Avance: Destiny
Destiny es la nueva virguería de Bungie, y por la pinta que tiene, será una que marcará época si logra cumplir con sus promesas. Pero no me hagáis mucho caso, siempre me emociono cuando me plantan delante de la cara un mundo postapocalíptico con elementos de MMO, rol y FPS, además de una trama que augura buenos momentos.
La última creación de Bungie, tras haber firmado la maravillosa saga Halo para Microsoft, es toda una propuesta de nueva-gen, aunque salga también para Xbox360 y PS3. Por tener, lo tiene todo, encabezado por una trama atractiva en la que unos humanos tienen que abrirse paso en un mundo devastado, infestado de alienígenas y que antes era suyo.
Sin duda, una ambientación llena de misterios y sugerencias, capitaneadas por una extraña esfera flotante que protege al último bastión humano. Su sistema de juego es el de un FPS que recuerda a Borderlands por la personalización de armas, el coqueteo con RPG y su sistema de clases, aunque aquí sólo hay tres y no tienen nombres tan rimbombantes como el título de Gearbox.
Destiny va más lejos
Con respecto a éste, Destiny va más allá si hablamos de la cooperación entre jugadores. Aquí no vamos tan solo acompañados de cuatro miembros en un mundo controlado por la máquina, sino que éste estará infestado de otros jugadores, que pulularán a sus anchas a nuestro alrededor. Nos aliaremos con ellos y podremos participar en eventos multijugador. Sí, como si de un MMORPG se tratara, pero desde Bungie se insiste en que no lo será tanto ¿y por qué se esfuerzan en desmarcarse de esa etiqueta? Pues por el peso que se le quiere dar a su trama.
Los juegos multimasivos pecan de ser repetitivos y pobres en argumento; por el simple hecho de que es muy difícil organizar una trama coherente que funcione con tanta gente dando brincos a tu alrededor. En Bungie no quieren cometer el pecado de apartar de su proyecto a los tipos que, como yo, buscamos una buena historia en todo videojuego que cae en nuestras manos. Sin embargo, en lo mostrado, en sus momentos jugables y por su factura de FPS, puede que éste sea uno que sí vayan a cometer.
A Borderlands le costó preparar una trama digna, y eso que sólo era un cooperativo a cuatro. En Rage se liaron tanto planteando un juego precioso que se olvidaron de la trama y del apartado jugable. Y no hay MMORPG que se juegue solamente por la historia. ¿Puede Destiny ordenar en sus tripas tantos géneros y producir un título sólido? Sería el primero.
El mayor reto de Destiny es buscar el equilibrio entre todas sus partes. Éste aún no se ha mostrado.
Porque sobre el papel todo parece ser sorprendente, quizás demasiado. Un título con una trama y un mundo tan sugerente como Fallout 3 pero con toques muy de la saga Halo, con un sistema de juego de disparos en primera persona que respira también de ella, personalización de armas y clases al estilo de Gearbox pero en un tono más serio. También cuenta con un apartado técnico impresionante, digno del que mostró Rage en compatibles y, para acabar de rizar el rizo, esa cacareada persistencia de jugadores, trayendo del mejor modo el multijugador online. Si consiguen casar todos estos elementos venderé sin dudarlo mi alma a Bungie.
Por esta complicación, por esta ambición desmedida, es, quizás, el motivo por el que la información de Destiny nos ha llegado siempre a cuentagotas, mostrándonos la patita del lobo por bajo la puerta pero sin enseñarse a si mismo por completo, no vaya a ser que no queramos dejarle entrar en casa. Pero hay que creer y tener fe. Somos gamers; es lo nuestro.
Lo cierto es que aunque la primera intentona no les saliera bien, desde Bungie nos han prometido Destiny para rato, para diez años nada menos. Claro que algo parecido aseguró Square-Enix con su fábula de Nova Cristallis y...
Pero si lo consiguen, si realmente todo funciona como debe, podemos estar ante un juego capaz de sentar precedente, un título casi eterno y que seguirá alimentándose gracias al mantenimiento que le dará la compañía que lo desarrolla. Un título con el que disfrutaremos de partidas multijugador mientras gozamos del descubrimiento del porqué del cataclismo de la era humana, del motivo por el que las razas alienígenas han colonizado nuestro mundo y con el que comprobaremos si seremos capaces de extender las fronteras de la única ciudad que queda en pie. Lo dicho, somos gamers y nos toca creer. Y yo creo, aunque esta industria ya me haya hecho mucho daño con propuestas la mitad de ambiciosas.
