Minimum Análisis
Una mezcla de ideas de MOBA con un shooter en tercera persona. Minimum apuesta por una estética brillante y un buen modo mutlijugador, aunque no sea el mejor en su género. Este es nuestro análisis.
Los shooters son juegos que están en constante evolución, aunque parezca tomado por grandes nombres como Call of Duty y Battlefield. Pero hasta estos mastodones interiorizan pequeño cambios que normalmente introducen juegos menores sin ventas multimillonarias.
¿Qué pasaría si uno en tercera persona decidiera mezclar los ritmos y tácticas de un MOBA con una estética minimalista? De esta idea nace Minimum, cuyo nombre parece decirlo todo, tanto lo bueno como lo malo. Pese a su genial apartado gráfico y alguna de sus ideas, no nos ha terminado de convencer del todo.
Minimum entra por los ojos
Minimum tiene grandes mapas, una estética limpia, atractiva, que llama a la curiosidad y a preguntarse qué son realmente nuestros aliados y enemigos y intenta introducir unas mecánicas para mantenernos enganchados durante muchas horas. Lástima de bugs, que lo pueblan a mansalva y que pueden generar mucha frustración.
El principal modo de Minimum es el modo Titán, en el que se pasa la mayoría del tiempo y que es sencillamente genial, adictivo y muy bien planteado para consumir horas. Dos equipos de cinco jugadores tienen que acabar o proteger el gigantesco titán robótico del equipo contrario. Si destruyes el de tu enemigo, la partida está casi ganada.
Viva el modo Titán
Las batallas en el modo Titán son tremendamente satisfactorias y tienen un ritmo diferente a cualquier otro juego del género, no importa si tu misión es reventar al coloso o mantenerlo lo mejor posible para que acabe con la base enemiga y recolecte su valiosos materiales. Esto no es fácil, claro.
El mejor momento es cuando los dos titanes se encuentran y se empieza a liar una batalla campal hasta que solo queda uno mientras los dos equipos combaten frente a frente ayudando a su propio titán. El factor cooperativo es clave, por supuesto, y el equipo mejor organizado es quien termina ganando esta tensa batalla.
Si uno de los titanes o ambos cae, el modo sufre cierto hiato de acción hasta que se regeneran los gigantes. En esta fase, lo suyo es acabar con los pequeños enemigos que pueblan el escenario y que controla la IA del juego apra conseguir mejoras que permiten a tu titán derrotar al enemigo con más facilidad.
Escenarios llenos de vida...y muerte
Como los escenarios tampoco son inmensos, las batallas son siempre muy intensas, ayudadas siempre por el apartado gráfico, la belleza de los disparos de las armas. Es una violencia siempre cómica, pues ves saltar en pedazos un cuerpo hecho con cubos, y genera sensaciones que no todo shooter tiene: matar no se siente como algo cruento, es simplemente una forma de ganar puntos.
La composición de los mapas ayuda mucho a que todo esto funcione: hay muchas alturas, ascensores, se corre y se salta por ellos, hay sitios para resguardarse como francotirador, pero nunca resultan injustos para el resto, y siempre hay cobertura para que el fragor de la batalla nunca te pille de lleno.
Armas y armaduras cúbicas por doquier
Como todo shooter que se precie, las armas y armaduras garantizan mejoras, en este caso, habilidades. Tu personaje nunca va a ser un héroe superpoderoso, porque eso rompería con la gracia del juego, y todo el mundo empieza con el mismo personaje básico. A partir de ahí, cada uno puede crearse lo que quiera con tiempo: un tanque, un personaje veloz, etc. No hay clases per se.
Armas y equipamiento se mejoran recolectando objetos por el campo de batalla y se pueden subir tres niveles en cada combate. Los bloques azules, los que sueltan los enemigos muertos, mejoran tus armas hasta cinco niveles. Problema: morir resetea tus mejoras, algo ciertamente frustrante y que crea un desequilibrio en ciertos momentos.
No todo es tan brillante
Todo pinta bien en Minimum hasta que prueba el resto de modos, que demuestran que solo el modo Titán merece realmente la pena y que limita mucho el alcance y la influencia de Minimum, que entiende bien otros elementos del género y que sabe rescatar cosas interesantes de los MOBA.
El modo horda es un auténtico coñazo y el team deatchmatch es irregular y aburrido dado que las mejoras no se pueden acumular con la misma estrategia que en el modo titán, donde la supervivencia, aunque no está asegurada, es más habitual. Morir constantemetne y perder tus bonificadores es frustrante, mucho.
Minimum se siente incompleto
Aunque Minimum 'está acabado', hay muchos aspectos del mismo que parecen aún por completarse, como los menús, pero bueno: como shooter, aporta ideas muy interesantes en su modo Titán, pero perece a la monotonía en los otros modos que deberían alzarlo por todo lo alto.
Si a esto sumamos los más que habituales y molestos bugs o que el sistema de mejoras de armas y armaduras necesita un par de vueltas, el resultado es que Minimum no es el gran juego de vóxeles y tiros que su brillante estética nos vende a través de los ojos.