Life is Strange Episodio 1 Análisis - La vida sin Adèle

Los juegos en formato episódico o gustan o repugnan, pero por esta casa somos bastante fans de ellos. O lo somos lo suficiente como para analizar por separado cada uno de ellos. Es verdad que esto fragmenta mucho la historia del juego, que es lo que realmente pesa en Life is Strange, pero al menos nos permite ver desde va hacia dónde apunta.

Como podréis imaginar, lo nuevo de Dontnod Entertainment, esos franceses que hicieron Remember Me, se parece mucho a los trabajos más recientes de Telltale Games, tanto en formato como en mecánias como, incluso, en historia, pero Life is Strange consigue sentar las bases de algo ligeramente diferente que esperamos que explote.

Life is Strange, ¿Twin Peaks más Gone Home?

El comienzo de Life is Strange no podría ser más extraño: mucha lluvia, un tornado gigante, un faro que colapsa, una protagonista confusa y un salto hacia otra situación completamente opuesta: Max está en una lección de su escuela de fotografía con sus compañeros y un profesor dando una clase sobre vete tú a saber qué.

Tras tomar control de la chica, empieza Life is Strange de verdad, pues es la primera vez que se puede interactuar con el entorno, incluso si este es tan limitado como la mesa donde tenemos un par de cosas. Cogemos una de ella, la cámara, y nos tomamos un selfie. Sí, un selfie: Life is Strange intenta estar al día, y más o menos lo consigue, con la juventud de hoy.

Que el profesor te explique que no molas tanto por echarte un selfie, te pregunte quién se hizo el primer selfie de la historia (respuesta: Daguerre con sus daguerrotipos, la primera forma de fotografía) y conteste una compañera insufrible porque tú no sabes la respuesta es parte de lo que desencadena esa situación.

¿Qué pasaría si pudieras cambiar de decisión?

La gracia de Life is Strange no es cómo se desarrollan estos acontecimientos, sin embargo, es cómo podemos modificarlos sobre la marcha. Tras una escena donde un compañero de clase mata a una chica de pelo azul (ahora vamos con ella), descubres que puedes retroceder en el tiempo. Y retrocedes hasta la escena del selfie, el profesor y la pregunta.

Y contestas bien.

Aquí recae todo el peso jugable de Life is Strange: no importa la situación pues siempre podrás corregir tus fallos, ya sea para cambiar una decisión que has tomado y no te gusta, algo nuevo sobre la fórmula que calca paso por paso de los juegos de Telltale; o para resolver pequeños puzles.

¿No rompe esto de cambiar tus fallos o aciertos con la gracia del juego? Realmente no, pues parece que ese juego quiere contar una historia más que dejarnos decidir todo sobre ella, como hacen los juegos de Telltale. Además, que las decisiones importantes no se pueden cambiar una vez sales del escenario en el que las tomas, por lo que sí existe cierta inmanencia.

Girl powa

El otro gran aspecto que caracteriza a este primer capítulo de Life is Strange es la relación de la protagonista, Max, con el resto del mundo: puedes ser una asquerosa con la chica asquerosa de clase, puedes ayudar a otra compañera o dejar que la pegue un balón, que un guarda acose a una chica... Así todo el rato.

La caracterización de los personajes, aún con sus fallos y su pose – hay una conversación sobre cine que es un namedropping constante más que una conversación inteligente entre gente que sabe de cine –, es bastante adecuada. Y cualquiera que eche la vista atrás y recuerde su adolescencia verá que que es así.

El personaje más importante, Chloe, la chica de pelo azul que resulta ser una vieja amiga de Max, parece consistente e interesante, sobre todo porque a través de ella conocemos el que será el principal misterio a resolver, o eso creemos, de Life is Strange: la desaparición de Rachel Amber. No confundir con Laura Palmer, porfi.

Life is Strange tiene potencial

Y sí, esta historia parece girar en torno a mujeres. Nos ha impactado especialmente cómo un compañero de Max intenta agredirla en determinado momento, y lo frágil que eso nos ha hecho sentir; del mismo modo que nos enfurece la revelación de que ese mismo personaje drogó a Chloe en una fiesta.

Si Life is Strange pretende explorar los problemas de las relaciones entre hombres y mujeres a través de la adolescencia, que cuenten con nosotros, porque pese a los tópicos que ha dejado caer de cuando en cuando, pocos juegos tratan estos temas, si es que lo ha hecho alguno.

Life is Strange es un juego interesante en su primer capítulo, y aunque lento, pone las bases para algo con potencial de convertirse en una historia interesante. Esperamos que no explote más ese venazo moderno y, perdón por usar la palabra, hipster y sirva más como análisis de esa forma de ser de la gente joven de hoy en día.