Earth Defense Force 2025 Análisis

Es difícil encontrarse con un juego que provoque un sentimiento de dejà vu tan potente como Earth Defense Force 2025. Si se cambiara el nombre por la anterior entrega del juego, es posible que pocos, solo los mayores fans, notaran la diferencia entre uno y otro. Y es una auténtica lástima porque la suma de insectos gigantes del espacio y de soldados modorros de la Tierra es fantástica como concepto.

Earth Defense Force 2025 parece un juego de 2005

Todo el mundo consiente ese cliché en torno a la saga Earth Defense Force de que es un juego de serie B, un título con un presupuesto modesto que no puede ser ejecutado tan bien como otros contemporáneos por una cuestión pecuniaria. Mentira. La industria indie ha demostrado que no existe el concepto “poco dinero”, y de paso ha devuelto el foco de los videojuegos a su calidad jugable y no gráfica.

Earth Defense Force sabe que un toque de humor y de buena jugabilidad hacen que lo oxidado de su aspecto gráfico y lo ortopédico de sus animaciones acabe siendo un plus para los amantes de lo ‘cutre a propósito’. El problema es que lo sencillo de su propuesta y lo incomesurable de su escala, virtudes que siempre sabe hacer destacar, en este juego no resultan tan entretenidos.

El tamaño importa, más o menos

Los enjambres de enemigos que ocultan el solo, las ciudades conquistadas por arañas de varias decenas de metros y los jefes finales que copan todo el horizonte son el punto fuerte de Earth Defense Force 2025, como lo fueron de EDF 2017 y del anterior y del anterior. Eso no ha cambiado, y aunque no debería ser algo malo per se, la falta de novedades se hace evidente al rato de abonar el suelo con fluidos de insectos y con casquillos de bala.

Como juego de serie B, se supone que hay que perdonar sus bajadas de framerate cuando todo esto se lleva a cabo, igual que la repetición de texturas y los polígonos tan grandes como los susodichos dípteros. Lo que quizá ya no es tan comprensible es la repetición de escenarios de EDF 2017 o que los enemigos son lo mismos que los de otros juegos. ¿Es Earth Defense 2025 un remix de viejas entregas? Por momentos, lo parece.

Ahí están la playa vacía y que no parece acabar nunca, las ciudades semidestruidas y completamente muertas, las arañas gigantes, los drones y los robots. También están presentes las mismas naves nodrizas con los mismos patrones de ataque y todo.

Cosas nuevas que no renuevan

Cuando Earth Defense Force 2025 intenta algo nuevo, porque sí es verdad que alguna novedad hay, mete la pata (¿el aguijón?) estrepitosamente y hasta el fondo. El motor de físicas regala unas cuantas caídas de edificios acompañadas de otra caidita frames y de un error, o de una exageración, es difícil saber de qué se trata en realidad; que deja a los personajes tirados en el suelo un buen rato sin poder moverse.

Los nuevos enemigos, que algunos hay, tampoco son del todo brillantes. El Shield Bearer es un robot que ciertamente exige probar nuevas tácticas y que es divertido de abatir por ser un equilibrio de dificultad y experiencia, ¿pero las arañas Reiarius? No es normal que puedan atacar desde tan lejos con sus lazos y que no haya manera de prevenirlo.

El nuevo sistema de clases, por fortuna, ofrece algo de variedad, aunque a costa de hacer a los personajes sorprendentemente débiles a determinados contextos: una clase es demasiado lenta y pesada, otra demasiado susceptible a ataques físicos y otra directamente está limitada a apoyar a otros personajes. Están todas dirigidas al juego online, pero no muy adaptadas al juego en solitario.

Recortes en el departamento de balística

El cooperativo online es el último gran aspecto de Earth Defense Force 2025, un paso adelante en este género del ‘guns N bugs’ que lidera la saga que, sin embargo, en comparación con EDF 2017, palidece en la recta final, no por la falta de contenido o de posibilidades, sino por lo poco bien planteado que está y por lo absurdo de su dificultad.

Es realmente molesto que en casi todas las comparaciones con su anterior juego, EDF 2025 salga perdiendo, y en el tema de las armas es más de lo mismo: apenas hay novedades a medida que avanza el juego y a las 40 pantallas lo más normal es estar lanzando cohetes sin preocuparse de hacer nada más.

Earth Defense Force 2025 no es el nuevo juego que necesita la saga

Los Earth Defense Force nunca han ofrecido un apuntado preciso ni un factor realmente estratégico. Es el Dinasty Warriors de las armas a distancia, es una constante orgía de balas e insectos gigantes que debe ser tan divertido como sencillo de jugar. Es una oda descerebrada al videojuego, pero de algún modo, Earth Defense Force 2025 parece más bien esa copla anticuada que se ha oído cientos de veces en la radio y a la que nadie presta atención.