Avance de The Legend of Zelda Breath of the Wild

Nintendo nos invitó ayer a un evento para poder jugar por primera vez a The Legend of Zelda Breath of the Wild, la nueva entrega de la saga que mostraron con gameplay por primera vez durante el pasado E3 2016. Y tras darle vueltas durante toda la hora de ayer, ya estamos listos para escribir un poquito sobre qué nos ha parecido.

La demo de The Legend of Zelda Breath of the Wild que pudimos jugar era la misma que estaba disponible durante el E3. Fuentes de la compañía nos confirmaron que se trataba de una build con 9 meses de antigüedad y que el juego ya está mucho más avanzado, así que nos alegra saber que los pequeños problemas que vimos quizá ya no estén ahí.

The Legend of Zelda Breath of the Wild es muy diferente

Pero no adelantemos acontecimientos. Aunque disfrutamos una barbaridad con lo que jugamos, hay mucho que nos quedamos sin ver debido a lo abierto de la pequeña fracción del mundo de Hyrule en la que nos encontrábamos y a lo breve de la demo (poco más de media hora entre las dos sesiones que estaban disponibles).

Lo primero a lo que nos enfrentamos en The Legend of Zelda Breath of the Wild fue a una demo más o menos libre: nos soltaron en medio de una planicie con enemigos, cofres, objetos por conseguir... Más o menos lo que ya vimos en la emisión de la Treehouse de Nintendo. Una cosa es verlo y otra jugarlo, claro está.

Los controles de este nuevo Zelda son ligeramente distintos a los que conocemos, pero no nos costó demasiado hacernos a ellos. Se ataca con Y, se salta con X y se corre manteniendo pulsada la B. Es un esquema de juego de aventuras normal y corriente, pero como Link no había saltado hasta ahora, nos sentimos algo raros en un primer instante.

Aún así, el movimiento no ha cambiado tanto como para que no estuviéramos dando espadazos a los dos segundos y luchando contra los primeros duendes rojos que teníamos delante. La tentación de darles un flechazo en la cara estaba ahí, pero siempre nos ha parecido que Link era un hombre que lucha cara a cara.

Un combate más completo

El combate de The Legend of Zelda Breath of the Wild recuerda bastante al de Skyward Sword, si bien es menos musical y más físico. La posibilidad de hacer parries y de activa una especie de Tiempo Brujo a lo Bayonetta al hacer una esquiva en el momento indicado le dan un giro mucho más dinámico de lo que esperábamos.

Con apenas cinco minutos de práctica pudimos dominar estas nuevas ideas y aprender otras nuevas. El escenario está ahí para que lo utilicemos, y no hay nada malo en prender fuego a la hierba para replegar al enemigo o acabar con él, si es el caso. Tampoco en desarmarlo con un golpe contundente, conseguir su arma y dejarle vendido y tirándonos piedras que, si somos hábiles, podemos devolverle para hacerle daño. El típico tennis de los Zelda.

Cada tipo de arma modifica totalmente cómo se pelea, así que Link tendrá que aprender muchos estilos de combate en The Legend of Zelda Breath of the Wild. El hacha, por ejemplo, aunque contundente, era muy pesado para usarlo contra enemigos ágiles. Y no os olvidéis: armas y escudos se rompen, así que hay que buscar más contanstantemente.

La exploración del territorio, como el combate, es mucho más satisfactoria que en ningún otro juego anterior. La opción de escalar es en parte la culpable de esto, porque nos permite crear nuestras propias rutas y caminos; pero detalles como el surf sobre escudo para bajar grandes pendientes también son geniales.

No pudimos hacer uso del parapente mágico porque no estaba activo en esta parte de la demo de The Legend of Zelda Breath of the Wild, pero ya sabéis el buen uso que se le puede dar para bajar desde grandes alturas, atacar a enemigos desde posiciones elevadas, alcanzar nuevas zonas, descubrir tesoros nuevos... En fin, es uno de los accesorios que pintan más útiles.

Un tablet hyruliano

El más útil, sin embargo, es la Tabla Sheikah. Se trata de un tablet (irónico que haya algo así en este juego) que podemos usar para mirar el mapa, el inventario y marcar enemigos en la distancia. Sí, los enemigos se marcan porque es posible actuar con sigilo (Link se agacha pulsando L3) y acabar con ellos antes de que avisen a los compañeros.

La otra gran función de este objeto es integrarse con la arquitectura y los secretos de Hyrule para, por ejemplo, conseguir nuevos poderes. Link puede usar bombas y un poder magnético gracias a esta tabla. Ya vistéis su utilidad en el E3, pero la verdad es que los poderes magnéticos son geniales y nos hacen imaginar qué otras habilidades habrá por ahí.

Porque esto es algo que tenemos que ir aceptando: en The Legend of Zelda Breath of the Wild, muchos de los objetos mágicos que en su día desbloqueábamos en una mazmorra, ahora se obtienen como quien no quiere la cosa: ¿un arco? Lo mismo se lo puedes quitar a un enemigo. ¿Una espada más poderosa? Lo mismo.

