Not a Hero Análisis - Bunny Lord presidente, arriba la gente

Not a Hero entiende los aciertos y los errores de Hotline Miami y los traduce a sus entornos en scroll lateral con mucho humor británico y político.

Es imposible no caer rendido ante los encantadores gráficos de Not a Hero. Aún siendo un juego de pixelart sencillo, de este que tanto vemos últimamente como recurso económico, pero también de distinción, entre los indies; su apartado gráfico rebosa identidad propia gracias a la comedia que subyace en ello.

Al fin y al cabo, su principal personaje, que no protagonista directo, es Bunny Lord, un 'ser' que no llegamos entender ni conocer realmente bien pero que tiene una gigantesca cabeza morada, no pronocia palabra humana alguna (los demás personajes sí lo hacen) y viste con traje.

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Su absurdo aspecto no sorprende al resto de personajes que manejas durante este shooter en scroll lateral que tiene barridos, ejecuciones, granadas y todo tipo de explosivo, muertes brutales, edificios llenos de ventanales y explosivos y mafiosos de mayor o menos escala que hablan siempre con un acento inglés muy rimbombante.

Inglés, ojo, que no americano. El trasfondo de Not a Hero son unas elecciones, como las que vivimos ahora mismo, o más bien, la burla del sistema político británico, que elige a sus mandatarios en ayuntamientos con concursos de popularidad que ríete tú de Rajoy montando en bicicleta.

No carece de mensaje político

Nosotros, como ejecutores que trabajamos con Bunny Lord mientras está completamente inmerso en su campaña electoral, tendremos que hacerle ganar ese concurso de popularidad con los métodos que mencionábamos arriba y escogiendo al asesino perfecto para cada momento.

Cada uno de los diez personajes de Not a Hero tiene unas cualidades, cómicamente comentadas en la pantalla de selección previa a cada nivel. Desde Cletus, que usa una escopeta pero es incapaz de recargarla rápido hasta Jesús, todo un homenaje al campeón de bolos de El Gran Lebowski, estos locos son los protagonista del juego.

No es Hotline Miami

La dinámica que ha conseguido Roll 7 con ellos se asemeja mucho a las máscaras de Hotline Miami, casi como todo el juego en sí, que podríamos definir como Hotline Miami en scroll lateral, pero sería algo injusto para ambos juegos: ni Hotline Miami es gracioso ni Not a Hero tiene a Carpenter Brut haciéndole el amor a tus oídos.

Not a Hero es más asequible, desde luego: no se muere constantemente, aunque sí se puede morir mucho si no tienes cierto cuidado al entrar en nuevas habitaciones; y matar enemigos cuesta más de un par de tiros, pero puedes hacer un barrido por el suelo que los deja incapacitados y listos para ser ejecutados de un golpe.

Luego cada personaje tiene su gracieta, como decíamos, pero es más importante estar atento de las balas especiales que sueltan los muertos, los explosivos de todo tipo (granadas, minas, gatos que estallan, etc) que hay por las esquinas y los objetos a recolectar y que forman parte de las misiones secundarias de cada fase junto con 'matarlo todo' o 'acabar en 90 segundos'.

No es un juego perfecto

No es la propuesta más variada del mundo, está claro, y uno acaba algo molesto con la repetición de patrones tras un par de niveles, las pocas diferencias reales entre cada personaje y que puedes dedicarte a hacer barridos y ejecuciones y cubrirte en una pared hasta recuperar vida sin mayores consecuencias.

Oh, sí, que sea un juego en scroll lateral no impide que existan coberturas en cada pared del juego, independientemente de si tiene sentido o no. Es un recurso útil, está claro, pero es más divertido cuando se vuelve en tu contra, pues los enemigos también se cubren, que cuando lo usas tú mismo.

En todo caso, su control es fantástico. Jamás te dejará vendido porque haya fallado algo en el control, sino porque te has precipitado y no has calculado bien las consecuencias de un movimiento o de meterte de lleno en una habitación donde había una trampa.

Y quizá por eso hay que alabarlo y probarlo, porque es fluido, es adictivo y es violento. Que se repita a la larga, que dé rabia repetir ciertas secciones cuando palmas o que los personajes necesiten un empujoncito de variedad son peros importantes, pero tanto como para no probar Not a Hero.

8

De plus- en minpunten

  • Cómico y con cierto mensaje político perverso
  • Un control fantástico y que responde como es debido
  • Tiene un ácido mensaje político de fondo
  • Algo repetitivo
  • Los personajes tendrían que estar más diferenciados

Not a Hero

Disponible desde 2014

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