, algo que acaba siendo fundamental.

Técnicamente el juego es correcto, apelando a aquellos arcades coloridos japoneses de los ochenta y noventa de personajes 2D monos y alegres. Las ilustraciones son también simplemente funcionales y suficientes para seguir con la trama. En lo musical hay que decir que el chillido del mono al sufrir la explosión de la bomba chirria por su repetición.

Baboon es un juego para alguien que disfrute de los retos de juegos de móviles, pero con la exigencia de estos muy acentuada. Su mayor problema es que no genera un juego ágil que premie el aprendizaje, sino uno que siempre requiere mucha práctica y paciencia. Su duración es buena y también su intención, pero se hace frustrante en demasiadas ocasiones.