Mortal Kombat X Análisis - Sangre fresca, sangre vieja

La saga Mortal Kombat llevaba muchos años de capa caída, con entregas ridículas que estropeaban con cada lanzamiento el fantástico legado de la trilogía original; pero todos nos alegramos una barbaridad cuando el lanzamiento de Mortal Kombat, a secas, en 2011 elevó al franquicia de nuevo al podio del género de la lucha.

Mortal Kombat X llega cuatro años después para renovar el carné y demostrar que los ninjas con demasiado honor, las mujeres con muy poca ropa y las historias de dioses humanizados y mundos que colisionan importan bien poco cuando hay hostias que duelen solo de verlas y fatalities muy originales e inhumanos.

Mortal Kombat X es la mejor expresión de los principios de la saga

No nos cabe la menor duda de Mortal Kombat X es la mejor entrega en términos jugables. Aunque hay algunos puntos negativos que vamos a señalar, los fans se identificarán inmediatamente con las mejoras en los estilos de combate de los personajes, los nuevos movimientos y las nuevas caras que aparecen.

Cada personaje de la plantilla de 25 personajes (o 24 más Goro si reservas el juego) de Mortal Kombat X cuenta con tres estilos de combate que modifican ligeramente sus estrategias, pudiendo incidir más en el control de zonas, en las llaves, en la mejora del daño, en el sacrificio de movilidad por defensa y otras variaciones que dependen de cada personaje.

Así, Kitana puede ganar un parry y ciertos movimientos en una variedad, más agarres y llaves en otra y el uso del bastón de Jade en la última. El personaje es el mismo y los movimietos característicos siguen ahí, pero adaptarlo ligeramente a nuevas modalidades es todo un acierto y permite ciertas sorpresas cuando te enfrentas a otros jugadores.

Los nuevos personajes no dan vergüenza, aunque las políticas de Warner sí

Esto se complementa de miedo con la buena elección en los personajes que se han incluido, que son nuevos pero sus caras con bastante conocidas en realidad, pues los hijos de Kenshi, Johnny Cage y Sonya y Jax nos entran bien de buenas a primeras. Y otras novedades, como D'Vorah o Kotal Khan tienen un carisma innegable.

Quizá sus estilos de combate no son todo lo diferenciados que nos gustaría en algunos casos, como el de Cassie Cage o Jackie Briggs, pero nos da en la nariz que NetherRealm ha querido crear estos personajes mixtos a propósito, pues Kaneda también tiene mucho de Scorpion, por ejemplo.

Lo que no nos gusta, y esto es un grandísimo pero al juego, es que huele desde ya mismo que muchos personajes se venderán por DLC pese a que es evidente que vienen dentro del disco, pues Rain, Tanya, Baraka, Bo Rai Cho y otros no están en la plantilla pero aparecen en el modo historia y se pelea contra ellos.

El modo historia deja con ganas de más, en el mal sentido

El modo historia, como pasara en Mortal Kombat de 2011, es bastante importante en este juego y explica por qué ciertos personajes reaparecen, como Liu Kang o Kitana; y por qué son más viejos, como Johnny Cage o Kung Lao. No vamos a desvelar nada, solo que la familia Cage/Blade es fundamental y casi todo ocurre 25 años tras el anterior juego.

Sin embargo, no podemos decir que nos haya gustado más esta campaña que la del anterior juego, y este es el gran problema de Mortal Kombat X: es más corta, se manejan menos personajes y el final es un coitus interruptus horrible que no cierra por completo la justificación de que ciertos personajes hayan regresado a la franquicia.

Esto es un poco spoiler, así que leedlo bajo vuestra propia discrección: es ridículo usar a Kung Lao y Liu Kang como personajes en todos los modos pero que en el modo historia no se justifique ni por qué tienen un aspecto anciano ni se resuelva su compleja situación. Fin del spoiler.

Lo peor de la campaña de Mortal Kombat X, pues, no es que sea corta, que se puede tolerar porque luego hay más contenido (ahora vamos con ello), sino que te deja a medias y te hace sentir que manejas a ciertos personajes sin que haya más excusa que querer incluirlos en plantilla porque los fans se quejarían de su ausencia, como ocurrió en el pasado.

Aún así, no podemos ser del todo duros con este modo en tanto que es mucho mejor que las campañas para un jugador que tienen otros juegos de lucha, que la mayoría de veces son inexistentes. Y decimos esto a pesar de los QTE de las cinemáticas, sí.

Contenido desbloqueable de sobra

Afortunadamente, el error de hacer un campaña más insustancial se resuelve con una nueva funcionalidad que funciona todo el rato y que está condicionada por cualquier cosa que hagas, online y offline, con Mortal Kombat X. Se llama Guerra de Facciones, te obliga a coger un bando nada más empezar el juego y te recompensará por jugar mejor o peor.

No solo eso, sino que tendrás un par de fatalities únicos por facción y conseguirás bonificaciones por cumplir ciertos objetivos mientras juegas. Y si tu facción gana la guerra, tú ganas cosas. Es una lástima que haya bandos tan sosos, como el de Fuerzas especiales, y otros más atractivos, porque está claro que habrá desequilibrios.

Esto no afecta en ningún momento a lo bien que sienta echar una torre clásica en Mortal Kombat X, o jugar a una torre de fases de bonus que van siendo cada vez más difíciles o jugar a torres que van cambiando cada ciertas horas o días.

En todo caso, lo más interesante es el modo Kripta, que te pone a explorar unos escenarios y conseguir el resto de desbloqueables del juego, desde fatalities a brutalities pasando por artes conceptuales, canciones o nuevos trajes para los luchadores. Es bonito que todo esto no se tenga que pagar por DLC.

En cuanto al multijugador online, en nuestra experiencia por el momento y antes de que se lance el juego, todo marcha sobre ruedas y se encuentran partidas sin problemas. Actualizaremos esto cuando Mortal Kombat X esté más plagado de jugadores por si algo se tuerce, pero la Guerra de Facciones promete.

Mortal Kombat X, una experiencia casi definitiva

Mortal Kombat X lo hace todo bien: da gusto partirse la cara con la IA o con un amigo, hay contenido de sobra para picarse e ir descubriendo las diferencias entre una modalidad u otra de cada personaje es algo que entusiasmará a quienes nos volvimos locos de remate con el regreso de la saga en 2011.

Nos habría gustado tener un modo campaña tan completo y reconfortante como el del anterior juego, pero no se puede tener todo. A cambio, hemos recibido personajes nuevos con carisma, nuevas versiones de viejos conocidos y bastantes modos que se van alterando por la acción de otros jugadores.

Y qué puñetas, siempre da gusto hacer un fatality grotesco y ver algo de carnaza. Aunque solo sea por no sentir vergüenza ajena cada vez que dos personajes con diseños ridículos y golpes exageradísmos, Mortal Kombat X, como el anterior Mortal Kombat, ya merece la pena.