5 cosas de Dragon Age Inquisition en las que quizás no os habréis fijado

Dragon Age Inquisition es una chulada, y en la redacción de XGN estamos jugando a él por encima de nuestras posibilidades. Hoy vamos a hablar un poco de la estupenda obra de Bioware.

En concreto, de cinco cosas del título de Bioware en las que quizás no habéis caído pese a haber estado dándole duro. Dragon Age Inquisition tiene mucho más que ofrecer que dragones surcando los cielos, misiones y una trama que, afortunadamente, va a más.

Tras dos entregas, esta tercera ha sabido enriquecerse de todo lo jugado para formular un videojuego más complejo de lo que puede parecer a simple vista, y de eso vamos a hablar hoy, de cinco elementos que hacen de este un título sobresaliente.

5. Dragon Age Inquisition y cómo se enlazan las misiones

Sí, las misiones de Dragon Age Inquisition son una soberana estupidez. Ve ahí, mata a ese, ve allá, empuja el culo de esa vaca a su establo. Lo bueno de ellas no son ellas en sí, sino que la trama general del juego te pide que las lleves a cabo, porque es tu curro. Es un rollo, pero la Inquisición necesita expandirse y caerle bien a la gente. Amigo mío, eres un político, toca besar niños aunque sepan a caca y a polvos de talco.

Además, la ejecución de las mismas les sirve a tus compañeros para darte información de lo que ellos saben y de cómo o porqué lo saben, enriqueciendo el relato. Y de este modo, gracias a tus aliados, a la historia del título y a las motivaciones de tu personaje, esas misiones tan pobres se hacen riquísimas, listas para que las degustéis.

4. El cuento del patito feo y la inquisidora

El mundo de Dragon Age Inquisition odia a los elfos y a los magos; pues prueba a hacerte un mago elfo y prepárate para tomar el papel de líder de la Inquisición. Una opción que llega a través del editor de personajes y que afecta directamente a la trama del juego. Tanto como unos desconfían de ti, otros te revelan secretos, y al final, puedes ser amado por muchos.

Haciéndolo, se genera una narración paralela: conseguir luchar por tu pueblo, por los elfos, y por los magos, y conseguir que te acepten siendo un embajador de tu raza. Algo que parece que sucede entre bastidores se manifiesta de pronto en un escena en concreto que os invito a descubrir. Sed elfos, sed magos, y disfrutar de ser detestados.

3. Todos a la fiesta de Dragon Age Inquisition

Dragon Age Inquisition es un Mass Effect 2 que se lo cree, que sabe que cuenta con una estructura de juego magistral. La recolección de amigos viajando por el mundo, conociéndoles y decidiendo si se unen o no a nuestras filas para ayudarnos a salvar el mundo, se ha convertido en el hilo narrativo de Dragon Age Inquisition.

Lo divertido es que el juego nos pregunta constantemente si queremos, o no, incluir a ciertos miembros a nuestra fiesta inquisidora, y claro, decimos a todos que sí. Hasta que aparece cierto personaje, esgrime un puñal cuando ya lo hemos reclutado y nos dice que se va a encargar de aliviar el dolor de quienes sufren en la Inquisición.

Ahí empiezas a comprender que, quizás, no todas las personalidades de todos los miembros de nuestro grupo sean aptas para salvar el mundo, si es que hay un mundo que salvar.

2. Cuando crees que todo se va a acabar, era solo el principio

Dragon Age Inquisition arranca con una misión, una grande, gigante y fragmentada en muchas que conduce a tu party a una mayor, a una guerra en la que, por fin, se descubre, tras veinte horas de juego, al auténtico villano. El mundo se abre, las habilidades se amplían, los personajes con los que nos encontramos son más locos y la sensación de repetición que empezaba a florecer, se esfuma.

Resulta sorprendente la capacidad de Dragon Age Inquisition de sorprender a todos los niveles, de renovarse, de revitalizar lo que ofrece y de mantener siempre muy alto el ritmo de juego. Así, hasta las misiones más tontorronas consiguen funcionar, porque sabes que siempre esconden algo que te hará alucinar.

1. En Dragon Age Inquisition no hay hombres ni mujeres, solo guerreros

En Dragon Age Inquisition no hay sexos. Ademá de elfa y maga, mi personaje es femenino, tengo la manía de hacerme siempre personajes chica y llamarlas “Lucha”. Toda la carga discriminatoria del juego se desvía a la raza y a si es mago o templario pero el sexo no es una cuestión de peso.

Bioware ha hecho muy bien una cosa: introducir la bisexualidad como base emocional para todos los personajes. El sexo, la indecisión sexual, pone a todos los personajes al mismo nivel en cuanto al género se refiere, y así el juego se ahorra el tener que hacer demasiadas distinciones argumentales en función del género sexual que escoges.

Estos son solo cinco de los detalles que más me han llamado la atención de Dragon Age Inquisition, pero hay muchos más que os invitamos desde aquí a descubrir. Si queréis un estupendo videojuego para pasar esta primera parte del año, no lo dudéis y confiad en el trabajo de Bioware.

Dragon Age: Inquisition

Disponible desde 20 november 2014

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