Dragon Age: Inquisition

Dragon Age: Inquisition tiene un papel importantísimo, no sólo para el final de año de Electronic Arts como gran representante de su catálogo tras el retraso de Battlefield: Hardline, sino como intento de compensación a muchos fans decepcionados con el rumbo que tomó Dragon Age II al alejarse de las mecánicas de rol puro de la entrega original.

Y por lo que hemos podido probar, podemos decir que BioWare y Electronic Arts van por muy buen camino con este Dragon Age: Inquisition, que no sólo lleva el feedback de cinco años de fans volcados con la franquicia, sino que se une al motor gráfico Frostbite 3 para hacer la guerra por Thedas más espectacular si cabe.

Dragon Age: Inquisition, un gran cambio a mundo abierto

Al ver el mundo de The Witcher 3: Wild Hunt hay quien cree que ya no hay nada más que hacer en el RPG occidental, pero Dragon Age: Inquisition no tiene nada de qué avergonzarse y puede mostrar con la cabeza bien alta todos sus escenarios abiertos. Faltan aún detalles por conocer de su sistema de juego y la conexión de su mundo, pero por el momento, promete.

Ya no habrá zonas clónicas y pasilleras como en Dragon Age II, sino que ahora tenemos amplias extensiones por las que movernos libremente para planificar todo tipo de misiones y combates que saldrán a nuestro encuentro, y tanto el terreno como los miembros de nuestro equipo tendrán mucho que decir en el devenir de estos combates más tácticos.

Vuelta a la estrategia

Porque sí, una de las peticiones de los fans tras la 'consolización' de Dragon Age II es que el juego volviese a tener un punto más estratégico en sus combates, y gracias a la visión táctica que congela el tiempo y nos permite planificar movimientos para cada miembro del grupo para hacer interesantes combos, tenemos más de lo que habíamos pedido.

Pero por supuesto, también hay una forma de combatir del modo más normal, más como si de un action-RPG o un Roguelike se tratase, con el estilo más clásico de la saga con dos sets de movimientos especiales a asignar a los botones frontales con los que hacer frente a los enemigos, eso sí, pudiendo cambiar entre todos los miembros del grupo para aprovechar sus habilidades únicas pulsando sólo un botón.

Vuelta al fanservice

Y menudo grupo que nos montaremos. En la demo probada, realizando varias misiones diferentes a lo largo y ancho de un cenagal no tuvimos nada de historia, pero lo visto en los tráilers y en las presentaciones de cada personaje, promete no quedarse corto ante todas esas historias ya vividas y esos anteriores compañeros que cuesta dejar atrás.

El nuevo elenco de personajes está aún por darse a conocer en profundidad (aunque hay quien tiene sus favoritos e incluso sus decisiones de romance ya tomadas), pero el hecho de saber que volverán Morrigan y Hawke a echarnos una mano en combate (como se ha visto en el último tráiler) pone las expectativas muy altas en cuanto a la trama del juego.

Si contamos, además, con tantas decisiones y tantos personajes que hemos salvado o condenado a lo largo de las dos entregas anteriores y sus expansiones, las posibilidades para afrontar la salvación de Thedas pueden llegar a ser infinitas.

Dragon Age: Inquisition, más que un RPG a la carta

Aunque BioWare siempre tiene en cuenta el feedback de los usuarios más fieles de la comunidad, eso no quiere decir que todo vaya a estar hecho a demanda en Dragon Age: Inquisition. Habrá alguna nueva mecánica, e incluso el eje central del juego, la gestión de la Inquisición, será algo completamente nuevo. Mucho riesgo a pesar de que no caminan sobre terreno firme, pero van con confianza.

Todas las posibilidades de personalización, toda la exploración y las variables de cada escenario,... Sólo pensar en todo lo que están construyendo en base a una saga que ya tiene tantas variantes es elogiable, pero si además se están tomando su tiempo y pensando en dar lo mejor que tienen, hay ganas de recuperar la fe en BioWare.