Oreshika Tainted Bloodlines Análisis - Sangre y Dioses

    Oreshika: Tainted Bloodlines es de esos videojuegos que te hacen recuperar la fe en la PSVita, convirtiéndose desde ya en el título más interesante para la portátil de Sony.

    Oreshika: Tainted Bloodlines nos sumerge en ese Japón medieval precioso y mitológico que ya vimos en Okami. Samurais, dioses y folklore se reúnen para entregarnos un JRPG en el que debemos crecer, tener hijos y hacer prosperar a nuestro linaje para que sea capaz de ejecutar nuestra venganza.

    Nuestro clan ha sido asesinado para aplacar la furia de los dioses, molestos por la desaparición de seis de sus artefactos sagrados. Este es el consejo que Seimei le ha susurrado al emperador para que el mundo vuelva a la normalidad y deje de ser castigado por la divinidad.

    Oreshika: Tainted Bloodlines

    La paleta de colores de Oreshika: Tainted Bloodlines es sublime

    Seimei no es un tipo que le caiga muy bien a los dioses, así que se nos revive para darle una nueva oportunidad a nuestro clan; pero hay un problema: está maldito y solo puede contar con miembros que vivan durante dos años, además, para ampliarlo, solo podemos emparejarnos con dioses para procrear; pero estos se prestan, porque Seimei no puede salir impune.

    Oreshika: Tainted Bloodlines, bajo estas reglas, nos pide que construyamos nuestro imperio, que lo hagamos mejorar, que viajemos, que levantemos capillas, centros de guerra y que nos expandamos. Tenemos un tiempo determinado para lograr que todo nuestro clan sea lo suficientemente poderoso para derrotar a Seimei.

    Oreshika: Tainted Bloodlines

    Los combates de Oreshika: Tainted Bloodlines son una chulada.

    La muerte siempre estará al acecho, los miembros de nuestro clan morirán de viejos y sus hijos les sucederán heredando los rasgos genéticos y de fortaleza de sus padres en unión con los dioses o diosas. Al final tendremos un árbol genealógico con ramas tan largas y con raíces tan profundas que serán capaces de contar toda la historia de nuestro clan, desde que iniciamos el juego hasta que alcanzamos su desenlace.

    Oreshika: Tainted Bloodlines introduce una abrumadora profundidad a este respecto, que va desde las distintas afinidades que se crean en nuestra progenie al emparejarnos con los dioses y que afectan a su carácter, condición y físico, a la gestión del tiempo. Cada mes cuenta puesto que en dos años perecemos. ¿Qué harás este mes? ¿Tendrás hijos, harás prosperar tu imperio, viajarás, te sumergirás en algún laberinto a exigir la cabeza de Seimei o conseguirás dinero y gloria para tu causa?

    Oreshika: Tainted Bloodlines

    Oreshika: Tainted Bloodlines es puro folkore japonés.

    Oreshika: Tainted Bloodlines combina toda esta gestión con exploración y combates por turnos. Recorrer las zonas de batalla tiene su truco. Una vez al año se produce un evento en uno de ellos en los que se abre un portal hacia la tierra de los demonios.

    En esos momentos tenemos que buscar el portal en cuestión, entrar y plantarle cara a Seimei en su interior para derrotarlo a él y a sus bestias. Al conseguirlo, obtendremos uno de los artefactos sagrados de los que hablábamos al principio. Así normal que no le caiga bien a los dioses.

    En Oreshika: Tainted Bloodlines hay mapa de cada una de las mini-áreas del mapa, pero nunca de la totalidad del mismo, y el tiempo corre. Cuando nos adentramos en una fortaleza el tiempo que forma el mes en el que nos hemos lanzado a la aventura avanza, y lo hace a toda leche, haciendo a la vez de estas búsquedas unas tan interesantes como desesperantes, porque perderse está a la orden del día.

    Oreshika: Tainted Bloodlines

    Así "ligamos" con los dioses.

    La exploración se limita a encontrar objetos, abrir puertas, encontrar estos portales y batallar. Las peleas de Oreshika: Tainted Bloodlines son sencillas pero muy interesantes. Al fin y al cabo, no deja de ser un combate de cuatro contra un grupo de monstruos por turnos, pero entonces aparecen las diferenciaciones entre cada uno de los miembros de nuestro clan.

    En función de quién es su padre y su madre tienen una personalidad sensiblemente distinta. Esta se representa con ellos sugiriéndote una acción u otra. Si no les hacemos caso nuestra relación con ellos se ve afectada.

    La base del combate, su gracia, consiste en decidir si vamos a acabar con todos los monstruos o solo con su líder; si eliminamos al boss de cada grupo, la batalla termina, pero la recompensa difiere si nos encargamos de sus esbirros primero. Al matarlos, conseguimos puntos de devoción, que necesitamos para que los dioses quieran tener nuestros hijos y dinero y nivel.

    Oreshika: Tainted Bloodlines

    Los demonios de fiestuqui

    Como veis, la base de Oreshika: Tainted Bloodlines es muy simple: gestiona tu imperio, combate y explora, pero es capaz de aportarle una profundidad bestial a cada elemento individual para que el título te atrape y se convierta en una experiencia fantástica.

    Pero detallar esta experiencia y todos los matices que entraña (aquí solo os hemos contado una pequeña parte) requiere de un extenso tutorial que puede llegar a abrumar, sobretodo si no se sabe inglés. Oreshika: Tainted Bloodlines llega íntegramente en dicho idioma, y no a un nivel básico. Si no hablas inglés como un campeón, olvídate del título.

    Oreshika: Tainted Bloodlines

    Hijo tras hijo, haremos crecer nuestro clan.

    Artísticamente el juego es una maravilla, al nivel del resto del conjunto y las composiciones musicales también son exquisitas. Solo encontramos problemas con la tasa de frames, que se desploma en determinadas circunstancias, y la cámara también falla que da gusto, pero no es fundamental para disfrutar del título.

    Oreshika: Tainted Bloodlines vale 19,99 € en la Playstation Store y sus problemas son menores: una cámara regulera, carecer de un mapa de laberintos y el idioma; bueno, al menos dos de ellos lo son. Si consigues superar esos percances te encontrarás con una producción japonesa hasta la médula, divertida, adictiva y profunda. Junto con Gravity Rush, de esos títulos que explican la compra de la PSVita.

    8

    Pros y contras

    • Gran profundidad
    • Combates por turnos muy chulos
    • Artísticamente, una pasada
    • Sólido y con personalidad
    • En Inglés
    • Abruma la manera de dar información
    • La cámara falla
    • Los laberintos saben cómo ser un lío
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