Teslagrad Análisis

Los plataformas en 2D con puzles y pequeñas pruebas físicas están algo vistos, pero eso no significa que no se pueda hacer algo mejor. Aquí nuestro análisis de Teslagrad

Teslagrad es un juego de puzles en 2D que mantiene el tipo después de existir algo como Braid,y la verdad es que no se nos ocurre mejor forma de criticar este juego: no es mejor que Braid, pero tampoco te acuerdas de él tampoco mientras lo juegas. Sé que es injusto comparar nada con el trabajo de Jonathan Blow, porque siempre va a ser peor en algún aspecto.

El título de Rain Games no tiene trasfondo filosófico, la animación de los dibujos hechos a mano que dan vida a enemigos y escenarios no es tan brillante ni de lejos y, en general, no es tan redondo en su manejo y sus piruetas electromagnéticas; pero sabe cómo conseguir un conjunto equilibrado de pantallas y puzles tan complejos en su concepción (hasta el punto de tener que pararse a pensar qué hay que hacer) como inteligentes en su resolución. Eso es suficiente para no vivir bajo la sombra de los otros muchos contendientes en este género.

Teslagrad: Magos que no son magos sino ¿físicos?

Su historia es la mar de sencilla, pero resulta especial porque se cuenta sin una sola línea de diálogo, escrita o hablada. Es una forma inteligente de sacar algo provechoso de un bajo presupuesto, así os lo digo. Teslagrad se centra, por tanto, en sus puzles, que también están explicados magistralmente.

Es genial que hayan apostado por las pistas, los relatos ambientales y otras formas de explicar el juego en lugar de por los invasivos tutoriales que tanto se ven hoy en día, pues hacen que el descubrimiento de secretos y la superación de pruebas sea mucho más satisfactorio.

Puzles con magnetismo

Todos los puzles resultan diferentes de algún modo, y eso que surgen de un único fundamento de la física: el del magnetismo. Y por si te suena compleja esta idea, que sepas que sus bases las conocería hasta un niño de primaria: los polos opuestos se atraen y los distintos se repelen. El juego identifica dichos polos con el rojo y el azul y, a partir de ahí lo aplica a sus diferentes contextos, puzles, trampas y demás.

El escenario es también parte de la jugabilidad, tanto que es posible también magnetizar objetos para posicionarse sobre ellos y elevarse cual ascensor, o magnetizar directamente a nuestro personaje para que al ponerlo sobre ciertos lugares salga propulsado a lo loco.

Tener que pensar cómo la atracción de los cuerpos va a funcionar según la velocidad del personaje es más complicado de lo que parece por mucho que sea algo binario, y en esto reside una buena parte de la magia de Teslagrad. A eso se suma una habilidad que recuerda al guiño de Corvo en Dishonored, con el añadido de que puede atravesar barreras eléctricas y otros obstáculos. Nada de esto sería divertido sin un genial diseño de niveles y de puzles, que es lo que realmente consigue variedad. También sorprende lo bien llevado que está todo esto a las peleas contra jefes finales, las mejores que he visto en mucho tiempo en un juego de este tipo.

Hombres malos, violentos

Algo que no deja indiferente son los jefes. El juego está más o menos dividido por zonas interconectadas todas por un nexo vertical común y, al final de cada zona, más o menos, hay un jefe final. Como todo buen juego que se precie, son enemigos que te empujan a usar las habilidades aprendidas hasta el límite y a dominar casos extremos de las mismas.

Son una parte genial del juego, que redondean el conjunto, que te animan a seguir adelante cuando un puzle se te atranca y cuya dificultad supone un montón de repetición que saben a gloria una vez que vences. Y eso que en total solo hay cinco jefes, contando el final, pero cada uno se queda bien marcado en la cabecita durante un tiempo.

Telasgrad es ciencia imperfecta

No todo es perfecto. Por ejemplo, nunca se explica que es necesario conseguir una parte de los 36 pergaminos escondidos por el juego para poder pasárselo, para poder llegar al escenario final. Y es que son objetos que es muy fácil obviar, parecen algo secundario hasta que, sorpresa, no lo son. Es molesto tener que darse la vuelta y volver a resolver puzles ya vistos y que, al repetirse, pierden toda la gracia.

Afortunadamente, es fácil remediarlo y es una pega que, aunque rompe el ritmo del juego, no fastidia tanto como lo impreciso que puede ser el control del personaje cuando está siendo propulsado por las fuerzas magnéticas. Entiendo que en cierto modo se busca esa imprecisión y que haya que maniobrar, pero muchas veces he sentido que caer en una fosa o no dependía más de mi suerte al dar el primer salto sobre una plataforma magnética que de mi habilidad.

Nada de esto arruina la genial composición y los inteligentes puzles dispuestos durante las 6 horas que dura. Para su próximo lanzamiento en Wii U, PS3 y Vita, Rain Games ha prometido pulir algunas aristas, como la poca utilidad del mapa; pero la verdad es que tal y como está a día de hoy, Teslagrad es un juego inteligente que te hace sentir satisfecho resolviéndolo. Y eso es lo más importante en un juego de puzles.

7

De plus- en minpunten

  • Los jefes finales son toda una prueba
  • Puzles inteligentes
  • Repetir secciones
  • Debería ser más preciso

Teslagrad

Disponible desde 11 september 2013

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