Project CARS Análisis - Llega la gran alternativa

Slightly Mad Studios no son unos mancos en el arte de hacer juegos de conducción. Demostraron su buen hacer con la simulación con la subsaga SHIFT de Need for Speed, y tras ello se pusieron manos a la obra con su proyecto más ambicioso de forma independiente. El que ahora conocemos como Project CARS (Community Assisted Racing Simulator).

Aunque hayan contado con Bandai Namco para la distribución del título, Project CARS comenzó como un crowdfunding muy especial en el que la gente no sólo ofrecía su dinero, sino también sus conocimientos con todo lo que pudiesen aportar, desde detalles técnicos a programación, y éstos participantes en el desarrollo iban a ver parte de los beneficios del juego durante los primeros años, aunque este 'pago a accionistas' tuvo que ser cortado.

Project CARS, un simulador muy especial

Parte de su desarrollo ya contiene mucha magia, pero no es hasta que nos enfrentamos al juego completo (por fin, tras muchos retrasos) que nos damos cuenta de la magnitud del título que tenemos delante. Project CARS es el sueño de los fans de la conducción que buscan poder retocar hasta el más mínimo detalle de su experiencia, más detalles técnicos del vehículo o condiciones ambientales externas que ningún otro.

Project CARS comienza permitiéndote elegir entre tres niveles de dificultad/simulación, empezando a demostrar que, al igual que Forza Motorsport, es un juego perfectamente adaptable a cualquier tipo de jugador. Pero sería imposible reducir tantas opciones a sólo tres grupos, ya que no es sólo cuestión de activar o desactivar ayudas, guías y asistencias de frenado.

Los neumáticos y el clima

Tantos ajustes pueden llegar a desesperar al más novato, sobre todo en cuanto empiezas a correr, lo tienes todo en orden, y las primeras gotas de agua sobre la carretera llevan al desastre. Project CARS te permite tener todo esto en cuenta o hacer que no influya, que todo forme parte simplemente de un efecto visual o que haga de cada carrera un desafío cambiante.

Para esto, no han querido dejar pasar la oportunidad de que el jugador disfrute de todo desde el primer momento. Project CARS no tiene la mayor cantidad de vehículos del mercado, pero de variedad va servido con más de 70 bien diferenciados (y detalladísimos) entre casi una decena de categorías, para ponerlos sobre más de un centenar de trazados entre reales y ficticios, todos ellos perfectamente recreados.

El nivel ya está muy alto

Ni el nivel de detalle de Project CARS ni su cantidad de vehículos y pistas puede que lleguen a sorprender teniendo en cuenta que el género ya está en un límite altísimo que parece difícil de superar. Lo que ofrece Project CARS, aparte del sentimiento, es una alternativa mucho más que válida.

El tener todo el contenido desbloqueado y el hecho de que no haya un modo que nos lleve de la mano por diversas pruebas para que lo vayamos probando todo puede que eche para atrás a algún tipo de jugadores acostumbrados a las pruebas, a las medallas, al acumular créditos para aumentar el garaje,... A quienes al fin y al cabo, necesitan una excusa para conducir.

Pero para quien sólo busque esa simulación, con todo directo al grano, Project CARS es lo que es, y no te engañará con micropagos, garajes a medio completar y opciones de dudosa honestidad. A Project CARS se viene a competir, de la forma que quieras, en solitario u online, y todo funciona a las mil maravillas.

Demasiado exigente, para consola y PC

Funciona dentro de unos límites, claro. La versión de PC del juego es terriblemente exigente en cuestión de equipo. Si bien puede correr bajo multitud de circunstancias y configuraciones, llegar a los 60 fps y 1080p va a requerir de un equipo de gama altísima, no hablamos ya de la opción de verlo en 4K (e incluso en 12K, aunque aún no existan monitores compatibles).

Las versiones de consola, por otro lado, son capaces de correr a 1080p con total fluidez, aunque no se garantizan los 60 fps estables. Hay numerosas caídas, y aunque muchos efectos gráficos se pueden desactivar por comodidad a la hora de jugar, no afectan al rendimiento del juego, y es una pena. Esperamos que puedan llegar a solucionarlo en un futuro mediante alguna actualización.

Pero salvo por este ligero problema de estabilidad, el juego funciona, offline y online, nos permite acceder a todo tipo de pruebas, crearlas, compartirlas con amigos para ponerles a prueba, y también participar en desafíos de la comunidad específicos programados en ciertos intervalos, que son lo más parecido a esas pruebas que muchos pueden buscar en un juego de conducción.

Empieza tu carrera

Por lo demás, Project CARS podría venir más surtido de modos de juego, pero cumple con lo que pretende ofrecer, que no es ni más ni menos que un simulador de conducción, sin triquiñuelas externas. Lo más que nos podemos desviar de esta conducción es crearnos un personaje y empezar en un Modo Carrera en el que participamos en diversas pruebas de una categoría por temporadas.

En este modo, nos creamos un perfil y entre carrera y carrera podemos ir viendo nuestra repercusión en redes sociales (ficticias), mientras tratamos de ascender al podio de la temporada, y al final de ésta, podemos escoger seguir en la misma categoría, quizá con un coche diferente, o directamente saltar de clase si se nos da la oportunidad. Si nos lo tomamos en serio, podemos pasar de ser un novato en los karts a un auténtico as de los superbólidos.

En Project CARS todo va sobre las opciones y el detalle. Sobre oír cómo ruge el vehículo desde la vista del piloto, sobre si preferimos sentir que el sol del atardecer nos ciega porque no hemos subido lo suficiente el asiento del piloto o si sólo queremos disfrutar de la lluvia en el parabrisas como efecto o como reto. Project CARS es una gran alternativa para los más amantes de la simulación.