The Swapper Análisis - La máquina de hacer clones

The Swapper lleva ya un tiempo cautivando a todos aquellos que han tenido la suerte de probarlo en PC. El título de Facepalm es uno de esos que comprende el lenguaje del videojuego y lo emplea para contar su relato, sin emplear topicazos del cine o la literatura, solo dejándonos jugar, avanzar, descubrir y clonarnos.

Ambientado en una estación espacial, controlamos a un personaje vestido de astronauta y equipado con una linterna que controlamos con el stick derecho y el swapper, que activamos con el gatillo izquierdo. Este artefacto, el que pone nombre al título, permite generar una serie de clones del protagonista. Si pulsamos el stick derecho, el alma del protagonista cambia al clon que estamos apuntando.

The Swapper te invita a llenar de clones la estación espacial Theseus

Con esta base se da forma a un videojuego que toma una estructura de juego propia de Castlevania: en 2D, con varias estancias intercomunicadas entre sí y con retos a resolver en unas para poder acceder a otras. La diferencia con un Castlevania (entre otras tantas, claro está) es que el videojuego carece de acción, de enfrentamientos y de violencia. Nuestro protagonista solo tiene el equipo aquí mencionado y su ingenio.

El videojuego no tiene ningún tipo de tutorial, tan solo un par de mensajes al inicio del juego sobre cómo funciona el swapper, que en función de las luces del entorno podemos o no traspasar nuestra esencia al clon que estemos apuntando.

The Swapper trata al jugador como alguien inteligente. No es habitual

The Swapper te deja jugar, que comprendas cómo solucionar sus puzzles creando copias de ti y trasladándote de uno a otro, y del mismo modo se desarrolla la historia, sin una guía, sin una meta clara, solo entregándote pistas y sugerencias hasta que todo comienza a tomar forma.

The Swapper es sensacional por cómo lleva al jugador a entenderlo todo sin tomarlo por idiota, sin hablarle de manera directa y permitiendo que sea él quien haga las preguntas y haga también las respuestas, tanto a nivel argumental como jugable que, muy acertadamente, van de la mano.

El acabado artístico de The Swapper es sensacional

¿Qué ha sucedido en la estación espacial en la que nos encontramos, qué es el arma de clonar, hacia dónde nos dirigimos? Que el juego te motive a realizarte estas preguntas sobre la trama te lleva luego a cuestionarte también aspectos relativos a las mecánicas jugables, por ejemplo: ¿no es perturbador que cuando pasemos de clon a clon para evitar matarnos en una caída sacrifiquemos un montón de cuerpos a cambio de salvar nuestra esencia, que está en el clon final?

A todo esto colabora el entorno espacial, cerrado, opresivo y oscuro por el que nos movemos, realizado primero en la realidad, modelado y luego grabado para transportarlo al videojuego. Es así como The Swapper consigue esa calidad tan suya y personal en sus entornos 2D, y a través de ella ordena la jugabilidad y la trama.

Si tenéis el Playstation Plus, corred a descargar The Swapper

Sin ser especialmente largo ni difícil, The Swapper es una aventura de puzzles que pone el acento en la narración de su historia, es divertido, engancha y es buenísimo en todo lo que plantea. Eso sí, se juega mucho mejor en PC por poder emplear el ratón para orientar el haz de luz y nuestro creador de clones, pero claro también es cierto que el título se ve genial en la pantalla de la PSVita y como juego indie encaja a la perfección en dicha consola.