Escape Dead Island Análisis

Escape Dead Island nos lleva a una isla infestada de zombies y nos arma con lo que nos vayamos encontrando para ganar la partida. Tres personajes se introducen en ella buscando respuestas a las preguntas vertidas tras los títulos anteriores, y mientras las buscan, toca patear culos de no muertos.

La serie Dead Island nunca se ha caracterizado ni por su originalidad, ni por su factura técnica ni por la correcta implementación de sus fórmulas. Simple y llanamente ha conseguido notoriedad por ser un producto de su tiempo y resultón. Apareció cuando el público demandaba zombies y multijugador cooperativo. Y funcionó muy bien, tanto que Riptide llegó y antes de su segunda entrega numerada, tenemos este Escape Dead Island.

Escape Dead Island cambia la acción en primera persona por la tercera

Este título, de nuevo como el primero, atiende al instante en el que nos encontramos. Ya no quiere ser un Left for Dead abierto y descarado con más de aventura que otra cosa. Ahora lo que quiere es ser un The Last of Us con más combate y con un tono cercano a Borderlands 2 en su presentación; pero a un nivel siempre muy superficial y torpe en todos los referentes que toma.

Así, el combate de Escape Dead Island es tramposo. Podemos disparar y también atacar cuerpo a cuerpo con ataques fuertes y débiles. También esquivar a los enemigos cuando cargan contra nosotros, pero ni las mecánicas ni las físicas no están bien depuradas. Acabaremos corriendo siempre que podamos para evitar las luchas.

El combate de Escape Dead Island no está bien resuelto

Nuestro protagonista no reacciona con precisión y nuestras acciones no están lo suficientemente elaboradas como para resistir a ocho zombies atacándonos, y vencerles, sin recurrir a trucos dentro del propio juego; es decir: a que la IA es mala, a que si cargamos y golpeamos podemos rematar con un finisher y a que si le entramos por la espalda a un enemigo podemos derrotarlo con un ataque sigiloso, aunque le estemos apuntando con una linterna.

El sigilo es una imitación del de The Last of Us. Nos agachamos y un indicador sobre la cabeza de nuestro acechador nos avisa si nos detecta o no. Si logramos llegar al enemigo se nos premia pudiendo ejecutar un Instant Kill. La lástima es que el diseño de los escenarios no acompaña para dar calidad a estos instantes y el sigilo suele ser algo que ocurre por casualidad.

El sigilo es una emulación regulera del de The Last of Us

Es decir, que las mecánicas no están bien depuradas. Y no sería del todo un problema sino fuera porque Escape Dead Island plantea algunas situaciones excesivamente complicadas para lo poco profundo de su sistema de combate.

La aventura nos manda de un lado para otro de la isla de una manera muy guiada, muchas veces tendremos que volver sobre nuestros pasos de un modo muy poco inspirado, repitiendo escenas. Esta poca inspiración se extiende al resto de la narrativa, que decide hacer todo lo posible para que llegues a tu destino, sin saber hacerlo de manera interesante.

Con ayudas constantes, guías y flechas que nos dicen hacia donde ir

Sí es cierto que intenta ordenar la trama a través de distintos puntos de vista, momentos esquizofrénicos, delirios y guiños al lenguaje propio del videojuego, como intentando emplear sus límites para sí, pero de nuevo, es todo demasiado artificial, nada parece encajar, porque acaba cayendo en los mismos tópicos que a veces parece querer criticar.

Técnicamente Escape Dead Islad es pobre, con un cell shading sin gracia. Tiene serios problemas de diseño, sobretodo en lo que se refiere con los juegos de luz y oscuridad y a la interacción con objetos y enemigos. Las melodías son correctas, sin alardes y el doblaje peca de tener acentos extrañamente exagerados. Por fortuna, llega con subtítulos en castellano; eso sí, enormes y que se plantan a veces en el medio de la pantalla sin dejarnos ver más allá.

Escape Dead Island nos llega con subtítulos en castellano

Escape Dead Island no consigue rematar bien nada de lo que propone. El combate tiene muchos problemas y el sigilo aún más, por no hablar de la sección de disparos. Acabarás corriendo de un lado a otro pasando absolutamente de los zombies a no ser que el juego te obligue a matarlos.

La trama carece de interés por contar con unos personajes sin ningún carisma y con una isla que funciona como un lugar en el que colocar secretos y rutas sin ningún cariño. Escape Dead Island es un título sin ambición, una aventura a rebufo de la segunda entrega y que pretende añadir algo más de trasfondo a todo esto.

Hay conceptos interesantes en Escape Dead Island, pero ubicados sin ambición

Pero el mayor problema de Escape Dead Island es más profundo que todo esto. Ni las interacciones entre sus elementos, ni las situaciones ni la narrativa están cuidadas. Está todo puesto ahí, mezclado a la espera de que alguien quiera disfrutar con el popurrí, pero es una labor muy difícil.

Sí es cierto que cuando consigues pillarle el tranquillo al obtuso combate, aprendes sus triquiñuelas y domas sus lacras, consigues ser capaz de tolerar algunas secciones mal diseñadas y te dejas llevar por su confusa narrativa, el juego se convierte en un entretenimiento con algún que otro buen instante.

Tiene de fondo un misterio que consigue entregarse con cierto criterio y la misma evidente falta de ambición te descubre que no pretende nada más que darle algo de trama a la serie y servirte una mezcla descafeinada de mecánicas; una aventura que se abre a medida que consigues herramientas con cosas que recolectar aquí y allá. Si te gusta Dead Island hasta el nivel de querer saber algo más de todo el jaleo de Banoi, puede que el juego te interese.