Esto llega hasta un extremo ridículo, pues nos encontramos un báculo de fuego en un cofre y pudimos lanzar pelotas de fuego a enemigos y quemar hierba de forma más original. De hecho, el báculo nos permitía crear corrientes de aire caliente para usar nuestro parapente y llegar a zonas elevadas, algo que nos sorprendió muchísimo.

Estas tranquilos, eso sí, porque habrá mazmorras a la antigua usanza, solo que esta vez habrá también un centenar de santuarios donde obtendremos habilidades como la posibilidad de lanzar bombas o de usar el poder magnético. Algunas, parecen estar integradas con la historia; pero otras las tendremos que descubrir explorando y jugando.

Ya sabemos los primeros detalles de la historia

La trama de The Legend of Zelda Breath of the Wild pudimos catarla en la segunda parte de la demo que estaba disponible. Os podéis imaginar que no es la más original del mundo, pero al menos hay unos cuantos misterios por entender en apenas 20 minutos desde que Link despierta de su centenario sueño y se lía a explorar el mundo.

Lo primero es lo primero: tenemos un aliado que es un anciano barbudo, con la cara muy tapada, un cayado con un farolillo y bastante mala leche: si le robamos una manzana tostada al fuego, se enfada con nosotros.

No nos da una espada, como pasara en el primer Zelda, pero sí nos da unos cuantos consejos con respecto a qué hacer en los primeros minutos y una noción de por qué el mundo está en ruinas: la Calamidad Ganon se apoderó del Castillo de Hyrule y amenaza con destruirlo todo de nuevo si sigue ganando fuerza.

Nuestra principal guía en estos momentos de The Legend of Zelda Breath of the Wild, sin embargo, es la voz que nos despierta al principio del juego. ¿Será Zelda? Apostamos todo nuestro dinero a que sí, pues parece además conocer todo lo que ocurre en el mundo y nos insta a activar la primera de las múltiples torres que hay por todo Hyrule y que, eso es, desbloquean el mapa de cada zona.

Más allá de copiar la idea más odiada de Assassin's Creed, estas torres también sacan a relucir los santurarios, esos sitios con retos que hemos mencionado antes y que nos dan habilidades. Pudimos superar unos pocos de ellos y obtuvimos el parapente, por fin, las bombas y la habilidad magnética.

Por desgracia, nuestra demo de The Legend of Zelda Breath of the Wild se acabó aquí y no pudimos repetir para probar otras ideas y tácticas. Había pocas consolas y éramos muchos periodistas y profesionales en el mismo evento. No pasa nada, porque el sabor de boca que nos dejó esta primera partida nos ha dejado alucinados y nos ha hecho tener muchas y buenas esperanzas.

Unos detalles para tener en cuenta

Antes de despedirnos, sabed algunas cositas que nos han llamado la atención, para bien y para mal. Sí, el rendimiento del juego no es perfecto: la tasa de frames a menudo caía por debajo de los 30 fps y algunas texturas tardaban en cargarse. La distancia de dibujado también es muy corta, lo que hace que el aspecto del juego sea un poquito malo en ocasiones.

Esperamos que Nintendo lo pula mucho en este sentido y, sobre todo, que no se guarden los mejores gráficos o el rendimiento a 30 fps para NX, porque sería una pequeña traición.

Otra cosa a tener en cuenta con The Legend of Zelda Breath of the Wild: se pierde vida bastante rápido y los enemigos pueden ser mucho más fuertes que tú. Es algo que nos gusta, y aunque no sabemos cómo se aplicará al resto del mundo, que casa muy bien con la ausencia de corazones en la hierba: ahora se recupera vida comiendo y cocinando.

La cocina, que pudimos probarla, es similar a la de Monster Hunter, aunque más avanzada: podemos mezclar distintos alimentos y objetos varios para crear mejores comidas. Si mezclas piedras con carne rara, obviamente te saldrá algo que hasta te puede quitar vida; pero si te las apañas bien, puedes conseguir objetos que te mejoren en muchos sentidos.

Por ejemplo, si cocinamos unos pimientos picantes, podemos obtener un plato que nos recupera mucha vida y que nos permite aguantar el frío durante 10 minutos, incluso si no tenemos ropa adecuada. Esto es otro asunto: la ropa. Podemos ir desnudos o con ropa ligera, pero si tenemos que enfrentarnos al frío, necesitaremos algo de abrigo.

Todos estos pequeñso detalles y muchos otros que fuimos descubriendo nos hacen pensar que The Legend of Zelda Breath of the Wild no solo es un nuevo paso para la franquicia, sino también para Nintendo: este es con diferencia su juego más ambicioso hasta la fecha y parecen estarlo dando todo con él.

Lo mejor de esto es que parecen muy seguros de que va a ser un gran juego y un éxito, porque nos han dejado probarlo con total libertad y en profundidad, algo que rara vez ocurre en nuestro trabajo, sobre todo a casi un año de su lanzamiento.