Blackguards 2 Análisis - Da gusto ser tan malo

Daedalic se ha sacado de la manga un juego que llama a la puerta de las partes más oscuras de nuestras almas al dejarnos no solo ser un cabrón muy, muy malo, sino al hacerlo tremendamente entretenido y reconfortante. Aún con sus fallos y con muchas de las pegas de su primera parte, Blackguards 2 puede considerarse una buena secuela.

¿Qué es Blackguards 2? Es un juego de estrategia con una historia un poco chunga y llena de cosas horribles, como masacres de ejércitos, decapitaciones en masa y ahoracamientos sumarísimos. Lo mejor de todo es que estas cosas las haces tú mismo, porque juegas como el villano en lugar de como el protagonista.

Blackguards 2 es un divorcio que sale rana

Obviamente, el atractivo de ser el malo de la película no radica en las cinemáticas o los hechos aislados, ha de estar potenciado por los mecanismos del juego, y ese es el caso de Blackguards 2, que se sustenta principalmente en sus combates para hacernos sentir poderoso y malote.

Como su antecesor, que se lanzó hace un año casi exacto, Blackguards 2 parte de los principios de The Dark Eye, un juego de papel y lapiz alemán, solo que esta vez somos Cassia, una noble víctima del heteropatriarcado cuyo marido condena a la mazmorra en lugar de simplemente divorciarse de ella.

Marwan, el marido y rey, pagará cara esta osadía: tras cuatro años en la trena, Cassia se fuga y decide hacerse emprendedora con el objetivo de acabar con su marido. El problema es que el veneno de araña con el que se contagió en la cárcel le está volviendo pelín cruel y despiadada, pero razones tampoco le faltaban para estar enfadada.

Una de rol, dos de tácticas

Toda la locura de Cassia queda patente en sus diálogos y en la cantidad de opciones de conversación que les permiten decir, a ella o a sus aliados, auténticas burradas. Esto es lo que los hace tan carismáticos, vaya, y posiblemente lo que hace que Blackguards 2 resista sus momentos más flojillos en la trama.

Porque entre burrada y burrada, la trama central no hace justicia a sus personajes. A medida que vas pasando entre bobada y bobada, te das cuenta de que lo único que quieres es que aparezca la siguiente opción para liarla a lo grande con Cassia, y que lo que pase entre ese momento y el siguiente, te da igual.

Pero afortunadamente, en lo que se refiere a jugar, Blackguards 2 da de lleno en su mezcla de rol y estrategia, entendiendo esto como que es un Tactic RPG de toda la vida y como dios manda: tienes un equipo de personajes, te mueves por un escenario que funciona por tablero, los equipas con sus movidas (hechizos, armas, armaduras, accesorios; y te lías a hostias con todo lo que se ponga delante.

La progresión es lineal y vas de combate en combate hasta que toca capturar un lugar importante y Blackguards 2 se convierte en un Heroes of Might and Magic, con su tablero con hexágonos y sus turnos. Vale que no será un método original, pero caray, qué bien lo hacen todo y cuánto han mejorado desde el juego original.

No inventa nada, pero sabe cómo hacerlo todo

Puede que lo único malo junto a su historia de Blackguards 2 sea el tema de comparar armaduras y armas en los menús, que por lo general son bastante intuitivos, sobre todo cuando toca editar los personajes. Los amantes del rolazo sin adulterar adorarán meterse en vena todos los Adventure Points del juego.

Estos puntos son los que usamos para editar los personajes, para ir creando el tipo de aliado que queremos, y se puede editar absolutamente todo sin límites. No existe una rigidez total en las clases salvo que hay cinco grupos en los que se reparten las habilidades según su tipo.

Es quizá la parte más compleja del juego, y cuesta su tiempo dominarla, pero para un experto del género es gloria bendita.

Blackguards 2, rol táctico del viejo

Así pues, quienes añoren en el PC el género de los tactic RPG, que tanto suelen gustar en consola, estará encantado de encontrarse con algo tan profundo y depurado como Blackguards 2. Su historia no es nada del otro mundo y tiene alguna inconsistencia dentro de sus, por lo general, bien pensados menús, pero sus mecánicas suplen todo esto.

Además, da gusto que Cassia tenga tan mala leche y te permitan jugar a ser una zorra despiadada. Pocos videojuegos saben llevar bien la actitud de sus personajes antiheroicos, pero Blackguards 2 no es que tenga una antiheroína como protagonsita, es que tiene a una auténtica genocida. Y no pasa nada.