Costume Quest 2 Análisis

Costume Quest 2 es un juego de Halloween que se ha adelantado a su fecha y que ha salido de las mentes de los siempre originales Double Fine. ¿Cómo les ha salido la secuela? Este es nuestro análisis.

Que le den a los dichos: a todo el mundo le entusiasman las segundas partes pues suelen significar que el estudio que ha creado una fórmula original y entretenida que nos ha gustado se han puesto a hacerla todavía mejor. Bueno, al menos es así en la mayoría de casos, pues a veces, sí, "segundas partes nunca fueron buenas".

¿Dónde deja esto a Costume Quest 2? Quizá un poco a medio camino entre ser mejor que el original y, quizá no ser peor, pero sí ser igual en los elementos que debería haber mejorada. Ciertamente, Doublie Fine tienen una fórmula para hacer videojuegos que gustan, pero en este caso se han quedado un poco escasos con los ingredientes.

Costume Quest 2 viaja en el tiempo

Otra cosa no, pero Costume Quest 2 es bonito. Su primera parte ya lo era y, en este sentido, el juego ha sabido mejorar de sobra, aunque si perder el toque cómico y caricaturesco que le caracterizaba. Es difícil no encariñarse a primra vista con lo que uno ve.

El juego se ambienta en una noche de Halloween, de ahí el tema de los personajillos disfrazados, y está protagonizado por los hermanos Wren y Reynolds, que tienen que volver a salvar su humilde barrrio, del dentista Orel White, que no quiere que haya disfraces ni dulces en su ciudad.

Todo esto está envuelto en una historia con viajes en el tiempo, algo que quizá ya está un poco visto a estas alturas pero que permite a Double Fine hacer unos cuantos chistes. Nada del otro mundo, pues, pero tampoco molesto.

De batallita en batallita

Orel ha llenado el barrio de esbirros que tendremos que ir venciendo con el poder de Halloween, transformándonos en una supermomia, un robot o un Thomas Jefferson bien armado.

Las batallas son tan simples como en su anterior juego, eso no ha cambiado: combates por turnos en los que hay que sincronizar los golpes que da nuestro personaje con la puslación de un botón en el momento perfecto mientras se recarga una barra que permite sumar poder a nuestro disfraz y, por ejemplo, curar al grupo o dar un golpe mortal.

Las mecánicas se complican un poco con el tiempo, pero nada del otro mundo. Cada disfraz que llevas en batalla tiene una debilidad o una resistencia a un tipo de enemigo (Mágico, Tecnológico o Monstruoso), pero esto es el único elemento real de 'estrategia' que exige.

Algo más completo, pero tampoco demasiado

En general, las ideas detrás de Costume Quest 2 son mejoras que las vistas en Costume Quest, y están más desarrolladas. Eso no quita que sigan siendo simplísimas y que te hagas rápido a todo lo que tiene que proponer, momento en el que, como su antecesor, se vuelve aburrido, repetitivo y banal.

Una vez consigues un equipo equilibrado, es difícil seguir experimentando porque no hay tampoco demasiada variedad en otros arquetipos, de modo que los combates se convierten en un trámite en lugar de en algo entretenido. Quizá lo fácil que resultan también tiene culpa en esto.

Puzles para bebés

Sigue habiendo puzles fuera de los combates, así como misioncillas para amenizar y subir de niveles. En la mayoría de caso, todo se soluciona con una nueva habilidad ganada en uno de los trajes de los protagonistas, como el traje de fantasma con el que se atraviesan muros. Y una vez más, son tan sencillos que resultan ofensivos.

No pasa nada por intentar hacer un juego infantil, pero otra cosa bien diferente es intentar vender un juego a los niños por su estética y plagarlo todo de cosas estúpidamente sencillas. Double Fine no ha aprendido nada de su anterior juego: los niños no son idiotas y saben resolver puzles complejos casi mejor que los adultos.

Costume Quest 2, la secuela que nadie esperaba

Así pues, Costume Quest 2 es una secuela que se ha invitado sola. Si Costume Quest tenía unos fallos evidentes en su fórmula y resultaba cansino, este ofrece más de lo mismo. ¿Por qué ha querido Double Fine contar otra historia (una bastante normalita, por cierto) con estos métodos cuando nos tienen acostumbrados a productos de mayor calidad?

Sea como fuere, es demasiado fácil, no muy imaginativo y un RPG muy sencillo. Puede ser una introducción al género, pero a estas alturas no creemos que hagan falta. También puede ser tierno y encantador, pero lo bonito y simpático queda en segundo plano por todo lo demás.

6

De plus- en minpunten

  • Muy bonito, una estética propia
  • Tierno y simpático
  • Repetitivo y fácil
  • Un RPG poco imaginativo, muy típico