Citizens of Earth Análisis - RPG políticamente incorrecto

Felicidades, acabas de ganar las elecciones para convertirte en Vicepresidente del mundo, algo al principio inexplicable puesto que el tipo en cuestión al que se le ha otorgado tal galardón, y encarnas, vive con su madre, se la pela todo y hace el tonto más que otra cosa.

Es como uno de esos protagonistas de peli de los ochenta en la que todo le pasa por casualidad y al final, y sin saber cómo, acaba de rey de algo. Pero bueno, que encarnamos al vicepresidente del mundo, de uno raro de narices.

Citizens of Earth - Ahora eres el Vicepresidente del mundo

Citizens of Earth nos pone en la piel de dicho vicepresidente, y representándolos nos toca ir por el mundo, resolviendo misiones, solucionando conspiraciones y otras típicas tareas de político, todo, a ritmo de JRPG.

El videojuego en cuestión se divide en tres apartados fundamentales: exploración, reclutamiento o conversación y peleas. Recorremos los entornos de Citizens of Earth en vista cenital y con unos gráficos de inspiración retro. Aunque digamos que es un JRPG, lo es por su estructura de juego y luchas. El dibujado de su entorno es uno más bien europeo y tiene mucho de juego de rol occidental también por la libertad con la que nos deja movernos entre objetivos.

Citizens of Earth te deja bastante libertad de movimiento no lineal

Esta exploración no tiene más que descubrir lugares nuevos e ir descubriendo a nuevos personajes y rivales, todo con un corte y un ritmo clásico. El otro apartado es el de reclutamiento. Un acierto que tiene el título es el de permitirnos hablar con un montón de gente a la que pedirle que se una a nosotros, y lo harán a cambio de cumplir determinados favores.

Cada personaje tiene sus habilidades propias en función de quién es o su profesión, y hay un buen montón de gente a la que llevar a nuestro equipo, lo que consigue que podamos configurar nuestro batallón en función de las necesidades propias de cada situación. Además, aunque lo que estos necesitan para unirse suelen las típicas demandas chorras de siempre, tener a gente nueva de nuestro lado hace que cumplirlas se vuelva interesante.

El combate de Citizens of Earth es lo mejor del título

Y esto nos lleva al combate. Citizens of Earth presenta unos combates que, formalmente, recuerdan a un Shin Megami Tensei. Los enemigos ante nosotros y de espaldas nuestro equipo. Los combates son sencillos pero te piden que vayas con un equipo bien formado y equilibrado para que no se te hagan muy cuesta arriba.

Son por turnos, cada personaje tiene una serie de habilidades sencillas que al usarlas repetidas veces permiten usar unas que hacen más daño. La clave está en combinar personajes que alteran el estado a los rivales con healers y otros que hagan más daño. En conjunto, y sin salirse de su sencillez, funcionan muy bien.

En lo que falla Citizens of Earth es su tono y trama

Por lo dicho hasta ahora, Citizens of Earth parece un videojuego de rol solvente y apetecible, y lo es. Se trata de un título entretenido pero que viene tremendamente lastrado por su tono. Lo del vicepresidente tonto no acaba de funcionar. El videojuego apoya en ello su trama, en el humor tontorrón de cada situación, en cambiar el comando “cura” por “achuchón”, en ponernos como enemigo a un manifestante que en lugar de atacar “realiza un contra-argumento a nuestras propuestas”.

Citizens of Earth intenta trasladar los términos del rol japonés clásico a un mundo actual, en el que en lugar de acompañarte un guerrero te acompaña tu hermano, un panadero o una policía, y todos atacan como tal. La broma no acaba de tener gracia y hasta se hace pesado.

Al final, Citizens of Earth, aunque acierta en cómo plantea sus combates, no logra captar nuestra atención o interés durante mucho tiempo por el diseño sin gracia de su mundo (tanto si hablamos de bestiario, personajes o universo) y por culpa de su narrativa, historia, ritmo y tono. Las buenas ideas están ahí, pero llegan hiladas con una trama con intención pero de ejecución floja