The Evil Within
El terror que viene de dentro...¿qué sabemos de la nueva propuesta de Bestheda y del creador del mítico Resident Evil, Shinji Mikami?
The Evil Within ha sido desarrollado paralelamente a la sombra de un gigante que ha estado acaparando toda la atención de medios y aficionados, hablamos por supuesto de Alien: Isolation. Este mastodonte cuenta con la popularidad prácticamente imbatible de la licencia cinematográfica pero esto puede ser un arma de doble filo ¿alguno se acuerda de Aliens Colonial Marines?
La vuelta al survival horror clásico de Bestheda está casí lista para su lanzamiento, sin haber hecho mucho ruido ni arrastrar el hype de otros titulos...y aún así tiene potencial para dar la campanada y sorprender a propios y extraños sentando las bases del género para esta generación.
La historia: despertar en un mundo de pesadilla
El desarrollo ha corrido a cargo de Tango Gameworks y su máximo responsable es ni más ni menos que Shinji Mikami, el cerebro detrás de Resident Evil. La influencia del clásico de Capcom es notable aunque desde el equipo de desarrollares se insiste que The Evil Within tendrá una identidad propia al incluir elementos estilísticos y de jugabilidad nuevos. La faceta multijugador está ausente y el eje principal de The Evil Within es la campaña de un jugador.
Tomaremos el papel del veterano detective Sebastian Castellanos, quien junto a sus compañeros investiga la escena del crimen de un terrible asesinato en un hospital. Los agentes no tardarán en vérselas con una misteriosa y poderosa fuerza que no solo exterminará uno a uno a los compañeros de Sebastian sino que le dejará insconciente e indefenso. El mundo tal y como Sebastian conoce ya no será el mismo al despertar y un cúmulo de criaturas de pesadilla y sucesos paranormales pondrán a prueba los nervios de nuestro héroe (y los nuestros por extension) por seguir con vida un instante más.
¿La evolución lógica de Resident Evil?
Se han tomado muchos elementos de los primeros títulos de Resident Evil como base para elaborar la estructura de The Evil Within: la vista en tercera persona, la interacción de los personajes con objetos y criaturas, los entornos claustofóbicos, la invencibilidad de algunos enemigos y la sensación general de pánico siempre presente. Otro punto en común es la gestión del inventario ya que la limitación de recursos es una constante, como por ejemplo de la munición que nos forzará a afinar nuestra puntería o de las cerillas, útiles para atacar a nuestros enemigos prendiéndoles fuego.
Sin embargo, The Evil Within incorpora algunos aspectos que se apartan de la formula clásica, como la posibilidad de mejorar las habilidades de Sebastian por medio de los frascos de fluido verde repartidos por los niveles. Los entornos son dinámicos y sufren transformaciones en tiempo real, lo que le confiere un cierto aire orínico e irreal más propio de Silent Hill. Quizás la mecánica más interesante es la fabricación de trampas, que viene a reforzar la idea aprovechamiento del entorno y que obligará al jugador a plantear una estrategia para superar los distintos desafíos.
The Evil Within: horror serie B en tu casa
La estética denota una sensibilidad cinematográfica indudable (la imagen se muestra además en formato panorámico con las típicas bandas negras arriba y abajo) y sus referentes los podemos encontrar en una multitud de películas clásicas de horror de serie b asi como en las obras literarias de Clive Barker, H.P. Lovecraft o Stephen King sin ir más lejos. Se ha querido crear una atmósfera angustiante y unas criaturas y situaciones verdaderamente horripilantes, no solo para asquear al jugador sino también hacerle sentir en tensión constante y subrayar la debilidad e impotencia de nuestro protagonista, concepto que tan bien se plasmó en Outlast.
Muchos de los enemigos no pueden ser eliminados completamente ya que se regeneran tras sufrir daño. El ritmo parece ser más pausado y propio de los inicios del género que a lo que estamos acostumbrados en los últimos tiempos. Lo que importa no es la rapidez con la que despachamos a los enemigos sino la eficacia con la que lo hagamos, ahorrando cada bala y exprimiendo cada recurso a nuestra disposición. Una misteriosa figura encapuchada, Ruvik, nos lo pondrá muy difícil al atacarnos cuando menos lo esperemos (como Némesis en Resident Evil 3 o Cabeza de pirámide en Silent Hill 2).
No solo la extrema dificultad y la limitación de recursos nos hacen pensar en Resident Evil, también los puzles suponen un guiño a los clásicos del survival horror, como aquel en el que tendremos que recorrer de cabo a rabo una mansión gótica (¿te suena?) buscando la solución para acceder a la llave de una puerta en el vestíbulo. No se han ahorrado vísceras a la hora de diseñar el juego y ni siquiera aquellos con los estomagos más fuertes podrán evitar la náusea en algún momento (torrentes de sangre, gusanos que aparecen de la nada y paredes que se transforman en terroríficas bocas con tentáculos entre otras lindezas).
En resumen, todo apunta a que The Evil Witin puede convertirse por derecho propio, al menos hasta la publicación de Silent Hills o la nueva remasterización de Resident Evil, en el referente a seguir y que agradará a todos los fans que en los últimos años han visto como estas dos franquicias han sufrido bien un declive progresivo de calidad o simplemente han abandonado el género para acercarse a la acción más pura y exenta de la característica que más importa: que den miedo. Para el resto del publico está por ver si este título puede ser lo suficientemente innovador como para no resultar "más de lo mismo". La respuesta, sangrienta, a mediados de octubre.
