DriveClub Análisis

Una gestación complicada

DriveClub ha sufrido un desarrollo arduo y complicado que llevó a Evolution Studios a retrasar su lanzamiento dos veces (en principio debería haber acompañado a la consola de Sony en su estreno en noviembre de 2013). Incluso a día de hoy el juego está envuelto en problemas ya que la versión gratuita para Playstation Plus (limitada en el número de coches y circuitos) no ha visto la luz debido a problemas con los servidores que también han afectado a los usuarios de la versión completa.

El concepto de DriveClub es por un lado simple y por otro muy ambicioso ya que como juego de conducción híbrido arcade/simulación no se arriesga en su realización y las pocas opciones que ofrece son las típicas del género (carreras, torneos, desafíos de velocidad y el típico desarrollo de ir desbloqueando coches y circuitos).

Es en su modo multijugador online donde DriveClub pretende diferenciarse del resto al permitir a los jugadores el formar sus propios clubs de conducción para competir con otros. La idea por supuesto es la de obligar a los jugadores a colaborar los unos con los otros para vencer a los rivales.

Una conducción sólida, un desarrollo insuficiente

Vaya por delante que DriveClub tiene un sistema de conducción muy robusto y pulido, que se encuentra más cerca de la serie de Need for Speed o incluso Burnout que de los auténticos simuladores del género como Gran Turismo o Forza Motorsport. Los coches responden muy bien a los mandos y el manejo de cada uno de ellos están bien individualizado y no coge las curvas igual un Bentley Continental que un Lotus por dar un ejemplo. El daño a los coches en carrera es meramente estético, lo que viene a reforzar su naturaleza más arcade.

A pesar de que la acción es rápida y de que si nos excedemos a la hora de frenar y tomar las curvas de una manera más realista nos quedaremos rezagados DriveClub está lejos de un arcade puro en toda regla y la precisión es imprescindible para ir avanzando. La IA de los coches es aceptable aunque nada flexible ya que circulan por su curso prefijado y no reaccionan dinámicamente a tu conducción, lo que es un poco decepcionante.

No obstante, el principal achaque de DriveClub es que se vuelve un poco repetitivo y que se echa en falta más contenido y variedad. Tiene tan solo tres modos de juego: tour, solitario y multijugador y las pistas son circuitos cerrados y por supuesto sin posibilidad de salirse y explorar a lo Forza Horizon. A pesar de que el núcleo principal del juego es ir del punto A al punto B lo más rápido posible se incentiva al jugador a volver a correr las pistas al incluir desafíos varios que deberemos completar en cada carrera (vuelta más rápida, velocidad punta, etc...) para continuar desbloqueando cosas.

La fama y los clubs

Está por ver cuál será el recorrido a largo plazo del modo multijugador, asumiendo que se resuelvan los problemas de conectividad actuales. En DriveClub puedes formar tu propio club o unirte a uno ya existente (máximo 6 jugadores) para competir con otros clubs en tiempo real. Con la aplicación MyDriveClub para Android es posible estar al día de las partidas de tus compañeros y conectar con tu perfil para ver la experiencia, los desafíos o tu fama entre otros parámetros.

La fama de piloto se consigue al ir, no solo ganado carreras, sino tambien al realizar maniobras de conducción durante las carreras (derrapes, adelantamientos...). Esto nos otorgará puntos para avanzar en los rankings o desbloquear personalizaciones (meramente visuales) en los coches o vehículos adicionales.

Es una pena que DriveClub no haya podido estar listo al 100% para su lanzamiento ya que es en el modo multijugador donde reside su mayor potencial. Esto demuestra las limitaciones de los juegos «siempre conectado» y resulta aún más desconcertante después de tanto retraso y de la falta de una beta en condiciones que podía haber resuelto los problemas actuales.

Finura gráfica sin chispa

Driveclub presenta un apartado gráfico increíble, con un modelado fantástico y detallista de los coches que nos enseña hasta el último detalle (incluso en los interiores) de cada elemento del vehículo. El catálogo de más de 50 coches no es extenso comparado con otros títulos y es curioso que la mayoría de los vehículos son europeos (no hubiera estado mal haber incluido más coches americanos).

El juego corre a 30 fps con una resolución de 1080p y si bien se echa en falta esa suavidad inherente a los 60 fps (y tan importante para los juegos de carreras) el frame rate es sólido y no he advertido bajones. Las pistas son imaginarias y nos trasladarán a cinco localizaciones: Gran Bretaña, India, Noruega, Escocia y Canadá. Ni que decir tiene que el grado de detalle es fantástico aunque una vez acostumbrado a la belleza del paisaje te das cuenta que le falta un poco de chispa, de vida y movimiento (a lo Forza Horizon 2).

Los efectos de luz y climatología son unos de los puntos más potentes del juego aunque existe un cierto desequilibrio entre la excelencia de estos con otros elementos de peor calidad (como algunas texturas en los entornos por ejemplo). Se han incluido asimismo algunas opciones de personalización de nuestro avatar como pilotos, aunque al igual que la de los coches, no deja de ser una serie de preconfiguraciones ya hechas, aunque para aquellos jugadores a los que les gusta saltar a la acción lo más rápido posible esto no supondrá ningún problema.

DriveClub rebosa calidad a pesar de sus limitaciones

DriveClub tiene muchos aspectos buenos y muchos aspectos manifiestamente mejorables. Los gráficos lucen muy bien y se nota que se ha puesto mucho mimo en los coches y en los escenarios. El sonido es correcto sin más aunque la decisión de no incluir música por defecto durante las carreras no ha sido la más acertada. Se echa en falta más variedad y contenido en los modos de juego y en el desarrollo general de la conducción. Es un juego que te permite echarte carreras rápidas de vez en cuando pero que no presenta una curva de aprendizaje extensa.

El problema es que las espectativas eran enormes (como parece ser la pauta ultimamente en el mundo de los videojuegos) y DriveClub sabe a poco. El concepto de los clubs es interesante pero no es lo suficiente desarrollado como para que tenga una gran longevidad. Su caracter híbrido arcade/simulación hace que todas las comparaciones le sean desfavorables ya que ni contentará a los fans de la simulación a lo Grid 2 o Gran Turismo 6 ni a los del arcade más puro a lo Ridge Racer.

En todo caso es un título muy decente que ofrece una gran base jugable y un apartado visual muy atractivo. Si te gusta una conducción bien hecha más cercana al arcade y aunque te consideras un perfeccionista no tienes paciencia para jugar los simuladores más realistas DriveClub te proporcionará un buen número de horas de diversión.