D4: Dark Dreams Don't Die Análisis

Si nos dijesen que D4 es un juego que sólo puede tener cabida en Xbox One, no nos lo creeríamos, ya que tras habernos hecho creer que sólo se podría controlar con Kinect, finalmente también se puede controlar con el mando... Y mucho mejor, sí, aunque puede que prescindir del control por movimiento y voz haga de la experiencia algo menos inmersivo.

D4 es algo lejos de todo género

D4 es una de esas creaciones que sería difícil englobar en un género concreto. Lo más cercano sería ver que es una aventura gráfica de corte moderno, pero si nos dicen que es una novela visual, casi que también colaría... Salvo por los Quick-Time Events. Investigación, lectura y reacción en formato episódico.

D4 viene de Dark Dreams Don't Die (los sueños oscuros no mueren), y representa el eje de la historia, la de un ex-policía que se dedica a investigar el asesinato de su mujer, un ataque al que él sobrevivió, y desde entonces cuenta con la posibilidad de explorar el pasado a través de determinados objetos que hayan dejado marca de un evento importante.

D4 y los mementos

Desde el HUB central que es la casa del protagonista (en la que convive con una chica que se cree un gato) en la que podemos explorar a base de 'clicks' en iconos de caminar, pistas, armarios y todo tipo de objetos con los que interactuar, accedemos a la parte importante a través de esos objetos importantes, mementos, con los que nos movemos a otra situación. Al pasado.

Por el momento tenemos el prólogo y dos capítulos, y sirven para hacernos una idea de todo lo que funciona y lo que no, y la trama, desde luego, funciona. Engancha a través de un protagonista con carácter y de una gran variedad de secundarios a investigar con muchos pequeños detalles de los que sacar partido. Puede cantar un poco a japonés, pero es demasiado excéntrico como para que algo de lo que vemos en D4 pueda sonar a cliché.

D4 es un Heavy Rain a la japonesa

Si hablamos de un resumen de la experiencia jugable, lo más fácil sería compararlo con Heavy Rain a nivel de mecánicas, que no a nivel de planteamiento. Además sigue un formato similar y alterna investigación a base de acercarse a algo y accionarlo con un QTE con secuencias hechas a base de QTEs que continúan aunque fallemos.

Pero a la hora de la verdad no tiene nada que ver más que el hecho de que hay un misterio por resolver. D4 basa su encanto en su estética, en su carácter despreocupado y en sus personajes secundarios completamente locos y llenos de pequeños detalles perfectamente reconocibles que hacen que de verdad nos sintamos buenos investigadores.

¿Con Kinect o con mando?

Cada episodio se basa en determinados escenarios cerrados a investigar plenamente, alguna secuencia de Quick-Time Events que suele marcar un punto de no retorno, y vuelta a empezar en una nueva localización, y es en esos QTEs donde brilla el control por movimiento que nos hace imitar la acción en pantalla, ya que las partes de investigar al milímetro terminan por cansar mucho el brazo que señala.

Todo lo que se puede hacer con gestos se puede hacer pulsando un botón, pero llama la atención ver la integración y ver que todo lo que habían prometido con Kinect funciona, desde una mejor detección de profundidad, gestos con los dedos de la mano, y claro, el poder jugar sentado. Aún así, más de diez minutos con el brazo al frente buscando pistas es un calvario.

No se puede cambiar de método de control sin pausar la partida y no hay un tipo de control híbrido, así que para evitar molestias lo mejor es optar directamente por el mando, con sus botones y sus joysticks. También hay opciones de control por voz para determinadas acciones, pero no está adaptado al español.

Una grata sorpresa inesperada

Con D4 no sólo ha surtido efecto el hecho de que anunciasen su lanzamiento de un día para otro o que viniese de manos de un creador con un reconocimiento un tanto 'freak', sino que también tienen mucho que ver el precio, su condición de exclusiva, y cómo no, que resulta extrañamente entretenido.

Swery65, 15€, exclusivo de Xbox One, un formato episódico apropiado, buen uso de Kinect totalmente opcional,... Le sumamos ciertos delirios y unos personajes difíciles de olvidar, y tenemos D4: Dark Dreams Don't Die.