The Order 1886 Análisis - ¿Nueva generación?
Uno de los juegos más decisivos para el catálogo de exclusivas de PlayStation 4 ya está entre nosotros. The Order 1886 viene dispuesto a sentar un nuevo listón gráfico, pero ¿qué más?
The Order 1886 es todo un espectáculo. Es el punto más importante que tiene el juego de Ready At Dawn a su favor, mires hacia donde mires desde la espalda de Sir Gallahad, The Order 1886 es una combinación prácticamente perfecta de artesanos de modelados, animaciones, expresiones, texturas y efectos con una dirección artística de órdago, y eso no se lo puede quitar nadie.
Sin duda alguna entramos por fin de lleno en la nueva generación de consolas, tras muchos títulos que por H o por B no cumplían los estándares esperados o eran meras actualizaciones, The Order 1886 es, por fin, un juego por el que la inversión de una nueva consola merece la pena... Pero tal vez sólo a nivel técnico.
The Order 1886, sin aportar al género
En Ready At Dawn han querido volcarse en una experiencia casi cinematográfica, y para ello parece que han tenido que renunciar a sentar unas bases sólidas y bien aprovechadas como shooter en tercera persona, algo con lo que coquetea, pero que se diluye entre sigilo, QTEs y un ritmo que no viene marcado por esas secuencias de tiroteos no muy complicadas.
De hecho, todo el imaginario de The Order 1886 podría haber dado para cambiar algo en el género en base al armamento, y hay muy buenas intenciones, como el Fusil Termita, que rocía una zona con arena inflamable para luego crear una deflagración, o la Bracamante, una ametralladora con una opción secundaria que lanza un golpe de vapor que aturde a los enemigos cercanos, pero son opciones que no se aprovechan tanto como nos gustaría.
Gran historia, grandes personajes
En el fondo, Ready At Dawn han conseguido exactamente lo que pretendían. La experiencia cinematográfica es indivisible de esa parte que implica que sea un videojuego, y esto hace que la sorpresa y las ganas de continuar aparezcan sólo durante la primera partida. The Order 1886 es uno de esos juegos a los que juegas por disfrutar de las vistas y por su trama, y no tanto por el placer de jugar.
Pero durante las 8-10 horas que puede llegar a durar, disfrutamos como enanos de una historia bien construida en base a una Londres ficticia y su orden de Caballeros de la Mesa Redonda Steampunk, que cuenta con grandes personajes con quienes se llega a congeniar muy bien en cuestión de muy poco tiempo.
Un ritmo irregular entre la intriga y el miedo
Como decíamos, The Order 1886 no se basa sólo en las armas, y por eso tiene un ritmo irregular para lo que podríamos esperar del género. En más de una ocasión nos encontramos deambulando entre catacumbas y pasajes subterráneos abandonados, sin disparar, sin enemigos, pero en una gran tensión gracias a la escasez de la iluminación y, una vez más, lo bien que acompaña la ambientación.
Entre estas secciones pausadas, alguna investigación de un área y partes en las que avanzamos obligatoriamente despacio por estar herido o por tener que ir en modo sigilo, puede parecer que no nos están dando todo lo que podrían dar y que una duración ya de por sí no muy elevada, podría haber sido más corta aún de no ser por estas pequeñas trampas de diseño.
De hecho, el propio juego ofrece de vez en cuando pequeños intentos de escapar del pasillismo ofreciendo algún camino cerrado, pero escasas veces se premia al jugador por pararse a explorar, y los objetos que vamos encontrando no aportan mucho más que pequeños detalles a esta historia alternativa, algo que bien se podría haber aprovechado para darle más profundidad a este universo, como ocurre por ejemplo, en Bioshock.
No ofrece tanto como podría, pero queremos más
The Order 1886 se asienta como el principio de algo que puede llegar a ser muy grande. La ambientación y el universo que muestra son de lo mejor del juego y los personajes tienen mucho potencial para ser explotados mucho más allá de lo que vemos durante este título. Y lo malo es justo eso, que sea el principio y no una idea plenamente desarrollada en todas sus facetas, algo que quizás, con algo más de tiempo de desarrollo (bastante más) se podría haber solventado.
En definitiva, The Order 1886 es un juego muy recomendable para tener una muy buena experiencia más allá de ver el mejor apartado gráfico que ha pasado por una PS4. Pero claro, puede que sólo sea UNA experiencia. Eso queda a juicio del jugador.
